Meditación dominical de S.S. Juan Pablo II, el 29 de diciembre de 1997
Queridos hermanos y hermanas:
En este primer domingo después de la Navidad, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia.
Como en el belén, la mirada de fe nos permite abrazar al mismo tiempo al Niño divino y a las personas que están con él: su Madre santísima, y José, su padre putativo. ¡Qué luz irradia este icono de grupo de la santa Navidad! Luz de misericordia y salvación para el mundo entero, luz de verdad para todo hombre para la familia humana y para cada familia. ¡Cuán hermoso es para los esposos reflejarse en la Virgen María y en su esposo José! ¡Cómo consuela a los padres especialmente si tienen un hijo pequeño! ¡Cómo ilumina a los novios que piensan en sus proyectos de vida!
El hecho de reunirnos ante la cueva de Belén para contemplar en ella a la Sagrada Familia, nos permite gustar de modo especial el don de la intimidad familiar y nos impulsa a brindar calor humano y solidaridad concreta en las situaciones por desgracia numerosas en las que por varios motivos falta la paz, falta la armonía, en una palabra, falta la «familia».
El mensaje que viene de la Sagrada Familia es ante todo un mensaje de fe: la casa de Nazaret es una casa en la que Dios ocupa verdaderamente un lugar central. Para María y José esta opción de fe se concreta en el servicio al Hijo de Dios que se le confió, pero se expresa también en su amor recíproco, rico en ternura espiritual y fidelidad.
María y José enseñan con su vida que el matrimonio es una alianza entre el hombre y la mujer, alianza que los compromete a la fidelidad recíproca, y que se apoya en la confianza común en Dios. Se trata de una alianza tan noble, profunda y definitiva, que constituye para los creyentes el sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia. La fidelidad de los cónyuges es, a su vez, como una roca sólida en la que se apoya la confianza de los hijos. Cuando padres e hijos respiran juntos esa atmósfera de fe, tienen una energía que les permite afrontar incluso pruebas difíciles, como muestra la experiencia de la Sagrada Familia.
Es necesario alimentar esa atmósfera de fe. En esta perspectiva se va preparando el segundo Encuentro mundial con las familias, que tendrá lugar en Río de Janeiro los días 4 y 5 de octubre de 1997. Se tratará de una gran fiesta de las familias de América Latina y de todo el mundo que renovará el mensaje del primer Encuentro, celebrado aquí, en Roma, con ocasión del Año internacional de la familia.
Encomiendo a María, «Reina de la familia», a todas las familias del mundo especialmente a las que atraviesan grandes dificultades, e invoco sobre ellas su protección materna.
Consagración de los hogares a la Sagrada Familia de Nazareth,
Consagración de los hogares a la Sagrada Familia de Nazareth
Orientaciones
1. Sin darse cuenta los hogares copian modelos familiares inspirados en la televisión, en el cine, en las novelas, en los ejemplos que han conocido entre sus familiares, amigos y conocidos. Estos modelos, con muchísima frecuencia, son dañinos, porque conducen a la desorganización de la vida familiar, a grandes frustraciones, a rupturas de la convivencia. No valdrá la pena copiar conscientemente el modelo de la familia de Nazareth? Este fue el hogar que Dios Padre preparó para su propio Hijo.
2. Imitar las virtudes del hogar de Nazareth en el contexto de hoy no significa recrear las condiciones de vida de los tiempos de Jesús. Significa vivir hoy esos valores de relación que nunca se vuelven anticuados porque no envejecen. Son valores que son tan necesarios hoy como en todos los tiempos.
3. Consagrar el hogar a Jesús, José y María, significa una decisión seria y consciente de una familia, por la cual acogen a la Sagrada Familia de Nazareth, como ejemplo para ir moldeando la vida diaria de acuerdo con las virtudes que son necesarias para ser una familia verdaderamente cristiana. Es no sólo invocar su presencia en la vida del hogar sino también hacer que esta presencia sea posible por el estilo de vida que se empeñan en promover sus miembros.
4. Hay ciertas fechas que son muy propicias para esta consagración, v.g. la fiesta de la Sagrada Familia y la Novena de Navidad. Pero también hay otras , v. gr. el aniversario del matrimonio de los padres. Mas no se trata de restringirse a estas fechas. Puede ser que el día más propicio sea aquél en el cual la familia está especialmente motivada.
5. Se recomienda que la familia que quiere hacer su consagración se prepare espiritualmente mediante los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía y busquen un día adecuado para que puedan destinar un tiempo de paz y recogimiento a la consagración.
6. Ayuda mucho crear un ambiente físico propicio: en una mesa preparar un pequeño altar adornado con la imagen de la Sagrada Familia, uno o dos cirios encendidos, unas flores.
7. Ofrecemos un modelo de oración. Pueden servirse de otra semejante.
ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LOS HOGARES A LA S. FAMILIA DE NAZARETH
I. Primera lectura: Col. 3, 12-17 - Lectura de la carta a los Colosenses:
Dios los ama a Uds. y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo. Vivan pues revestidos de verdadera compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también Uds. Sobre todo revístanse de amor, que es el perfecto lazo de unión. Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
Que el mensaje de Cristo esté siempre en sus corazones. Instrúyanse y anímense unos a otros con toda sabiduría. Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre, por medio de El.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
II. Segunda lectura - Lectura del Santo Evangelio de San Lucas (2, 15-19)
El día del nacimiento de Jesús, los pastores que habían escuchado el mensaje del ángel comenzaron decirse unos a otros: - Vamos, pues, a Belén a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado.
Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo.
Cuando lo vieron se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores.
María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Pueden dedicar unos momentos a reflexionar sobre el mensaje de la Palabra de Dios que nos llega en ambos textos.
III. Plegaria de consagración.
( Si tienen copias suficientes pueden recitarla juntos. Si no, que al menos la reciten juntos los padres.)
Padre Celestial, que has preparado el hogar de José y María para la llegada de tu Hijo, Jesucristo,
nosotros (decir los nombres de todos los miembros de la familia) N..., N....., N....
queremos consagrar nuestra familia a la Sagrada Familia de Nazareth.
Queremos que en nuestro hogar nos empeñemos en realizar el plan que has trazado para nuestras vidas.
Danos la gracia de esforzarnos en practicar en nuestra vida diaria los valores y las virtudes que son necesarios para hacer que:
- el amor venza nuestra tendencia al egoísmo;
- la cooperación y la solidaridad venzan nuestra tendencia a competir entre nosotros.
Concédenos que nos esforcemos en ser responsables en el trabajo, en el estudio, en el cumplimiento de nuestros deberes como personas y como familia.
Queremos que, según el ejemplo de Jesús, de María y de José, tengamos en cuenta lo que Tú quieres de nosotros, al tomar nuestras decisiones.
Te rogamos que tengamos siempre la lucidez del espíritu y la generosidad del corazón para emplear nuestras capacidades y nuestros bienes materiales de acuerdo con tu santa Voluntad.
Inspíranos para aprender a establecer las justas prioridades en el manejo de ese precioso don tuyo que es el tiempo. Y ante todo, que seamos más sensibles a las necesidades y a los sentimientos de las personas que queremos.
Padre Celestial, haz que nosotros vivamos siempre esta consagración esmerándonos en cultivar la paz, la confianza, la alegría y la comprensión entre nosotros los miembros de esta familia y con las demás personas, comenzando por las más cercanas.
Te rogamos que nos protejas y protejas también a las personas que amamos, de todos los males que puedan provenir de nosotros mismos, del mundo materialista que nos rodea y del espíritu maligno.
Haz que seamos más receptivos a la acción del Espíritu Santo y a la inspiración de la Santa Familia de Nazareth. Amén.
Oración de Juan Pablo II a La Sagrada Familia ,
Oración a la Sagrada Familia
S.S. Pablo II
Sagrada Familia de Nazareth:
enséñanos el recogimiento, la interioridad;
danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones
y las palabras de los verdaderos maestros;
enséñanos la necesidad del trabajo,
de la preparación, del estudio,
de la vida interior personal, de la oración,
que sólo Dios ve en lo secreto;
Enséñanos lo que es la Familia,
su comunión de amor,
su belleza simple y austera,
su carácter sagrado e inviolable.
Amén.
Video Fiesta de la Sagrada Familia
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