sábado, 10 de diciembre de 2011

Benedicto XVI: Celebramos a la nueva Eva



CIUDAD DEL VATICANO, jueves 8 diciembre 2011. A las doce de este jueves, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su despacho en el Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.


Benedicto XVI hizo un comentario al saludo del ángel a la madre de Jesús, en el que se funda la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción, “Alégrate, llena de gracia. El Señor está contigo”.

“La expresión “llena de gracia” indica la obra maravillosa del amor de Dios, que ha querido devolvernos la vida y la libertad, perdidas con el pecado, mediante su Hijo Unigénito encarnado, muerto y resucitado”, afirmó el pon´tifice

tras citar a varios cantires de María en la tradición el papa añadió: “También a nosotros se nos regala la “plenitud de la gracia” que debemos hacer resplandecer en nuestra vida, porque “el Padre del nuestro Señor Jesucristo –escribe San Pablo– nos ha bendecido con toda bendición espiritual… y nos ha elegido antes de la creación del mundo para ser natos e inmaculados… predestinándonos a ser por Él hijos adoptivos””

Y se despidió citando a los presentes en el homenaje a María Inmaculada, en Plaza de España, dirigiendo una “ferviente oración a Aquella que intercede ante Dios, para que nos ayude a celebrar con fe la Navidad del Señor ya cercano”.

Para leer las palabras del papa en su versión completa: http://www.zenit.org/article-41086?l=spanish.

Tras el rezo de la oración mariana, Benedicto XVI dirigió unas palabras a los peregrinos que hablan castellano: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana”. Se dirigió, en particular, “al grupo de de la parroquia San Blas, de Tortosa, y al del Colegio Claret, de Madrid”.

A todos ellos, les dijo: “Celebramos hoy el misterio de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, la 'Llena de gracia', como la llamó el arcángel Gabriel, la nueva Eva, esposa del nuevo Adán, la Madre de los redimidos, en la que Dios 'preparó una digna morada para su Hijo'. Confío a Ella las intenciones y los santos deseos que inspira en nosotros este tiempo de Adviento, así como las necesidades y angustias de aquellos que están privados de libertad, carecen de trabajo o pasan por momentos de dificultad o dolor. Muchas gracias”.

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