Fiesta: 1 de Diciembre
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Sus Pensamientos
Beatificación: Roma: 13 de noviembre, 2005
Charles Eugene, visconde de Foucauld, nace en la aristocracia, en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858. Huérfano a los seis años, su hermana y el son criados por su abuelo. Estudió con los jesuitas en Nancy y Paris (1872-1875).
Entro en la academia militar en 1876. En 1880 fue enviado como oficial a Setif, Argelia. En 1881 fue despedido por mala conducta. Se fue a Evian, Francia. Dos meses mas tarde, durante la revuelta de Bon Mama en Oran del Sur, Charles se re-enlista y peleo los ocho meses de la revuelta. Después renunció a su puesto para estudiar árabe y hebreo por 15 meses. Entonces emprendió, en 1883, una expedición por el desierto de Marruecos, hizo mapas de los oasis del pais y recibió la medalla de oro de la Sociedad Francesa de Geografía. Exploró Argelia y Tunez desde septiembre del 1885 hasta enero del 1886, cuando regresó a París para trabajar en su libro sobre Marruecos (se publicó en 1888).
En 1886 tuvo una profunda experiencia de conversión. La vida entre los seguidores del Islam le hizo pensar. Esta gente se toma muy en serio su religión. El, por el contrario, había vivido derrochando dinero y aventurando. Comenzó a rezar: "Señor, si existes, que yo te conozca". Un amigo lo dirigió al Padre Huvelin. Cuando Charles explicó que no era creyente, el sacerdote simplemente le ordenó a confesarse. Charles obedeció y salió del confesionario un hombre nuevo. "Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa sino vivir para El; mi vocación religiosa es del mismo momento que mi fe: Dios es tan grande"
Desde entonces optó por una vida muy sencilla, durmiendo en el piso y orando diariamente por oras. Fue de peregrino a Tierra Santa Nov. 1888-Feb 1889. El resto del 1889 lo pasó en retiros espirituales. El 16 de enero de 1890 entró con los monjes trapenses del monasterio Notre Dames-des-Neiges y toma el nombre Marie-Alberic. En junio se trasladó al monasterio de Akbes, Siria. Desde allí lo envian a estudiar a Roma en Octubre, 1896. Pero tres meses mas tarde salió de los trapenses. Sus pensamientos estaban con los pueblos del Africa que no conocían a Cristo. Se fue a pie de peregrino a Tierra Santa y después volvió a Francia para estudiar para el sacerdocio. Fue ordenado en Viviers el 9 de junio de 1901. A fines de ese año se fue a vivir a la región de Oran Sur, cerca de Marruecos, para establecer una orden para evangelizar a Marruecos. En 1902 comenzó a comprar esclavos para liberarlos. En 1904 se dedicó a la evangelización de los Tauregs, tribu nómada. Tradujo los Evangelios al lenguaje al taureg y en noviembre, 1908 tradujo poesía taureg al francés. Escribió varios libros sobre los tauregs, en particular una gramática y un diccionario francés-tuareg, tuareg-francés. Los bereberes del desierto le llamaban «marabut». Eventualmente se estableció en el corazón del desierto del Sahara, en Tamanrasset (Hoggar, Argelia).
En marzo del 1909 logró fundar la Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón para evangelizar las colonias francesas de Africa.
El 1 de diciembre de 1916, a la edad de 58 años, Charles de Foucauld muere por un disparo de fusil en medio de una revuelta anti-francesa de los bereberes de Hoggar. Muere víctima de los que decían que su bondad producía sentimientos amistosos hacia los franceses.
Diez congregaciones religiosas y ocho asociaciones de vida espiritual han surgido de su testimonio y carisma. En 1933 y 1939 respectivamente, se formaron en Argelia Los Hermanitos de Jesús y Las Hermanitas de Jesús las Hermanitas de Jesús, ambos inspirados por el ejemplo y las enseñanzas de Charles De Foucauld. Los miembros viven en pequeñas comunidades llamadas fraternidades, en areas de pobreza. Se mantienen haciendo el mismo trabajo que sus vecinos. Otras asociaciones: Las Hermanitas del Sagrado Corazón, las Hermanitas del Evangelio, las Hermanitas de Nazaret, los Hermanitos del Evangelio y la Fraternidad Jesús Caritas, o La Fraternidad Charles de Foucauld.
Pensamientos de Charles De Foucauld
Recogidos en el libro «Yo siembro. Otros recogerán» («Io semino, altri raccoglieranno») de Leonardo Sapienza
Adoración «Adorar la Hostia santa debería ser el centro de la vida de todo hombre».
Amor «Cuanto más se ama, mejor se reza».
Apostolado «Cada cristiano tiene que ser apóstol: no es un consejo, sino un mandamiento, el mandamiento de la caridad».
Bien «Haré el bien en la medida en la que sea santo».
Coherencia «Cuando se sale diciendo que se va a hacer algo, no se debe regresar sin haberlo hecho».
Cruz «Cuanto más abrazamos la Cruz, más estrechamos a Jesús que está clavado en ella».
Examen de conciencia «Pregúntate en cada cosa: "¿Qué habría hecho el Señor?", y hazlo. Es tu única regla, la regla absoluta».
Eucaristía «La Eucaristía es Dios con nosotros, es Dios en nosotros, es Dios que se da perennemente a nosotros, para amar, adorar, abrazar y poseer».
Evangelio «Si no vivimos del Evangelio, Jesús no vive en nosotros».
Fe «La fe es incompatible con el orgullo, con la vanagloria, con el deseo de la estima de los hombres. Para creer, es necesario humillarse».
Jesucristo «Jesús sólo se merece ser amado apasionadamente».
Imitación de Cristo «Cuando se ama, se imita».
Oración «Que nuestra vida sea una continua oración».
Pobreza «No tenemos una pobreza de convención, sino la pobreza de los pobres. La pobreza que, en la vida escondida, no vive de dones ni de limosnas ni de rentas, sino sólo del trabajo manual».
Sacerdotes «El sacerdote es un ostensorio, su deber es mostrar a Jesús. Él tiene que desaparecer para dejar que sólo se vea a Jesús…».
Santidad «Santificándonos santificaremos a los demás».
Lo que nosotros conocemos como la oración del abandono no fue una oración que Carlos de Foucauld escribiera para ser rezada por posibles compañeros o por él. Fue más bien un extracto "de meditaciones sobre el Evangelio" en relación a las "virtudes cardinales". Estos textos fueron escritos por Carlos de Foucauld en 1896, en el último período con los trapenses en Akbés. En este tiempo todavía era el hermano María-Alberico.
Es pues una oración que pone en boca de Jesús y que en verdad sólo puede ser rezada por Jesús. Para cada uno de nosotros sería una exigencia demasiado grande.
Si la recitamos en el seno de la familia espiritual es:
a) porque somos conscientes que no podemos rezarla solos sino junto a Jesús
b) para avanzar un poco más en el espíritu de abandono con la ayuda de Jesús y unimos a Él en su . abandono confiado al Padre.
Esta oración invita a unimos a Jesús. Quiere dirigir nuestra vida ante Dios y los hombres en la dirección hacia la que avanzó Jesús y anima a un abandono en la confianza al Padre.
1. Evolución de la “oración del abandono”
Las siguientes ideas se basan en un artículo de Antoine Chatelard, hermanito de Jesús, en la que se analiza esta oración de una manera intensa quizá como no lo ha hecho nadie de la familia espiritual.
En el contexto del comunicado de la muerte de uno de los hermanitos de El Abiodh (Marc Gérin), la oración se imprimió por primera vez en 1946 en el "boletín de la Asociación Carlos de Foucauld" en la forma que se la conoce hoy, excepto el trato que se da a Dios es el de Vos.
En este comunicado se citó un texto de la carta a un compañero de estudios de Marc Gérin; Marc Gérin había escrito esta oración para un amigo. El quizá la había recibido de la hermanita Madeleine de Jesús, que lo había visitado en el hospital en 1945.
En aquel tiempo las hermanitas serían una docena y rezaban esta oración todos los días desde hacía cuatro años; habían empezado un poco antes el primer noviciado en 1940. Una de sus novicias, la hermanita Margarita de Jesús cuenta:
"Me acuerdo muy bien del día en que la hermanita Madeleine invitó a la hermanita Annie y a mí a leer la meditación del hermano Carlos en la que está escrita la oración. Y nos dijo: "No os parece una bonita oración que podríamos hacer nuestra y rezarla cada día? "
Estuvimos de acuerdo y decidimos que, para una oración que iba a recitarse en voz alta, había que borrar algunas repeticiones; y de esta forma, después de una tentativa de suprimirlas y de una nueva lectura, aquella misma tarde quedó con la forma actual, con una diferencia: nosotras añadimos "hoy". "Haz de mí, hoy, lo que quieras”. Desde entonces .la hemos recitado cada mañana hasta el día de hoy, pero, por influencia de los hermanitos, la rezamos por la noche y hemos suprimido el "hoy".
El añadido de la palabra "hoy" desapareció en 1944. tal como consta en el diario del 25/08/44 de la hermanita Madeleine, en la que la oración se cita íntegramente por primera vez. Hacia. 1955 se acostumbraron a rezarla por la noche, después de una corta revisión del día.
En su forma inicial el texto de la meditación era:
Lc. 23,46; "Padre, pongo mi espíritu en tus manos"
Es la última oración de nuestro Señor, nuestro Bien Amado ... y puede ser también la nuestra ... y no solamente la oración de nuestra última hora sino la de todos los instantes de nuestra vida:
"Padre mío, me pongo en tus manos;
Padre mío, me confío a ti;
Padre mío: me abandono a ti;
Padre mío: haz de mi lo que quieras;
lo que hagas de mí, te lo agradezco;
gracias por todo;
estoy dispuesto a todo, lo acepto todo;
mientras tu voluntad se haga en mí, Dios mío;
mientas tu voluntad se haga en todas tus criaturas,
a todos tus hijos y a todos los que ama tu corazón,
no deseo nada más. Dios mío;
pongo mi alma en tus manos;
te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo
y es una necesidad de amor darme,
ponerme en tus manos sin medida,
ponerme en tus manos con una infinita confianza,
porque tú eres mi Padre."
(Escritos espirituales del Padre de Foucauld. Meditaciones sobre la oración; Lc. 23,46)
2. Para comprender mejor la oración del hermano Carlos
Para comprender mejor la oración del hermano Carlos y aprovechar al máximo su sentido, hay que retomar con frecuencia sus ideas para adaptarlas a nuestra vida. Repetir lo que dice con otras palabras y poner el contenido en relación a las experiencias de nuestra vida.
¿Qué significado tiene cuando me dirijo al Señor rezándole: "me pongo en tus manos ..."?
Para el encuentro de vacaciones hemos escogido el verso:
"Mientras Tu Voluntad se haga en mi,
en todas Tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío."
En estos días tendremos quizá ocasión de revivir estos versos tan importantes, que los hagamos nuestros de veras, que sea nuestra oración 'personal, que nos una con Jesús y crezcamos en la confianza absoluta en la voluntad del Padre.
Os animo a dar este paso. A interiorizar los pensamientos de Carlos en lo profundo de vuestra vida y de vuestra situación actual. Los espacios en blanco entre las líneas de esta oración nos invitan a esta experiencia.
Fuente: Libro de Jean-Jacques Antier, Charles De Foucauld, Ignatius Press y otras
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