La alegría de compartir
“Cada uno tiene algo para dar. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La generosidad es una virtud que nos eleva y nos pone en sintonía con nuestra semejanza divina. Esto nos permite situarnos en el lugar del otro y comprender, en un instante, el regalo indicado para la persona indicada en el momento preciso”, (M. Solanet). Una anécdota que subraya esto por contraste:
Un amigo encontró al famoso novelista francés Balzac en un restaurante ocupado en partir un gordo y suculento pato.
— Mi querido Balzac, —exclamó el amigo, que a la vista de tal escena sintió también apetito— ¡supongo que no lo comerá solo!
— No, no, respondió el escritor—. ¡Estoy esperando una fuente de ensaladas!
“Señor: todos los talentos y dones que me diste son para que los comunique y los haga fructificar. Que pueda levantarme cada mañana con un gran deseo de hacer el bien a los otros. Arranca de mi interior todo egoísmo y toda indiferencia, para que entregue mis energías en el servicio generoso a los demás”. Hermosa oración para iniciar tu jornada.
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*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
lunes, 18 de abril de 2016
LA ALEGRÍA DE COMPARTIR
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