Cuando comenzamos a estudiar una carrera nos preparamos mentalmente, pensamos que habrá días llenos de actividades, ajustes económicos y pocas horas de descanso, todo esto si queremos llegar con éxito a concluir la meta deseada. Buscaremos las cosas que necesitamos, haremos compras, ordenaremos horarios, haremos cuentas y achicaremos los gastos.
Preparamos nuestro corazón para un nuevo desafío.
La Biblia narra que Esdras, escriba y sacerdote, contaba con la gracia de Dios, el preparó su corazón haciendo ajustes en su vida, ordenando sus prioridades para disponerse a conocer e investigar la Palabra de Dios.
¿Para qué hizo esto?
Porque él deseaba conocerla, cumplirla y poder enseñarla.
El comenzó una carrera de capacitación en la voluntad de Dios. El se preparó.
Nosotros también tenemos que prepararnos para investigar en su Palabra, si tanto nos interesa conocer su voluntad debemos pensar que tan dispuestos estamos a saber más de Él. Cuando más conocemos, más crece nuestra fe, y estamos preparados para ayudar a otros.
Cuando su Palabra abunda en el corazón la vida toma otra dimensión. Por eso debemos poner un horario para estudiar su Palabra, invertir en libros que nos puedan ayudar a comprenderla mejor y ser disciplinados para no abandonar rápidamente.
Tu capacitación es importante, hay muchos alumnos esperándote. Pero, preparaste tu corazón?
Señor, me interesa saber cuál es tu voluntad, quiero aprender más de tu persona. Ayúdame a ser disciplinado.
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