LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Interesa lo que eres, porque ante tu conciencia y ante Dios es eso precisamente lo que vales; tú ves tu conciencia y Dios penetra el fondo de tu corazón.
Pero también interesa lo que piensas, pues, según pienses, se irá formando tu interior; ya los antiguos sentenciaron: "dime lo que piensas y te diré quién eres".
Interesa también lo que sientes, pues las obras son fruto de los sentimientos, si bien los sentimientos proceden de las obras.
Interesa también lo que hablas, pues de la abundancia del corazón habla la boca; las palabras son los medios de comunicación de nuestra intimidad con los demás; no podemos comunicar una intimidad mezquina o raquítica; es preciso estar en disposición de poder comunicar algo positivo, una intimidad rica y enriquecedora, que lleva al bien y entusiasmo para la acción.
Todo lo que hablas, lo que piensas, lo que sientes, constituye tu yo, y todo tu yo debe estar al servicio de los demás.
“Los impíos llegarán atemorizados cuando se haga recuento de sus pecados y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarlos” (Sab 4,20). “Díganse mutuamente la verdad; y dicten en sus puertas sentencias que establezcan la paz; no piensen en hacerse mal unos a otros” (Zac 8,16-17)
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