martes, 28 de octubre de 2014

Halloween y el incendio del prejuicioso perpetuo.




Halloween y el incendio del prejuicioso perpetuo.
Y podríamos decir, que no solo halloween, sino también Santa Claus con todo y renos provocan en muchos católicos de todos tipos y sabores, lo más extremos comentarios, que demuestran no un celo por la fe, sino un fanatismo hermanado a la ignorancia más lamentable.
Ya habrá tiempo para platicar del buen San Nicolas de Myra en pose de secularización, lo de hoy es el Halloween.
Estos últimos días, han sido difíciles en cuanto a la moderación de comentarios, la polémica desatada por artículos que intentan explicar el origen del halloween aplicando la investigación y la seriedad histórica en base a datos y argumentos parece desatar las más encendidas pasiones de la gente, algunos dan por hecho que el infierno nos espera a teólogos, periodistas, sacerdotes, etc… que nos animamos a explicar el origen de tan publicitada fiesta secular. Desde luego estos que nos quisieran quemar en leña verde se basan en el testimonio de un ex satanista, de uno que otro “apologeta” mediático que jura ser un super-converso que a raíz de su conversión desde una secta evangélica a logrado penetrar a los más profundos arcanos de sabiduría cósmica hasta llegar al punto de decidir como un buen maniqueo, lo que es bueno o malo para nosotros, ¡oh infames neófitos!, también tenemos los consejos de algunos sacerdotes que aun sin conocer de fondo los orígenes históricos de algo, se lanzan al ruedo de la condena basándose en wikipedia o aquello de que lo que se pasa de boca en boca, pero sin confirmación. (Ojo, con todo respeto, pero el ser Ministro Ordenado no confiere al Sacerdote poderes de conocimiento enciclopédico, por ello San Pablo nos recuerda que en la Iglesia hay vocaciones para todo , para que entre todos y con nuestros talentos, demos luz a los demás, esto es… que no solo por que se dice sacerdote alguien ya obtiene una ciencia infusa y difusa que lo convierte en algo así como una computadora que todo lo sabe.)
Realmente la Iglesia nos invita a darnos cuenta de que nuestra Fe es una Fe razonable (Romanos 12), y no una Fe en la que la ignorancia da cabida a cuanta superstición existe… (ojo, hay les explico chatos). Veamos… la línea entre ser un creyente real y un supersticioso es claro, pero a veces no se comprende, en algunos testimonios de “ex satanistas” se dice que tan solo por disfrazarte de Chiqui -dracula el mero 31 de octubre, ya le estas dando un “enormeeee” poder al diablo… ¿será? Es decir, ¿nuestra voluntad e intención no cuentan?, Ojo hermanillos de la creación, porque aquí, por si no se fijaron ya cayeron en la superstición, las cosas no suceden en un nivel mágico, (si, la “Rosa de Guadalupe” es un fraude que evidencia la fe milagrera magia de un creencia inmadura). Decir que por disfrazarte de Harry el Potter el 31 de octubre ya eres un satánico consumado es algo así como creer en la magia y suponer que somos una especie de zombies que no gozamos de libertad y dones ético-morales. Oseaseee!
Prácticamente estamos aceptando que la magia existe y que todo se da en tono mágico. (Osea estamos cayendo en superstición) y vaya, estamos diciendo que Dios en lugar de SER lo que ES, permite que una varita mágica nos amuele la existencia y nos aparte de su amor.
La realidad es que para pecar debe existir asentimiento, voluntad y el hecho en sí (o la cuestión de la omisión), es una ley constante dentro de la moral cristiana, si conoces los datos sobre halloween y su origen, te aseguro que no te vas a condenar, ni siquiera significa que estas aceptando celebrar esa fiesta secular…
Por otro lado, en el conocer esta el distinguir, y el darte a ti mismo la capacidad de discernir, el que un sacerdote, laico o extraterrestre venga y te diga –Halloween está condenado por la Iglesia, los celtas lo certifican y el Vaticano me apoya, además si juegas a las manzanitas en agua ya te condenaste y adoraste al “señor de las moscas” (ahhh verdad, un exorcista si entenderá lo que digo, pa´que vean que estudio)- no significa que esa sea la verdad, y al contrario, te invita a cuestionar, preguntar, indagar y a ser inquisidor, precisamente por amor a la verdad, tienes todo el derecho de decirle…. –Padre Panchito, mmm… ¿y sus fuentes cuáles son?¿On ta la condena del Vaticano específicamente sobre el tema?- si te dice que es porque en una “pagina católica salió el articulo y muchos dicen que es cierto”, tons, aprovecha e investiga. Te aseguro que hay muchos investigadores, teólogos, sacerdotes, laicos, religiosos, eremitas, (muchos más que solo citar al P.Amorth o al P. Fortea) que pueden ayudarte con fuentes y datos serios que te ayuden a forjarte un criterio.
Y ¡hey! Espera, darte a conocer información no es alentarte a que vayas de fiesta este 31 de octubre, ni siquiera a que te disfraces de Dora la exploradora o Barney, simplemente es darte las herramientas para que puedas darle a tu vida un sentido cristiano PLENO, no solo basado en supersticiones y prejuicios, dicho sea de paso, el mal existe, se llama misterio de iniquidad, el malo existe y se llama Satanas, etc… estas son realidades no mitos, lo que significa que también por ignorancia podrías estar haciéndole el favor al chamuco haciendo polémica tontamente y sin fundamentos serios.
A continuación te dejo una carta interesante del Padre Jorge Luis Zarazua, que le contesta precisamente a un laico (de esos varios que predican en las parroquias y congresos) Laico que se dedico -como muchos que conozco- a atacar al Padre Jorge diciéndole que con sus investigaciones fomentaba el satanismo, etc… (También le mandaron el video viral del “exsatanista” que tanto me enviaron a mí y que sinceramente no concuerda con muchos datos históricos serios, pero en fin “¿Quién soy yo para juzgar?” )
Hay les dejo la carta y reflexionen chavos, antes de venir con antorchas a mi humilde castillo interior a quemarme como si fuera el Jorobado de Notre Dame…
CARTA
Con afecto, para (nombre del Laico que dar platicas):
Estimado:
Le saluda “un padrecito de los apóstoles de la palabra”, como usted bien dice. Soy el P. Jorge Luis Zarazúa Campa, misionero apóstol de la Palabra, y le escribo para aclarar lo que ha publicado en su muro de Facebook. (Osea las quejas, berrinches y demás…)
Déjeme aclararle que no me he “vuelto una autoridad” en cuanto a Halloween se refiere. Como doctor en teología, usted debe saber que la investigación es un quehacer necesario para la reflexión teológica, máxime si se dedica uno a la proclamación del Evangelio, sea de manera oral que escrita.
Si usted vuelve a leer los artículos que he publicado, se dará cuenta que están basados en los datos aportados por el P. Augustine Thompson, OP, un sacerdote dominico y destacado profesor de historia. Le transcribo en inglés algunos rasgos sobresalientes de su curriculum vitae:
Fr. Augustine Thompson, O.P. (born New York, 1954), is a Catholic priest of the Order of Preachers and Professor of History at the Dominican School of Philosophy and Theology and member of the Core Doctoral Faculty of the Graduate Theological Union, Berkleley CA. He holds a Ph.D in medieval history from the Univ. of California, Berkeley CA. Until 2009 he was Professor of Religious Studies and History at the Univ. of Virginia, Charlottesville VA. His books and publications focus on medieval Italy and medieval religious history. (Ver: http://www.amazon.com/Augustine-Thompson/e/B001KD8V9S y http://www.dspt.edu/thompson).
La investigación realizada por el R.P. Thompson deja en claro los orígenes cristianos de Halloween. Espero que no descalifique usted su investigación por el simple hecho de que el P. Thompson es “un cura”.
Como seguramente usted sabe, la tarea del historiador es buscar la verdad histórica, corrigiendo los mitos difundidos sobre momentos relevantes de la Historia.
Como digo en la Presentación a mi pequeño libro “Halloween: ¿una fiesta pagana?”, “es importante conocer el desarrollo histórico de Halloween, eliminando los mitos que circulan en nuestros días y que no nos ayudan a afrontarlo adecuadamente desde la pastoral evangelizadora de la Iglesia. Como católicos, debemos optar por la verdad histórica, sin caer en la tentación de reforzar los mitos, por más difusión que tengan en las redes sociales y en la supercarretera de la información.
Al mismo tiempo, es importante aprovechar estas circunstancias para proponer la fe, en primer lugar a los católicos comprometidos”.
Por eso me pareció pertinente presentar los resultados de las investigaciones del P. Thompson, que usted puede también leer en el siguiente enlace electrónico:
Por otra parte, me gustaría una lectura más atenta de parte suya de mis artículos. Yo no niego en ellos la existencia de los druidas, que es el título con que los celtas denominaban a sus ministros religiosos. Lo que no tiene fundamento histórico es presentarlos disfrazados cada 31 de octubre para recoger ofrendas para Satanás, como dicen muchos que rechazan Halloween por los errores que se han difundido desde hace algunos años.
Por otra parte, si usted sigue el recorrido histórico que llevó a la celebración de Halloween a finales del siglo XIX, entenderá por qué no suscribo las tesis que afirman que por el solo hecho de disfrazarse ya se está participando en rituales satánicos y contribuyendo a dar más poder a Satanás, como se afirma acríticamente sin fundamento histórico.
Lamento mucho que los católicos estemos cayendo en lo mismo en que incurren muchos enemigos de la Iglesia católica, que falsean datos históricos acerca de las Cruzadas, la Inquisición y el “Caso Galileo”, entre otros temas relevantes, con el objetivo de descalificarla. No me parece correcto desde la deontología ni desde nuestra fe católica.
Lamento mucho que usted ejerza censura en sus seguidores, invitándolos a no leer mis artículos, pues piensa que pueden aceptar las conclusiones de mi investigación.
Le invito a volver a estudiar más detenidamente este tema, pues usted es una voz que muchos seguimos en las redes sociales. Tiene el deber de documentarse de una manera más exhaustiva. No creo que usted necesite recurrir a descalificar a alguien porque piensa distinto de usted y porque sostiene opiniones distintas a la suya.
Su hermano en Cristo,“un cura”, como usted me llama, aunque no lo sea, pues no tengo la encomienda de la “cura animarum” de una parroquia.

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