HORA SANTA
MONICIÓN DE ENTRADA
Las palabras de Jesús, las cosas que realizó, los gestos inolvidables durante la Última Cena, proclaman bien alto su generosidad desbordante y su amor incondicional. Antes de entregarse a la muerte, por amor quiere darnos la prueba suprema del mismo y quiere dar las pautas para enseñarnos cómo tenemos que amar a los demás.
Cristo conoce bien el corazón del hombre. Sabe que muchas veces traicionamos las promesas, que no somos fieles a nuestros compromisos; que somos débiles a la hora de la entrega; que muchas veces amamos solamente de palabra. Él mismo fue testigo y experimentó esta misma amargura en uno de los suyos.
En la escuela de Jesús, próxima a la Cruz, podemos hoy aprender la gran lección que Él nos brinda.
Con espíritu recogido y en silencio, empecemos nuestra celebración mirando al Señor, ejemplo supremo de amor y de entrega.
CANTO
Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (bis)
- Vosotros sois mis amigos, 2. Vosotros sois sal de la tierra
soy vuestro pan, fuerza del mundo,
soy vuestro vino. luz del camino.
Vosotros sois mis amigos Vosotros sois huella de Dios,
. si cumplís mi voluntad. Palabra viva, mis testigos.
MOTIVACIÓN
Pongamos nuestros ojos en Jesús. Él tuvo una preocupación fundamental: el querer del Padre. De tal manera polarizó esto su existencia que pudo llegar a afirmar: “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre”. Él se nos ha entregado como comida de salvación.
PARA MEDITAR
Nos preguntamos:
- ¿Cómo le acogemos nosotros?
- ¿Dónde alimentamos nuestros deseos, nuestras hambres?
- ¿Qué nos supone acoger a Jesús como Pan de Vida?
- Nos preguntamos con sinceridad, ¿podríamos vivir sin Eucaristía?
SALMO (a dos coros)
Te bendigo, Señor, con el corazón gozoso, en todo tiempo;
día y noche, cuando trabajo o descanso, quiero alabarte;
mi corazón sólo en ti encuentra vida, amor y lealtad;
yo me alegro, Señor, con todos los hombres que te alaban.
Mis ojos te miran y tu presencia me inunda de alegría;
me siento feliz, me siento tranquilo cuando te alabo.
Yo soy pobre de corazón, Señor; a ti grito y tú me respondes;
siempre estás a punto para sacarme de mis angustias.
Tú acampas en tu tienda junto al pueblo elegido;
eres como una columna firme en medio de los que en ti creemos.
¡Oh Dios, yo he gustado y he visto lo bueno que eres tú!
Yo soy dichoso al haberte escogido como el centro de mi vida.
CANTO FINAL
- Yo siento, Señor, que tú me amas.
Yo siento, Señor, que te puedo amar.
Háblame Señor, que tu siervo escucha,
háblame, ¿qué quieres de mí?
Señor, tú has sido grande para mí
en el desierto de mi vida…háblame.
Yo quiero estar dispuesto a todo,
toma mi ser, mi corazón es para ti.
Por eso canto tus maravillas,
por eso canto tu amor (bis)
- Te alabo Jesús, por tu grandeza.
Mil gracias te doy, por tu gran bondad.
Heme aquí Señor, para acompañarte,
Heme aquí, qué quieres de mi.
¡Te adoramos a ti rebosantes de agradecimiento,
Cristo presente en la humildad de este sacramento! Amén.
ACCIÓN DE GRACIAS
Nuestra plegaria de esta noche de Jueves Santo, tiene que ser de profundo agradecimiento. Demos gracias a Dios por todo lo que hoy nos regala. Responderemos:
“Gracias Señor por tu entrega generosa”
- Porque nos enseñas cómo debe ser nuestro amor.
- Porque, siendo el Señor y el Maestro, te haces siervo por amor.
- Porque te quedas con nosotros, para ser confidente de nuestras penas en cada Sagrario de nuestros templos.
- Porque tus palabras y tus gestos son respuesta a nuestra necesidad de amor.
- Porque llegas hasta el testimonio de la sangre para que te creamos.
- Porque obedeces con prontitud a la voluntad del Padre.
- Porque firmas con sangre la promesa que nos haces,
- Porque quieres ser compañero de camino hasta el final de los tiempos.
- Porque no tenemos palabras para agradecer tu generosidad.
CONCLUSIÓN
Gracias Señor por tu entrega generosa. Concédenos que nuestra vida sea siempre sincera acción de gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Y que el ejemplo de tu amor nos lleve a amar de verdad a los que nos necesitan. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Ante ti, Señor, siento respeto y reverencia;
a tu lado yo he experimentado que nada me falla.
Los que pasan de ti, se quedan pobres y vacíos;
los que te buscamos, Señor, quedamos saciados.
Tú eres grande, eres maravilloso, eres único, Señor.
Nuestras ansiedades y angustias las haces tuyas.
Tú estás cerca, Señor, de quien tiene roto el corazón,
y estás pronto a salvar a los que se sienten hundidos.
Yo confío en ti, lo espero todo de tu misericordia;
Confío porque me amas y defiendes siempre mi vida.
Te alabo, Señor, con el corazón lleno de gozo.
Gloria al Padre y al Hijo…
ECOS AL SALMO
MONICIÓN
Hermanos y hermanas: ahora, aquel a quien estamos adorando con nuestro corazón, aquel en quien creemos realmente presente en el sacramento de la Eucaristía, será quien nos hablará y a quien nosotros escucharemos gracias a las palabras con las se despide de los suyos después de la última Cena.
Jesús se nos mostrará como el camino para llegar al Padre, nos hablará de la caridad con la que espera que actúen los que creen en él y, sobre todo, lo escucharemos orando para que vivamos en la unidad más plena, en la comunión total con Él y con el Padre. Escuchémosle.
Evangelio según San Juan
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: no perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias: si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a preparaos sitio?. Cuando vaya y os prepare sitio, os llevaré conmigo para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dice: Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podremos saber el camino? Jesús le responde: Yo soy el camino y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto. Felipe le dice: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús replica: Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”?. ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?. Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, Él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.
Palabra de Dios
SILENCIO (oración personal)
MOTIVACIÓN
Comulgar es llegar a ser lo que comemos. Es desear vivamente “tener los mismos sentimientos” de Jesús. Es incorporar, hacer propia su misma vida. No es otra cosa el ser cristiano que vivir con Jesús, como Jesús, para Jesús, en Jesús. Como crecemos en edad, en conocimientos, en experiencia, también hemos de crecer en identificación con Él. Puestos, de nuevo, los ojos en Jesús-Eucaristía, pensamos en qué y cómo nos vamos pareciendo a Él y en las dificultades que tenemos para asimilar su vida de modo que se transparente a los demás.
PARA MEDITAR
- Recordemos frases del mensaje del evangelio de Jesús:
“No atesoréis tesoros en la tierra”; “Prestad sin esperar nada a cambio”; “Tuve hambre y me disteis de comer”… Hagamos el gesto interior de “tragarnos” eso, de comulgar con ello, de desear al menos ir poniéndonos de acuerdo con Jesús, creciendo en afinidad con Él.
- Caigamos un poco más en la cuenta de lo que significaría “tragarnos” su mentalidad, sus preferencias, sus opciones, su estilo de vida, su extraña manera de vivir, de pensar y de actuar.
ORACIÓN (todos juntos)
Cristo Señor, Cabeza del Cuerpo en constante crecimiento,
de tu Iglesia y de todo el universo.
Tú nos has prometido estar con nosotros
todos los días hasta el fin de los tiempos;
al contemplar este signo del pan Eucarístico
que Tú mismo elegiste para manifestarnos tu nueva presencia,
te adoramos en la plenitud de tu misterio.
Te adoramos a ti, el Hijo eterno y bendito,
que hoy, como ayer, te das por entero al Padre y te recibes de Él;
enséñanos a ser también nosotros hijos de Dios,
dichosos de recibirlo todo del Padre y de darnos a Él.
Te adoramos a ti, que entregaste tu vida por los hombres
y a quien el Padre resucitó con el poder del Espíritu;
concédenos la gracia de acceder al conocimiento de tu amor,
que excede todo conocimiento
y de saber dar también la vida por nuestros hermanos.
Te adoramos a ti, que te haces presente en el pan y el vino, frutos de la tierra;
nos reconocemos ante ti,
no como amos y señores del universo,
sino como servidores y sacerdotes de tu creación
de la que tú harás que broten la tierra nueva y los cielos nuevos.
Te adoramos a ti, Cristo eucarístico,
Porque junto a ti se acrecienta nuestra conciencia
De que nos amas gratuita e incansablemente.
HORA
SANTA
PARA
PREPARAR LA PASCUA
|
1.MONICIÓN DE ENTRADA
Lector 1.
Señor, en este momento, aquí y ante tu
presencia renovamos una vez más nuestra fidelidad y adhesión hacia Ti. Queremos
acompañarte porque, al igual que tus apóstoles, te amamos pero te negamos; te
seguimos pero nos desmoronamos en el sueño;
te admiramos pero no siempre es fácil seguirte de cerca.
En este
atardecer, Señor, has vivido unos momentos intensos. Por ello mismo, porque la
fe nos conmueve, no queremos que –estas horas de prueba, llanto, silencio o
dudas- las aspires en la copa de la soledad amarga.
Hoy, con más claridad que nunca, hemos escuchado
tus palabras que nos hablaban del amor dejando al descubierto nuestros odios.
Hemos visto tus signos, con las rodillas rozando y deslizándose por el suelo, y
hemos comprendido que nuestra entrega no siempre es radical o suficientemente
apasionada.
Lector
3
¡Gracias,
Señor! Gracias por permitirnos, en esta Hora Santa, permanecer junto a Ti.
¡Gracias, Señor! Gracias por darnos
la oportunidad de saborear de nuevo tantos gestos que nos has dejado en este
inolvidable Jueves Santo.
Sólo, desde tu fe y fidelidad hacia Dios, se puede entender el valor de esta entrega
Sólo, desde tu fe y fidelidad hacia Dios, se puede entender el valor de esta entrega
Sólo, desde tu fe y tu confianza en
Dios, se puede esperar un fruto de estas horas que te aguardan
Sólo, desde tu fe y tu abandono en
Dios, se puede donar tu vida por todos nosotros.
Ayúdanos, Señor, a que nuestra fe
sea más sólida, más convencida, más purificada y –sobre todo- más consciente de
que Tú eres el centro, el presente, el futuro y la meta de nuestro existir.
Te alabamos, Señor. Te bendecimos,
Señor. Te adoramos, Señor.
Creemos
en Ti, Señor. Esperamos en Ti, Señor. Sálvanos, Señor.
Canto: (Cantemos al amor de los amores/Cristo nos
da la libertad/Creo Señor/Oh buen Jesús/Cerca de Ti, Señor/Nada te turbe
2,LECTURA DEL EVANGELIO
SEGÚN SAN MARCOS 14,..-34.:
Después de cantar el salmo, salieron para el Monte de los Olivos. Jesús
les dijo: Todos vais a caer, como está escrito: «Heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas.»Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.
Pedro replicó: -Aunque todos caigan, yo no. Jesús le contestó: Te aseguro, que
tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.
Pero él insistía: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y los demás
decían lo mismo. Fueron a una finca, que llaman Getsemaní, y dijo a sus
discípulos: Sentaos aquí mientras voy a orar. Se llevó a Pedro, a Santiago y a
Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo: Me muero de tristeza: quedaos
aquí velando. .
Silencio
Canto: No adoréis a nadie/ Estoy pensando en
Dios/Danos un corazón grande para amar
2.1Reflexión
También nosotros, como los
apóstoles, nos hemos puesto en camino. Hemos salido de nuestra ciudad, de nuestra
comodidad, de nuestra casa, del mundo que nos rodea o nos preocupa hacia este
Monte de los Olivos.
Venimos, tal vez, con los mismos
condicionantes de los amigos de Jesús: tenemos sueño, estamos despistados o
abrumados por muchos acontecimientos que nos asolan. Como los discípulos, y lo
tenemos que reconocer, tenemos miedo a
ser señalados por ser cristianos, por ser de los suyos.
Como Pedro, ante Ti Señor,
reconocemos que somos frágiles. Nuestras negaciones, en el fondo, son expresión
de una fe poco convencida. No siempre formada. No siempre contrastada a la luz
de tu Palabra. Ayúdanos, Señor, a permanecer fieles en los momentos de
tempestad. En los instantes en los cuales se nos requiere cintura a nuestra fe.
2.2 Respuesta
.En estas horas de prueba y de agonía
R/Déjanos, Señor, rezar contigo
.En estos momentos de lágrimas y sudor
R/Permítenos sufrir y llorar contigo
.Cuando tus discípulos duermen
R/Deja que te acompañemos con nuestros ojos
despiertos
.Cuando la incomprensión, las negaciones o
la traición te asolan
R/Recibe, Señor, nuestra fidelidad
.Cuando Judas
te vende por ruines monedas
R/Acoge, Señor, nuestro deseo de ser sólo para
Ti
.Cuando miras a Pedro envuelto en sus
lágrimas
.Nosotros, Señor, te confesamos y decimos:
Tú eres nuestro Señor! ¡Eres la razón de
nuestra fe!
3.LECTURA DEL EVANGELIO
SEGÚN SAN MARCOS 14, 35-38.
Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era
posible, se alejase de él aquella hora; y dijo: ¡Abba! (Padre): tú lo puedes todo, aparta de mí ese cáliz. Pero no lo que
yo quiero, sino lo que tú quieres. Volvió, y al encontrarlos dormidos, dijo a
Pedro: -Simón, ¿duermes?, ¿no has podido velar ni una hora? Velad y orad, para
no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
-Silencio
-Canto: Majestad/Pedro te negó tres veces/ Tuya es la gloria
3.1. Reflexión
Atrás ha quedado la cena y,
junto con los apóstoles, acompañamos al Señor en este lugar alejado, en este
huerto de Getsemaní. Atrás, en el domingo de ramos, quedó el bullicio y el
griterío. ¿Dónde están los que lo aclamaban como rey? ¿Dónde el que daría su
vida por ÉL? ¿Dónde el que, en su mismo plato, mojó su trozo de pan? ¿Dónde
estamos nosotros? ¿Rezando con Jesús…o presos por el sueño?
¿No
lo escucháis? ¿No lo oís? El Señor, una vez más, se retira a este lugar tan
familiar y querido para Él: la sala de estar con el Padre. La sala de las
confidencias y, en esta noche, la tierra donde caen las lágrimas de la soledad
y de la prueba “Si quieres puedes hacer
pasar de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad Padre sino la tuya.”
El Señor dará su
vida por nosotros pero, antes, se llena de energía en este huerto de Getsemaní.
Se nutre de la fuerza que, el Padre, le envía desde el cielo. Se arma de valor
con la fuerza del Espíritu que, el Padre, le sopla desde su ser Eterno.
Hoy, más que nunca, en la oración de
Getsemaní brotan las luchas y las penas de nuestro mundo. Hoy, en Getsemaní, se
representa el drama de toda la humanidad: aparta de mí esto o aquello que me
estorba; aquello que me impide cumplir mi voluntad, aquello que me impide
llevar una vida cómoda y sin complicaciones.
Hoy, Getsemaní, también necesita
orantes. Discípulos que, envueltos en pruebas y en llantos, quieran y deseen
estar del lado de Jesús. Con debilidades pero con fe. Con llanto pero con
esperanza. Con pecados pero con ganas de abrazar la gracia. Con deserciones
pero con lágrimas de arrepentimiento en sus ojos.
Gracias, Señor, tu oración en
Getsemaní personifica lo que a nosotros nos falta: la estrecha unión con un Dios
que nos da fuerza y valor en las horas de combate, en los momentos inciertos,
en los instantes amargos.
3.2 RESPUESTA
.Porque nos asustan las horas amargas.
R /Queremos
velar contigo, Señor
.Porque preferimos el licor dulce al cáliz
amargo.
R/Queremos velar contigo, Señor
.Porque nos cuesta entender una vida con
sacrificio.
R/Queremos velar contigo, Señor
.Porque nos cuesta entender la voluntad de
Dios.
R/Queremos velar contigo, Señor
.Porque, la tentación, nos seduce y nos
parece algo normal.
R/Queremos velar contigo, Señor
.Porque nuestra carne es débil e
impermeable a tu espíritu.
R/Queremos velar contigo, Señor
4.LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
14,46-50.
Al que yo bese,
es él: prendedlo y conducidlo bien sujeto. Y en cuanto llegó, se acercó y le
dijo: -¡Maestro! Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de
los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja ’al
criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo: -¿Habéis salido a
prenderme con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario os estaba
enseñando en el templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las
Escrituras. . Y todos lo abandonaron y huyeron.
-Silencio
-Canto: Un mandamiento nuevo/Si me falta el
amor/Creo, Señor/Peregrino a dónde vas
4.1 CREDO ANTE EL MONUMENTO
Creo en Ti, Señor... pero
ayúdame a creer con firmeza.
Espero en ti... pero ayúdame a esperar sin desconfianza.
Te amo Señor...pero ayúdame a defenderte con mi propia cara
Te adoro Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin.
Te alabo porque no te cansas de hacer el bien, y me refugio en Ti porque eres mi protector.
Que Tu sabiduría Señor, en esta noche me dirija, y Tu entrega me redima
Que Tu misericordia me consuele y Tu sangre lave mis pecados
Espero en ti... pero ayúdame a esperar sin desconfianza.
Te amo Señor...pero ayúdame a defenderte con mi propia cara
Te adoro Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin.
Te alabo porque no te cansas de hacer el bien, y me refugio en Ti porque eres mi protector.
Que Tu sabiduría Señor, en esta noche me dirija, y Tu entrega me redima
Que Tu misericordia me consuele y Tu sangre lave mis pecados
Que tus lágrimas me conmuevan y tu
oración me estremezca
Te ofrezco en esa Hora Santa, Señor, mis pensamientos,
Te ofrezco en esa Hora Santa, Señor, mis pensamientos,
te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de
ti cuando, Tú, ya no hablas
Te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad, cuando Tú cumples la del Padre
Te ofrezco mis penas, pequeñas y absurdas, cuando veo tan grandes las tuyas
Te pido Señor que ilumines mi entendimiento, con tu generosa pasión
Te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad, cuando Tú cumples la del Padre
Te ofrezco mis penas, pequeñas y absurdas, cuando veo tan grandes las tuyas
Te pido Señor que ilumines mi entendimiento, con tu generosa pasión
que fortalezcas mi voluntad, con tu
inquebrantable entrega
que purifiques mi corazón con tu amor
sin fisuras
que santifiques mi espíritu con tu
espíritu invencible.
Señor, hazme llorar mis pecados, sin que sea demasiado tarde
Señor, hazme llorar mis pecados, sin que sea demasiado tarde
rechazar las tentaciones, antes de
escuchar el canto del gallo
vencer mis inclinaciones al mal, al
dinero… a venderte por poco y nada
Regálame Tu gracia, Señor, en esta Noche Santa
Regálame Tu gracia, Señor, en esta Noche Santa
para amarte y olvidarme de mí, para
buscar el bien de mi prójimo sin tenerle miedo al mundo.
Facilítame la gracia para ser obediente a los designios de Dios,
Facilítame la gracia para ser obediente a los designios de Dios,
comprensivo y atento con los que me
rodean,
solícito con mis amigos y generoso con
mi enemigo.
Ayúdame, Señor, a superar con austeridad la abundancia,
Ayúdame, Señor, a superar con austeridad la abundancia,
con generosidad la avaricia, con
amabilidad la ira y con fervor la tibieza.
Enséñame, Señor, en esta noche –divina y humana, santa y traicionera –
Enséñame, Señor, en esta noche –divina y humana, santa y traicionera –
a comprender la pequeñez de lo
terreno, l
a grandeza de lo divino, la brevedad
de esta vida y la eternidad de la futura
Creo en Ti, Señor; espero en
Ti, Señor; te amo a Ti, Señor.
En esta noche, con fe viva, te
digo y proclamo Señor:
¡CREO EN DIOS!
¡CREO EN TI SU ÚNICO HIJO!
¡CREO QUE NACISTE EN BELÉN!
¡CREO QUE VINISTE DESNUDO Y,
DESNUDO, SUBIRÁS POR MÍ A LA CRUZ!
¡CREO QUE, EN UN PESEBRE DE
MADERA APARECISTE!
¡CREO QUE, EN UNA CRUZ DE
MADERA MORIRÁS PARA RESUCITAR!
¡CREO QUE, TU VIDA EN LA CRUZ,
SERÁ CAUSA DE MI SALVACIÓN!
¡CREO HOY MÁS QUE NUNCA EN EL
ESPÍRITU QUE RODEA ESTE MISTERIO!
¡CREO, SEÑOR, EN LA CONQUISTA
QUE TRAE TU MUERTE: LA RESURRECCIÓN!
¡CREO, SEÑOR, EN EL PERDÓN DE
LOS PECADOS ANTE TANTO RÍO DE GRACIA!
¡CREO, SEÑOR, EN LA RESURRECCIÓN
Y EN LA VIDA QUE NOS TRAES!
¡CREO, SEÑOR, EN LA IGLESIA
MADRE, SANTA Y PECADORA, CON ARRUGAS PERO CON UN ROSTRO HERMOSO POR CONTENER
LOS TESOROS DE TU GRACIA!
¡SÍ! En esta noche teñida con
dolor y sangre, misterio y pasión,
sufrimiento y lágrimas, llanto y sueño, silencio y traición, soledad y
compañía, cielo y tierra……….te digo, Señor, que creo en todo lo que haces por
la humanidad.
¡Gracias, Señor! ¡Creo en Ti,
Señor! ¡Espero en Ti, Señor!
Canto: Como el Padre
me amó yo os he amado/Señor, Señor haz de mi un instrumento de tu paz/
5. SÍMBOLO FINAL
Todo esto, Señor, lo queremos
manifestar públicamente ante Ti comprometiéndonos en esta Hora Santa, a amar
con todas nuestras fuerzas a Dios que habita en nuestras almas, a tu persona
que redime la humanidad y al Espíritu que nos hace hijos de Dios por la gracia
del Bautismo
(Salen tres personas con tres lámparas con la siguiente
inscripción: ¡GRACIAS POR TODO, SEÑOR!
6.Padrenuestro
7.Oración final
Desde un lugar con prisas, Señor, hemos
venido a este lugar apartado y de misterio.
Hemos compartido contigo tus horas de
tristeza y soledad, de prueba y de sufrimiento.
Te pedimos, Señor, que tu Santa Pasión,
sea causa de salvación y de luz para todos
los que buscan y no encuentran
para los que creemos y esperamos en Ti
para los que dudan pero no rechazan la
verdad.
Ayúdanos, Señor, a buscar en la comunión con
el Padre
las respuestas a tantos interrogantes que la
existencia humana nos plantea.
Te damos gracias porque, tu muerte, dará paso
a la resurrección
y, con tu resurrección, todos alcanzaremos la
nuestra
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario