San Hugo, obispo de Grenoble (Francia), fue discípulo del Padre fundador de la Orden: San Bruno.
Hugo nació en Châteauneuf-sur-Isère hacia el año 1053. Estudió en Rrims, al noreste de Francia, allí conoció a San Bruno como profesor suyo. Con el paso del tiempo fue nombrado canónigo de Valence y después obispo de Grenoble entre los años 1080 y 1132, hasta que muriese con 79 años tal día como hoy, 1 de abril.
La vida de San Hugo siempre está asociada a la Orden de la Cartuja. Fue en el año 1084 cuando recibió a San Bruno con sus seis compañeros en su diócesis con la intención de retirarse del mundo. Aquellos siete monjes fundarían la Orden, cuyo fin principal sería la alabar a Dios en la soledad: la contemplación.
Cuenta la leyenda que San Hugo tuvo un sueño premonitorio de aquella visita. Soñó que siete estrellas en el firmamento (símbolo iconográfico muy habitual en la Orden), que representaban a los siete hombres que buscaban la soledad alpestre. Hugo los condujo por un laberinto de montañas escarpadas de su diócesis, hasta un desierto de rocas y de pinos, llamado Chartreuse (Cartuja). Ahí, construyeron cabañas de madera y un oratorio de piedra. Un pobre refugio de donde nació la Grande Chartreuse (Gran Cartuja). Desde hace unos 9 siglos, en ese mismo lugar, la Orden sigue viva iluminando el cielo como aquellas siete estrellas lo hicieran en el sueño de San Hugo.
Así fue como Hugo ayudó a fundar la comunidad eremítica de la Cartuja en aquellos parajes yermos e inhóspitos. Desde entonces éste siempre se asociaría al orden, representado con los hábitos episcopales y por debajo su casulla blanca.
Tras su muerte fue canonizado rápidamente, tan sólo dos años después de su muerte. Fue el 22 de abril de 1134 por el Papa Inocencio II.
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