Los cinco minutos de María
A veces, la devoción a la Virgen se expresa con actos externos: la bendición de los hogares, de los coches, de los lugares de trabajo; o también la veneración de imágenes y estampas. Todos estos actos tienen sentido si son expresión sincera de nuestra confianza en la Madre de Dios.
Podemos confundirnos o equivocarnos si les damos un sentido mágico. Ellos no solucionan mágicamente los problemas de la vida con las dificultades del trabajo, los problemas de la convivencia familiar, la salud de nuestros enfermos. Pero sí nos ayudan a ponernos en comunicación con la Virgen, sí nos impulsan a comprometernos cada día con el amor a Dios y a los hermanos, son recordatorios del camino del Evangelio de Jesús.
Santa Madre de Dios, queremos renovar nuestro amor a ti, para que en todas nuestras devociones crezcamos en la confianza de hijos tuyos y discípulos del Señor.
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