“Muchas veces no has entendido que hay una esperanza a la cuál Dios te ha llamado y esta esperanza está íntimamente ligada con el propósito de Dios en tu vidas. Cuántas veces has estado dando vueltas sin propósito y todo porque los ojos de su entendimiento están entenebrecidos. Pide que Dios abra tus ojos, Dios lo hará, como el profeta que pidió que le abriera los ojos a su siervo. Cuando entendáis la esperanza a la cuál Dios nos ha llamado entonces tu vida adquirirá sentido, rumbo y propósito”.
Efesios 1:18.
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