lunes, 4 de abril de 2016

ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA


AVEMARÍA 

Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V.Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R.Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

R.Amén

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ACORDAOS 

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.

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BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

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BAJO TU AMPARO

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

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OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.


PRINCIPALES VIRTUDES DE LA VIRGEN MARÍA

FE

El espejo de la fe. A pesar de que el papel que le tocó desempeñar a la Virgen María en el plan de Dios fue tan especial, ella siempre fue una creyente de gran sencillez y humildad. Desde su propia concepción, recibió la inmensa gracia de los méritos de la cruz de Cristo: ser libre de la esclavitud del pecado. Con todo, siempre tuvo que tomar decisiones muy terrenales y sintió emociones auténticamente humanas. Su triunfo fue un triunfo de fe; la misma fe que puede tener cada uno de nosotros.
El Señor nos invita a todos a iniciar una peregrinación de fe como la de María, porque desea que todos guardemos su Palabra en nuestro corazón, meditando con amor lo que Él nos dice en la Sagrada Escritura. La santísima Virgen María nos ha dado un hermoso ejemplo de lo que signifi ca obedecer a Dios; nos ha enseñado a escuchar la voz de Dios y recibir la guía del Espíritu. Quiera el Señor que repitamos siempre la oración de la Virgen de todo corazón: “Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.”


CARIDAD-AMOR

Dios es amor.

María Santísima es también amor.

Podríamos decir que María es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios.
"Tú sola, Virgen María, le curas a Dios de todas las heridas que le hacemos los hombres. Por ti sola valió la pena la redención, aunque, afortunadamente, hay otras y otros que se han tomado en serio la redención".

Este amor tuyo que, por un lado, sube hasta Dios y, por lo tanto, tiene toda la gratitud de una creatura, toda la profundidad de una madre, toda la pureza de una virgen; por otro lado, se dirige a nosotros, hacia la tierra, hacia tus hijos.

Cómo me impresionó -y aparte al principio no lo creí- leer aquellas palabras de San Alfonso María de Ligorio: "Si juntáramos el amor de todos los hijos a sus madres, el de todas las madres a sus hijos, el de todas las mujeres a sus maridos, el de los santos y los ángeles a sus protegidos: todo ese amor no igualaría al amor que María tiene a una sola de nuestras almas". Primero, no lo creí porque era demasiado grande para ser cierto. Hoy, lo creo, y posiblemente estas palabras de San Alfonso se quedaron cortas.
Yo me pregunto: si uno de veras cree en este amor que le tiene María Santísima como madre ¿podrá sentirse desgraciado? ¿Podrá sentirse desesperado? ¿Podrá vivir una vida sin alegría, sin fuerza, sin motivación? ¿Podrá alguna vez, en su apostolado, llegar a decir "no puedo, me doy"? ¿Podrá algún día decir : "renuncio al sacerdocio y lo dejo"? Si Cristo, por nosotros, dio su sangre, su vida, ¿qué no dará la Santísima Virgen por salvarnos? Ella ha muerto crucificada, espiritualmente, por nosotros. A Cristo le atravesaron manos y pies por nosotros; a ella una espada le atravesó el alma, por nosotros. Si Él dijo: "He ahí a tus hijos" ¿cómo obedece la Santísima Virgen a Dios? Entonces, cuánto nos tiene que amar. Y si somos los predilectos de su hijo: "vosotros sois mis amigos", somos también los predilectos de Ella.

El amor de María llena nuestro corazón, debe llenarlo. El amor de una esposa no es el único que puede llenar el corazón de un hombre como yo. El amor de María Santísima es muchísimo más fuerte, rico, tierno, confortante, que el de todas las esposas de la tierra. El amor de mi madre celestial llena, totalmente, mi corazón. Una mirada, una sonrisa de María Santísima, me ofrecen más que todo lo que pueden darme todas la mujeres de la tierra juntas.

¿Cuál debe ser mi respuesta a tan grande y tierno amor?

Como San Juan Pablo II debemos decir cada uno de nosotros, también, "totus tuus": todo tuyo y para siempre. Aquella expresión que el Papa nos decía: "Luchando como María y muy juntos a María", que le repitan siempre: "totus tuus".

¿Por qué no llevarme a todas partes a la Santísima Virgen? En el pensamiento, en el corazón, y también, en una imagen, en un cuadro: su presencia es benéfica. Yo tengo en mi despacho y en mi cuarto una imagen de la Santísima Virgen. Con mucha frecuencia la miro, con mucha frecuencia le hablo y, también, la escucho. Siento su presencia y su amor a través de esa imagen.




SILENCIO

Quien haya pasado una noche a campo abierto sabe de la notable diferencia que existe entre caminar a la luz de la luna y caminar sin ella. Su reflejo nos ayuda a delinear los contornos de la realidad que se abre a nuestro paso. Pero sabemos también que esta luz no le es propia, sino que es reflejo de la luz del sol.
La luna ha sido siempre un símbolo mariano, pues grafica la presencia de nuestra Madre y la función que realiza en nuestra vida cristiana. Todo el brillo que percibimos en Ella le viene del resplandor radiante del Sol de Justicia que es su Hijo. María es el reflejo sereno y apacible que depende, toda Ella, del Señor Jesús. No podemos olvidar, sin embargo, que María posee también consistencia propia. Reflejar el resplandor de su Hijo no la alienta, no le arrebata su propia identidad. Por el contrario, justamente por ser Ella misma, por permanecer arraigada en su mismidad, es que conquista la densidad y la solidez necesarias para acoger y reflejar la presencia del Hijo. Si la luna no estuviese ahí, con unos rasgos y una forma determinada, tampoco podría reflejar nada, los rayos del sol se perderían inevitablemente en el espacio infinito.
Con las limitaciones e imperfecciones propias de una analogía, la referencia a la luna nos ayuda a comprender la presencia silenciosa de la Madre. El silencio de María, como sabemos, no es pasivo ni ausente; es, por el contrario, dinámico, e implica plenitud de presencia. Ella guarda silencio pero no para quedarse callada, sino para que en Ella pueda resonar clara y potente la Palabra Eterna pronunciada por el Padre. De esta manera descubrimos en el silencio de la Madre dos dimensiones fundamentales por un lado la acogida o receptividad, y por otro la expresividad participativa.

 


HUMILDAD DE MARIA


Fundamento y guarda de todas las virtudes llaman los Santos a la humildad, porque sin ella no hay en el alma ninguna virtud; aunque todas las posea, todas faltarán al punto que la humildad se ausente y le falte.
Tanto es lo que Dios estima la humildad, que dondequiera que la ve, al instante se complace en ella. Antes de la venida del Hijo de Dios al mundo, no se conocía tan hermosa y necesaria virtud; pero habiendo venido a enseñarla con su ejemplo, quiso que en ella mayormente le imitásemos, diciéndonos que de Él aprendiéramos a ser mansos y humildes de corazón.



MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA

María es madre de la Iglesia y de cada uno de sus miembros por designio divino. Jesús, desde la cruz, nos dio a María como Madre:






 "Jesús, habiendo visto a su Madre, le dice: Mujer, he ahí a tu hijo!.
Luego dice al discípulo: He ahí a tu Madre!". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn 19, 26-27)






Juan representa a todos los que, como el, desean ser el "discípulo amado" de Jesús. Como el, llevamos a María a nuestra casa.  Ver: "He ahí a tu madre" 'Juan Pablo II
María Santísima es verdaderamente madre nuestra. Ella nos engendra continuamente a la vida sobrenatural. Ella como madre intercede continuamente por nosotros ante su Hijo. Ella siempre nos indica el camino a Cristo y nos concede las gracias necesarias para andar.

La Virgen María fue solemnemente proclamada como "Madre de la Iglesia" en el Concilio Vaticano II el 21 de nov. de 1964.
MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA


La reflexión sobre estas estrechas relaciones de María con la Iglesia, tan claramente establecidas por la actual Constitución Conciliar (LG), nos permite creer que es este el momento mas solemne y mas apropiado para dar satisfacción a un voto que han dado todos los padres conciliares, pidiendo insistentemente una declaración explícita durante este Concilio de la función maternal que la Virgen ejerce sobre el pueblo cristiano.
 
Así pues, para GLORIA DE LA VIRGEN Y CONSUELO NUESTRO, PROCLAMAMOS A MARÍA SANTÍSIMA "MADRE DE LA IGLESIA", es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este GRATÍSIMO TITULO. MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.







Oración a María madre de la Iglesia


María, tus hijos llenos de gozo,
Te proclamamos por siempre bienaventurada
Tú aceptaste gozosa la invitación del Padre
para ser la Madre de su Hijo.
Con ello nos invitas a descubrir
la alegría del amor y la obediencia a Dios.
Tú que acompañaste hasta la cruz a tu Hijo,
danos fortaleza ante el dolor
y grandeza de corazón
para amar a quienes nos ofenden.
Tú al unirte a la oración de los discípulos,
esperando el Espíritu Santo,
te convertiste en modelo
de la Iglesia orante y misionera.
Desde tu asunción a los Cielos,
proteges los pasos de quienes peregrinan.
guíanos en la búsqueda
de la justicia, la paz y la fraternidad.
María gracias por tenerte como Madre.
Amén.






EL VALOR DEL SANTO ROSARIO








CÓMO REZAR EL SANTO ROSARIO



 
Cómo rezar el Rosario
1.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

2.- Rezar el Acto de Contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

3.- Rezar tres avemarías y un Gloria.
4.- En función del día de la semana, elegimos los misterios a meditar, según lo que se indica más abajo. 

Tras enunciar el primer misterio, se reza un padrenuestro.

Misterios Gozosos (Lunes y Sábados)
La Encarnación del Hijo de Dios.
La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.
La Purificación de Nuestra Señora y Presentación del Niño Jesús.
El Niño perdido y hallado en el Templo.

Misterios Dolorosos (Martes y Viernes)
La Oración de Jesús en el Huerto de los olivos.
La Flagelación del Señor.
La Coronación de espinas.
La Cruz a cuestas camino del Calvario .
Crucifixión y muerte de Jesús  en la Cruz.

Misterios Gloriosos (Miércoles  y Domingos)
La Resurrección del Señor.
La Ascensión del Señor.
La Venida del Espíritu Santo.
La Asunción de Nuestra Señora.
La Coronación de María Santísima.

Misterios Luminosos (Jueves)
El Bautismo en el Jordán
La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
La Transfiguración del Señor en el monte Tabor.
La institución de la Sagrada Eucaristía.

5.- Se rezan 10 avemarías, un gloria y a continuación la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

6.- Se enuncia el segundo misterio y se reza un padrenuestro.

7.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

8.- Se enuncia el tercer misterio y se reza un padrenuestro.

9.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

10.- Se enuncia el cuarto misterio y se reza un padrenuestro.

11.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

12.- Se enuncia el quinto misterio y se reza un padrenuestro.

13.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


15.- Finalmente, se reza la Letanía de la Santísima Virgen María:



Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial
Dios, Hijo Redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad santa, un solo Dios
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Vírgenes
Madre de Cristo
Madre de la Iglesia
Madre de la Divina Gracia
Madre purísima
Madre castísima
Madre y Virgen
Madre sin mancha
Madre inmaculada
Madre amable
Madre admirable
Madre del buen consejo
Madre del Creador
Madre del Salvador
Virgen prudentísima
Virgen digna de veneración
Virgen poderosa
Virgen acogedora
Virgen fiel
Ideal de santidad
Trono de sabiduría
Causa de nuestra alegría
Templo del Espíritu Santo
Obra maestra de la gracia
Modelo de entrega a Dios
Rosa escogida
Fuerte como la torre de David
Hermosa como torre de marfil
Casa de oro
Arca de la Nueva Alianza
Puerta del cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consoladora de los tristes
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los confesores de la fe
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida sin pecado original
Reina llevada al cielo
Reina del Santo Rosario
Reina de la Familia
Reina de la paz





EL SI DE LA MARÍA


UNA MUJER QUE SUPO SOSTENER SU SÍ.


La noche se alejó y la suave luz del amanecer empezó a iluminar un nuevo día.  En que parecía como uno más pero que sería el DÍA de todos los días. El gran día para la Humanidad.

Fresca la mañana, limpia la brisa en ese día de días. Día de primavera, 25 de marzo. No hubo trompetas, no hubo cañonazos, no hubo concentración de millares de personas como en los grandes eventos. Fue discretamente, sencilla y naturalmente como suelen ser todas las cosas grandes de Dios.

Una virgen en oración. Un lugar: Nazaret, ciudad de Palestina y el arcángel Gabriel como embajador de Dios. Un saludo: - ¡Dios te salve María, llena eres de gracia! Y con este saludo, una petición de colaboración.

El Misterio de amor y de misericordia, prometido al género humano miles de años atrás y anunciado por tantos profetas, se iba a hacer realidad.

Creo yo que todo quedó en suspenso. La naturaleza, el aire, el universo en pleno tuvieron que contener su aliento vital en la espera de oír la respuesta de María. Los labios de la virgen se movieron, primero para aclarar una duda, pero una vez que esta fue disipada, volvió a hablar para dar su consentimiento a esa misión celestial.

María, la llena de gracia, aceptaba humildemente el Gran Designio para el que se le pedía su cooperación, sin envanecimiento porque sabía que la realeza y la gloria de su gracia pertenecían a Dios, venía de Dios.

Y María dijo: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según Tu Palabra". 

Necesariamente tuvo que haber habido un estremecimiento en todo el orbe. Los cielos y la tierra, la creación entera tuvo que conmoverse en ese grandioso momento. Y en ese instante, de allá del Seno del Padre, el Espíritu Santo descendió y cubrió a la siempre virgen, a la llena de gracia, con su sombra y el Verbo de Dios quedó para siempre unido a la raza humana.

El Hijo de Dios, el Hijo de María daba comienzo a su vida de hombre, sin dejar de ser Dios, en el seno de esta mujer escogida por el Altísimo para cooperar, para cocrear con Dios con su libre consentimiento y ser desde el instante de este ¡Fiat!, corredentora de la Humanidad.

Después ... después pasaron muchas cosas. Todas las que estaban escritas, pero los cristianos no podemos, no debemos olvidar ese día, ese momento y mucho menos a la siempre virgen, a la llena de gracia, a María la Madre de Dios y Madre nuestra.

Por eso el Papa Juan Pablo II tenía una muy especial devoción al "Ángelus", esa oración que se dice al comenzar el día, al tiempo del mediodía y cuando el día está en el ocaso:

"El ángel del Señor anunció a María"- "Y concibió por gracia del Espíritu Santo"- Y se reza un Ave María.

"He aquí la esclava del Señor"- "Hágase en mí según Tu Palabra"- Otra Ave María.

"Y el Verbo se hizo carne" - "Y habitó entre nosotros" y se termina con un Ave María.

Sencilla oración. Diario recuerdo amoroso a nuestra Madre la Virgen María.

Cuando esta bella oración del Ángelus se extienda por todo el mundo, cuando esto suceda... nuestro mundo será mejor.



La Anunciación del Ángel a la Virgen Máría. Fiesta de Jesús que se encarnó y fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra"
 

El sí de María, un gran día para la humanidad
El Misterio de amor y de misericordia, prometido al hombre miles de años atrás y anunciado por tantos profetas, se iba a hacer realidad.




UN CANTO QUE NOS AYUDA A REFLEXIONAR SOBRE EL SÍ GENEROSO DE NUESTRA MUY QUERIDA MADRE.








LAS APARICIONES MARIANAS SON LAS PRESUNTAS MANIFESTACIONES DE LA VIRGEN MARÍA, ANTE UNA O MÁS PERSONAS EN UN LUGAR Y TIEMPO DETERMINADO LAS ÚLTIMAS RECONOCIDAS POR LA IGLESIA SON DOCE, MECIONARÉ ALGUNAS DE ELLAS.


             VIRGEN DE GUADALUPE



VIRGEN DEL CARMEN



VIRGEN DE FÁTIMA.



VIRGEN DEL ROSARIO

Virgen Mary & Madonnas - Delcampe.fr


María es nuestra verdadera madre que se viene apareciendo en diversos lugares, trayendo siempre un mensaje de parte de su hijo para que seamos más felices poniendo en práctica las enseñanzas que Jesús nos ha dejado.

virgen


Gracias por estar siempre junto a mí y ser mi fortaleza en cada momento de mi vida, ruega por mí y por tantos que acuden a ti buscando un descanso para sus vidas, un motivo para segurir luchando.

un video que nos ayudará a conocer más sobre dicho tema.




CULTO QUE SE RINDE A LA VIRGEN MARÍA


 El concilio Vaticano II afirma que el culto a la santísima Virgen «tal como ha existido siempre en la Iglesia, aunque del todo singular, es esencialmente diferente del culto de adoración, que se da al Verbo encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo.









Ahora el culto que damos a la Virgen María se llama VENERACIÓN y el culto que rendimos a Dios se llama ADORACIÓN ,ES DECIR,un culto mayor  QUE VENERACIÓN, pero el culto que rendimos a los santos es inferior a la de la Virgen María que se llama DULÍA.


¿CÓMO NO AMARLA SI ELLA NOS DIO A JESÚS? 

¿A QUIÉN NO LE GUSTA QUE HABLEN BIEN DE SU MADRE?


¿QUÉ DESEA UN HIJO PARA SU MADRE?



DÁNDOLE CULTO A DIOS NO QUITAMOS POR NADA EL CULTO QUE JESÚS SE MERECE, ANTES BIEN JESÚS SE SENTIRÁ FELIZ AL VER QUE SU MADRE ES QUERIDA Y HONRADA POR SUS HERMANOS QUE SOMOS TÚ Y YO.

TE DOY OH MARÍA MADRE MÍA MI MAS TIERNO AMOR , GRACIAS PORQUE SIEMPRE ESTAS CONMIGO, SIENTO TU PROTEGCION A CADA INSTANTE EN MIS LUCHAS Y AFLICCIONES TÚ ME MIRAS Y ME CONSUELAS, GRACIAS POR SER TAN BUENA CONMIGO, NO TE MEROZCO PERO TE NECESITOMADRE, CUIDA DE MI Y DE TODOS LOS QUE QUIERO.





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