Hoy, 3 de agosto, conmemoramos a Santa LIDIA, Primera Cristiana.
SANTA LIDIA (¿?-fin del siglo primero) nació en Thyatira, Frigia, la actual Akhisar, en Turquía.
Santa Lidia tuvo la dicha de ser la primera persona que recibió el bautismo en el continente europeo.
En el primer siglo de nuestra era, Thyatira tenía fama por los teñidos de tela que se realizaban ahí, industria de gran lujo en esa época. Especialmente valiosa y sumamente cara era la púrpura, tintura que se extraía de un molusco particular, muy poco abundante.
En una de las más acaudaladas familias de Thyatira nació Santa Lidia, quien con el tiempo se convirtió en una próspera comerciante de púrpura.
Hacia la época en que conoció a San Pablo, Santa Lidia estaba instalada en Filipos, ciudad en ruinas en la actual Krinides, Macedonia, y ahí fue donde lo recibió y donde él le transmitió la nueva fe en Cristo Jesús.
La tradición destaca la piedad y la hospitalidad de Santa Lidia, quien convirtió su casa en el centro comunitario de la congregación cristiana de Filipos.
A pesar de su extraordinaria riqueza, Santa Lidia fue siempre desprendida y generosa, y supo utilizar sus caudales con sabiduría, promoviendo obras en beneficio de los demás, y en particular la de la difusión de la naciente religión de Jesús.
Su vida se nos presenta como la primera semilla del cristianismo en Europa. Santa Lidia es la santa patrona de los tintoreros.
SANTA LIDIA nos enseña que el valor de la riqueza no está en cuánta se tiene, sino en cómo se emplea.
SANTA LIDIA (¿?-fin del siglo primero) nació en Thyatira, Frigia, la actual Akhisar, en Turquía.
Santa Lidia tuvo la dicha de ser la primera persona que recibió el bautismo en el continente europeo.
En el primer siglo de nuestra era, Thyatira tenía fama por los teñidos de tela que se realizaban ahí, industria de gran lujo en esa época. Especialmente valiosa y sumamente cara era la púrpura, tintura que se extraía de un molusco particular, muy poco abundante.
En una de las más acaudaladas familias de Thyatira nació Santa Lidia, quien con el tiempo se convirtió en una próspera comerciante de púrpura.
Hacia la época en que conoció a San Pablo, Santa Lidia estaba instalada en Filipos, ciudad en ruinas en la actual Krinides, Macedonia, y ahí fue donde lo recibió y donde él le transmitió la nueva fe en Cristo Jesús.
La tradición destaca la piedad y la hospitalidad de Santa Lidia, quien convirtió su casa en el centro comunitario de la congregación cristiana de Filipos.
A pesar de su extraordinaria riqueza, Santa Lidia fue siempre desprendida y generosa, y supo utilizar sus caudales con sabiduría, promoviendo obras en beneficio de los demás, y en particular la de la difusión de la naciente religión de Jesús.
Su vida se nos presenta como la primera semilla del cristianismo en Europa. Santa Lidia es la santa patrona de los tintoreros.
SANTA LIDIA nos enseña que el valor de la riqueza no está en cuánta se tiene, sino en cómo se emplea.
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