Estimados Señores(as). Juan,Rafel María, Sofía y Esperanza:
Y nosotros nos demoramos en atender a Dios.
Pero Él insiste, insiste.
Tomemos el caso de un alma que fue pecadora, y la Santísima Virgen —empleando un lenguaje humano— tiene como que un dolor hacia esa persona.
Pero si el alma pide mucho, la Virgen tendrá misericordia de ella y finalmente la atenderá.
Entonces llegó el momento de hacer lo mismo con Dios.
Aunque tengamos que pedir mucho, al final Dios acabará atendiendo nuestros pedidos, por los ruegos de María.
Me parece que este es un punto indispensable para comprender el propósito de la oración: el milagro se consigue pidiendo. Pidiendo, pidiendo, pidiendo... así es que se obtiene. Y los milagros son la especialidad de Lourdes.
Hay enfermos que van a Lourdes para curarse. Ellos piden muchas veces. Piden y piden y piden; van a bañarse en la piscina con el agua milagrosa... ¡y no sanan!
Hasta los que no pudieron ir por falta de dinero u otras dificultades, pero pidieron, pidieron y pidieron de lejos, en otro continente, ¡consiguieron el milagro!
La Virgen quiere que uno siga pidiendo hasta obtener el milagro. Y nosotros tenemos que seguir pidiendo ese milagro. Pedir ¿de qué modo? Pedirlo, particularmente, a María Santísima.
Entonces, el primer punto es: pedir el milagro.
El segundo punto es: ¿a quién?
Obviamente, pedirlo a la MEDIANERA UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS.
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