viernes, 3 de abril de 2015

SAN RICARDO DE CHICHESTER




Obispo




En Chichester, en Inglaterra, san Ricardo, obispo, que, desterrado por el rey Enrique III y restituido después en la sede, se mostró generoso en ayudar a los pobres (1235). 

Etimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV.

A finales del siglo XII nace Ricardo, en Wyche, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Los obispos son "lores" y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo; los nobles son ambiciosos y en el trono se aprecia una corriente fuertemente regalista. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia. 

Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto.

Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote.

El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio.

El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de "erario real". Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa. 

En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran "lores" y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante. 

Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.

Murió en la casa-asilo -"Mas-Dieu"- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años.



3 de abril, día de San Ricardo de Chichester

Hoy, 3 de abril, conmemoramos a San RICARDO de CHICHESTER, Obispo.

SAN RICARDO DE CHICHESTER (1197-1253) nació en Wych, aldea del condado de Worcester, Inglaterra, hijo de una modesta familia de labradores. Queda huérfano muy joven, y él y sus hermanos se ven obligados a trabajar arduamente para no perder la parcela de terreno que era el patrimonio familiar.

Sin embargo, los libros y el estudio son la pasión de Ricardo. Con grandes sacrificios consigue concluir sus estudios en Oxford, graduándose como bachiller, luego de haber renunciado al matrimonio con una joven rica.

Bajo la guía de los futuros obispos Rich y Grosseteste viaja a París, y luego de una breve estancia prosigue hasta Bolonia, donde estudia Derecho Canónigo ocho años. De regreso en Oxford es nombrado súbitamente Rector de la Universidad, cuando su maestro Rich deja el cargo para convertirse en Arzobispo de Canterbury.

En 1240 acompaña a su maestro en un viaje a Pontigny, Francia, donde éste muere de manera inesperada, habiéndole legado a San Ricardo una pequeña heredad y un hermoso cáliz, con el que a veces se le representa. Permanece en ese país y en Orléans estudia teología dos años con los Dominicos. Finalmente se ordena sacerdote en 1242, a los 45 años de edad.

Los sueños de San Ricardo al volver a Inglaterra eran fungir humildemente como párroco de una pequeña diócesis. Pero lo que le esperaba era convertirse sin él quererlo en una pieza clave de la política de la época.

En contra de la voluntad del rey Enrique III, el papa Inocencio IV lo nombra Obispo de Chichester en 1245. El rey mandó entonces confiscar todos los bienes de la diócesis, y dio órdenes de que se le cerraran todas las puertas en Chichester.

San Ricardo tuvo que ejercer por esa causa un obispado ambulante, realizando oficios humildes y visitando las chozas de los pescadores y a las familias más pobres, viajando casi siempre a pie y desprovisto de todo.

Esto no impidió que cumpliera con las obligaciones de su elevada jerarquía, pues en este período hace celebrar los sínodos, cuyas resoluciones son llamadas «Constituciones de San Ricardo». En ellas son combatidos los abusos más comunes en la época, los cuales él conoció en persona, y a los cuales condena con energía.

Luego de ocho años de obispado, consagrados a defender el derecho frente a los abusos de poder, y siendo amado por su pueblo a causa de su dulzura evangélica y su austeridad, San Ricardo fallece falto de recursos y agotado, en un retiro para sacerdotes pobres llamado “Casa de Dios”.

SAN RICARDO DE CHICHESTER nos enseña el valor de la fortaleza moral para combatir los abusos de los poderosos.

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