viernes, 3 de abril de 2015

Pedro, amor herido

Un bonito poema recoge el arrepentimiento del príncipe de los apóstoles ante su traición

Si a los pies de mi verdad te encuentro
dispuesto como siervo para lavar mis vicios,
¿a qué vienen entonces esos juicios
que hago de los otros y su intento?

Si sabes, como sabes, que te niego
y aún sigues llamándome tu amigo,
¿a qué viene mostrarme tan señero,
si soy lo que soy, porque aún vienes conmigo?

Si estás allí en la Cruz clavado y en silencio
mientras voy por mi camino distraído,
¿a qué viene reclamar que no te veo
cuando paso ante tu Cruz y no te miro?

Si vienes hasta mí con tu consuelo,
vencedor de la muerte y del abismo,
¿a qué sigo, entonces, con mi duelo,
si estás para siempre eternamente Vivo?

Si ahora me preguntas si te quiero,
donde antes lo creía convencido,
hoy sé que sólo titubearlo puedo
apoyando en tu amor, mi amor herido.
 

No hay comentarios: