viernes, 4 de abril de 2014

Sentencias Espirituales de San Bernardo de Claraval



Sentencias Espirituales de San Bernardo de Claraval (I)

San Bernardo. Juan Correa de Vivar S XVI. Museo del Prado. Madrid
  1. Peligra la castidad en las delicias, la humildad en las riquezas, la piedad en los negocios, la verdad en el mucho hablar, y la caridad en este mal siglo.
  2. No hay cosa más preciosa que el tiempo, ¡mas ay de mí, que en el día ninguna se estima menos!.
  3. Pasan los días de la salud, y ninguno lo considera; ninguno siente haber perdido unos momentos que ya no volverán.
  4. No hay cosa tan dura que no ceda a otra que todavía sea más fuerte.
  5. Cúlpate a ti mismo, cuando te hace mal un enemigo que no te puede dañar sin ti.
  6. ¿De que te servirá ser sabio, sino lo eres para ti?.
  7. Al que piensa que nada le falta, le falta todo.
  8. Observa el medio sino quieres perder la moderación en las cosas.
  9. Para los incautos es la prosperidad como el fuego para la cera, y el rayo del sol para la nieve.
  10. No es cosa grande ser humilde entre los desprecios, pero es rara virtud una humildad entre las honras.

Sentencias Espirituales de San Bernardo (II)

 
San Bernardo Flemish Scholl 1480 Museo de Arte Religioso Liege
11. No hay miseria más verdadera que la falsa alegría.
12. Convencidos estamos de que queremos, cuando hacemos lo que no se haría sino quisiéramos.
13. El ánimo distraído y derramado no siente los daños interiores.
14. Huir de la persecución, no es culpa del que huye, sino del le persigue.
15. Cuando se deja de hacer alguna cosa por necesidad, la voluntad de ejecutarlo se reputa por hecho.
16. Ninguno merece mejor el enojo que aquel enemigo que se finge amigo.
17. Los que atesoran en el cielo, no tienen porque temer a los ladrones.
18. El que no tiene la felicidad de agradar, no puede reconciliar ni aplacar.
19. Es necesario condescender con los amigos, más no para contribuir a su perdición.
20. Si el agua de un rio se estanca, se corrompe.

Sentencias Espirituales de San Bernardo (III)

San Bernardo. Alonso Cano 1650. Museo del Prado (Madrid)
21. Todas las cosas de este mundo han de tener fin; y su fin no tendrá fin.
22. Darás a tu voz, voz de virtud, si primero te persuades a ti mismo de lo que quieres persuadir a otros.
23. Oigo con gusto la voz de aquel Doctor que no solamente mueve al aplauso, sino también al llanto.
24. La voz de la tortolilla no resuena dulce, pero enseña cosas dulces (quiero decir, el amor de su igual).
25. Quieras o no quieras, dentro de tus términos habita el Jebuseo, le podrás sujetar, más no exterminar.
26. El poco haber podado una vez; es preciso podar muchas veces, o siempre, por mejor decir (porque los vicios a cada instante retoñan)
27.  No puede crecer la virtud juntamente con los vicios: reprímase la concupiscencia para que tome fuerza la virtud.
28. Quita las cosas superfluas, y nacerán las saludables; porque cuando quitas a la concupiscencia se añade a la utilidad.
29. El Pastor docto, pero que no es bueno, no aprovecha tanto con su abundante doctrina, cuando perjudica con lo estéril de la   vida.
30. Tal vez es menos perniciosa la ambición satisfecha en sus deseos, que frustrada es sus retenciones (porque en esta caso se vale de medios violentos). 

Sentencias Espirituales de San Bernardo (IV)

Entrega de San Bernado a Hugo de Payns
31. En vano oye o lee el cántico del amor el que no ama.
32. El corazón frío no percibe unas palabras que están llenas de fuego, así como el que no sabe el griego, no entiende a que habla en esta lengua.
33. No puede la fama agregar a la virtud lo que la conciencia arguye, que es vicio.
34. La virtud se contenta con el candor de la conciencia, aun cuando no la acompañe el olor de la buena fama.
35. Muchas cosas te fastidian en la ociosidad, que tomarás con deseo después del trabajo (porque la mejor salsa es el hambre).
36. Más atrevido es el enemigo para envestir por la espalda, que para resistir cara a cara.
37. Hacer el mal, sea quien fuere el que lo mande, no tanto será obediencia, cuanto desobediencia (porque se falta a la que debemos a Dios).
38. Aquello que cualquiera ama sobre todas las cosas, se demuestra, sino es Dios, en lo que se propuesto en lugar de Dios.
39. No correrían muchos con tanto gusto a los cargos si conocieran que son cargas.
40. Que no se desvanezca el que está colocado en alto, es difícil.

DICHOS DE San Bernardo
"Debemos amar a Dios porque Él es Dios, y la medida de nuestro amor debe ser amarlo sin medida." 
"Al conocer lo que Dios nos ha dado, encontraremos muchísimas cosas por las que dar gracias continuamente". San Bernardo
 
...sobre la necesidad de acudir a la Stma. Virgen:
-Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: invoca a María!.  
Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la estella, invoca a María!
Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa estrella: invoca a María!
Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una mirada a la estrella, e invoca a la Madre de Dios.
En medio de tus peligros, de tus angustia, de tus dudas, piensa en María, invoca a María!
El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se parten nunca ni de tu corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino!
¡Implorándola no te desesperarás!  ¡Pensando en Ella no te descarriarás!
Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir.  Bajo su manto nada hay que temer.
¡Bajo su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial!
Amén!!

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