Distintas reacciones se han suscitado por el sacramento de la confesión realizada en público en la Basílica de San Pedro por parte del PAPA Francisco, en un confesionario que se encontraba vacío con el sacerdote en espera.
Es interesante observar las críticas de otras ideologías y de mismos católicos que compartimos el camino del mismo evangelio. Sin embargo la humildad presente para muchos católicos ha sido un acto enseñanza, respecto a considerarse él mismo uno más ante los ojos de Dios sin alguna condición especial por su jerarquía en la Iglesia. Desde esta posición podemos considerar cinco reflexiones.
#1.—
Todos somos hijos amados de Dios en igualdad de condiciones sin importar el estatus, las responsabilidades sociales, y las implicaciones políticas que ocurren en los contextos. Muestra de ello es el acto realizado de nuestro Sumo Pontífice, al decidir confesarse con un sacerdote dispuesto en la Basílica, actuando como cualquier fiel y laico, realizando un acto de humildad, pues desde la responsabilidad que tiene en la Iglesia, puede confesarse en otro tiempo y condiciones.
#2.—
Como seres humanos todos sin importar nuestra posición en las responsabilidades sociales, tenemos errores y requerimos estar conscientes de la necesidad de reconocerlos y entregárselos a Dios. El Papa Francisco nos muestra desde la condición de guía espiritual, que el también tiene errores desde la condición humana que vive y está consciente de reconocerse pecador, entregando los errores y pecados en la confesión.
#3.—
Requerimos escuchar la voz en nuestro espíritu cuando las cosas no andan bien en la relación que es necesaria con Dios. El Papa al tomar el sacramento de la confesión nos hace una invitación a realizarlo también nosotros, pues lo adecuado es realizarlo constantemente, reconociendo que estamos en crecimiento continuo y no hacerlo cuando tenemos las dificultades que nos refieren la lejanía que tenemos con la Gracia y la paz en el corazón.
#4.—
Requerimos tener una relación permanente con Dios, pues es la llama que mantiene encendida la conciencia del amor y nuestro quehacer como hijos de Dios. El Papa nos manifiesta con el ejemplo, esa necesidad constante de mantenernos firmes en la relación con Dios, buscando siempre estar en una relación constante con el creador de todo. El Papa en su invitación a la confesión expresa la dirección que su vocación siempre tiene presente para una vivencia eterna con el amor perfecto “Dios”
#5.—
El camino de penitencia, oración y preparación constante hace madurar al ser humano en la búsqueda del amor. El Papa en este tiempo de Cuaresma, vive también el camino de preparación para la Pascua, realizando cada acto que predica y enseña a los fieles. Busca no sólo hacerlo con la palabra sino con un ejemplo simple y trascedente que impacte a quien va acompañándolo en este camino de espera a la Pasión Muerte y Resurrección de Cristo que se vive de manera permanente en nuestra vida!
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