lunes, 23 de diciembre de 2013

ORACIONES: Gracias, Perdón, Me pongo en tus manos...


Queridos amigos y hermanos del blog: en el último día del año civil serenemos el alma con una oración profunda y sencilla:

 

Gracias, Perdón, Me pongo en tus manos...

Gracias Señor: por las cosas buenas y lindas del año.
Por el don de la vida.
Y el llamado a vivirla en plenitud por el Encuentro con Jesús y los hermanos.

Perdón Señor:
No siempre acepté tu amor, maltraté a mis hermanos, me hice daño a mi mismo.

Me pongo en tus manos:
Vengo de ti y voy hacia ti con mis hermanos, Señor, en el calor y a la luz de tus manos.
Te ofrezco todo y a todos los que cargo en el corazón.

Quiero iniciar el nuevo año en compañía de Jesús, tu Hijo, que desde el pesebre, en el regazo de la Madre de Dios, nos abraza con un corazón humano pero lleno de tu Amor poderoso.

Gracias, Perdón, Me pongo en tus manos...
 
 
 
Oración a Nuestra Señora de las Angustias


Virgen de la Angustias, Señora de las Siete Espadas y dulce Madre nuestra. Qué grande ha sido la crueldad de nuestros pecados que te ha llevado a tener a tu Hijo muerto entre tus brazos. Que besen tus labios las sagradas llagas que nosotros con nuestros pecados hemos realizado. 


Virgen Dolorosa, Madre del Amor Hermoso, ayúdanos a convertirnos para reparar tanto dolor y tanto sufrimiento ocasionado a tu Divino Hijo y a Tí. Danos la gracia de llorar nuestros pecados y de consolar, con una vida nueva, tu Inmaculado Corazón. 


Madre Amantísima y Eficaz Protectora de Aranjuez, bendícenos, ampáranos, que por tu intercesión seamos siempre fieles a Jesucristo, a su Iglesia y a su Evangelio. ¡No nos dejes, Madre Nuestra, que de tu mano lleguemos a la eterna salvación! Amén.

El 17 de agosto, primer día de las Catequesis, dando la bienvenida a los jóvenes peregrinos croatas y explicándoles el sentido de la estampa y la oración a la Patrona de Aranjuez. En la sede, presidiendo la Catequesis,  Su Excelencia Reverendísima Mons. Djuro Gasparevic, obispo de Srijem, Croacia.     

El 19 de agosto, último de los tres días de Catequesis en la Parroquia por la JMJ Madrid 2011, explicando -traductora de por medio- la historia y devoción a Nuestra Señora de las Angustias a los jóvenes croatas ante la presencia de Su Eminencia Reverendísima Cardenal Josip Bozanic, Arzobispo de Zagabria, Croacia. 
 
 
ORACIONES: Al Sagrado Corazón de Jesús


Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas tu favor. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:

(Se ora en silencio pidiendo la gracia que se desea alcanzar)

¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).
 
 

Oración escrita por el Santo Padre Pío
para después de recibir la Sagrada Comunión

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que no te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente te abandono.

Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.

Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida y sin Ti estoy sin fervor.

Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz y sin Ti estoy en la oscuridad.

Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.

Quédate conmigo, Señor, para que pueda escuchar tu voz y seguirte.

Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte mucho y siempre estar en tu compañía.

Quédate conmigo, Señor, si tú deseas que sea fiel a ti.

Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, yo deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de amor.

Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que no pare en el camino y por eso te necesito.

Se está haciendo tarde y la muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos.

O como te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio.

Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros, te necesito.

Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón.

Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor.

Quédate conmigo, Señor, por que solamente eres tú a quien yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque te amo y te pido no otra recompensa que amarte más y más.

Con un amor firme, te amaré con todo mi corazón mientras esté aquí en la tierra y continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén.


Oración al Señor por intercesión de
San Pío de Pietrelcina
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la gracia que ardientemente deseo (aquí se pide la gracia que se desea alcanzar) y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección.

Gloria al Padre... (3 veces)


 
 
 
                             
 

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