Homilía titulada Una familia en peligro
El día 26 de octubre de este año 2013 el Papa Francisco recibía a las familias del mundo con ocasión de su peregrinación a Roma en el Año de la Fe. En un tono familiar, les decía que los esposos cristianos están llamados a ponerse en marcha como Abrahán: “¡Y esto es el matrimonio! Ponerse en marcha, caminar juntos, mano con mano, confiando en la gran mano del Señor. ¡Mano con mano, siempre y para toda la vida! Y sin dejarse llevar por esta cultura de la provisionalidad, que nos hace trizas la vida”.
Poco después les decía que “para sacar adelante una familia es necesario usar tres palabras: permiso, gracias y perdón. Pedimos permiso para ser respetuosos en la familia. Damos gracias por el amor. Y pedimos perdón porque todos nos equivocamos, a veces nos ofendemos y la paz ha de renovarse cada día en la familia.
Al día siguiente, el Papa proponía a los peregrinos el triple ideal de una familia que ora, que conserva la fe y que vive en la alegría. Ideales que no están muy lejos de lo que sugiere el libro del Eclesiástico (Eclo 3, 1-6. 12-14) y la carta a los Colosenses (Col 3, 12-21) que hoy se leen en la celebración de la Eucaristía.
LOS PROPÓSITOS DEL TIRANO
Por otra parte, el evangelio que hoy se proclama (Mt 2, 13-15.19-23) nos recuerda que la familia de Jesús tuvo que afrontar una tremenda amenaza. Herodes buscaba al niño para matarlo. El texto no se anda con rodeos. Ante los propósitos del tirano no quedaba otra alternativa que la de huir. La familia de Jesús estaba en peligro.
Y también están en peligro las familias de hoy. Algunas dificultades parecen ocasionadas por las ideas que se han difundido en la sociedad en los últimos años.
• Hay amenazas que vienen del exterior. En muchos países se promulgan leyes que ponen en peligro la identidad y la misión de la familia. Se olvida lo que la familia es y se ponen dificultades y obstáculos a las finalidades que le han sido encomendadas por el Señor del amor y de la vida.
• En otras muchas ocasiones, los peligros de la familia vienen del interior, es decir de sus mismos componentes. Se trata de ignorar que los cónyuges han de ser diversos para ser complementarios. Se olvida que el amor verdadero ha de ser único y definitivo. Se desprecia la fecundidad, como si los hijos fueran un obstáculo para la libertad.
LOS MENSAJES DEL ÁNGEL
Pero hay otras dificultades que nacen de la pobreza de nuestra fe. No escuchamos la voz de Dios. En el evangelio de hoy se dice que el ángel del Señor se dirige dos veces a José. Sus mensajes valen para él y para todos nosotros.
• “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto”. Dios vela por su Hijo. Y vela por toda la familia. José es el custodio de su familia. Pero todos nosotros estamos llamados a custodiar la vida que nos ha sido confiada, como nos ha recordado el Papa Francisco en la fiesta de San José.
• “Levántate, toma al niño y a su madre y vuélvete a Israel”. Dios quiere que la familia de su Hijo viva en paz y en armonía. Pero todos nosotros hemos de pensar qué hemos hecho para que las familias de los inmigrantes y los refugiados recobren la paz, como recordó el Papa Francisco en la isla de Lampedusa.
* Padre de los cielos, que nuestras familias escuchen tu voz, vivan en paz y fomenten un clima de fe y de oración. Y que todos luchemos para que las estructuras sociales ayuden a las familias a conseguir sus derechos. Amén.
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