El Adviento
El Adviento es larga espera
de un Dios que se va gestando
y en el seno revelando
de la humanidad entera;
y en su seno de esperanza
se gesta la sementera.
Por vericuetos sin nombre,
-incansable peregrino-
Dios siempre está de camino
viniendo en busca del hombre.
¿Hay alguien que no se asombre
de ver a Dios empeñado
en llegar apresurado
al encuentro con el hombre?
Dios mismo trazó el camino
cuando se vino a encarnar
y así poder caminar
junto al hombre peregrino.
Un Dios que encarnado llega,
hecho hombre de verdad
y carne de humanidad,
auténtica, no de pega.
El mismo Jesús lo dijo:
"Soy Verdad, Camino y Vida,
por mí al Padre es la subida
y en mí halláis camino fijo".
Ya está la duda resuelta,
pues, Jesús para esto vino,
para ser nuestro camino,
nuestro Camino de vuelta.
Y el Dios que a nosotros viene
en advientos cotidianos,
transita con pies y manos;
los que Jesús tuvo y tiene
en los hombres sus hermanos.
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