miércoles, 11 de enero de 2012

Un sueño sin planificación no es nada”






Los sueños no los alcanza por casualidad o por accidente. Los sueños puedes alcanzarlos cuando planificas. Sin un plan nunca llegarás a tus sueños. Tú necesitas hacer algo, si no haces nada estás matando tus sueños.

Leí en un libro que en una oportunidad un ateo finlandés declaró en su testamento el deseo de dejar su finca al diablo. Cuando murió, el sistema judicial estaba confundido y perplejo en cuanto a la manera de cumplir con la voluntad del fallecido. Finalmente, después de varias semanas de deliberación, la corte decidió que la mejor manera de cumplir los deseos del granjero era dejar que la maleza y las zarzas invadieran su tierra; abandonar la casa y el granero, no volverlos a pintar, ni a reparar; y permitir que el terreno se erosionara. La corte declaró en su sentencia: “la mejor manera de permitir que el diablo tome posesión de alguna cosa es no hacer nada con ella.”

Y así sucede en la vida muchas veces, no hacemos nada por nuestros sueños. Lo dejamos “a la buena de Dios” y honestamente nada va a suceder si no estableces un plan de acción. Dios hace planes y sus planes para nosotros son de bienestar. Nos toca a nosotros hacer planes para lograr nuestros sueños.

“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.” Proverbios 16, 3

Y quizás me digas que precisamente es lo que haces con tus planes pero no has tenido éxito. ¿Qué hacer entonces?

Debes preguntarte ¿Mi plan es realista? ¿Mi plan tiene que ver con mi propósito de vida?

Cuando entiendes tu propósito de vida puedes planificar de acuerdo al diseño que Dios te dio al formarte y podrás comerte hasta un elefante. Si, un elefante puede comerse filete a filete.

Al participar del curso “Alcanzando una Vida Extraordinaria” aprenderás a establecer planes de acuerdo al plan de Dios.

“Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor.” Proverbios 16, 1.

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