jueves, 5 de enero de 2012

Cuando necesitas un poco de ánimo


Para orar. Confianza en el Dios que nos fortalece y anima.
11. Cuando necesitas un poco de ánimo
11. Cuando necesitas un poco de ánimo
Habito en un lugar alto y sagrado, pero también estoy con el arrepentimiento yel hunilde para animar el es´píritu de los humildes, para animar el corazón de los arrepentidos.
Isaías 57, 15



PALABRA DE DIOS

Confianza en el Dios que nos fortalece y anima


  • “Señor, apiádate de nosotros, que esperamos en ti; se nuestra fuerza cada mañana, nuestro socorro en tiempo de angustia”.
    Isaías 33,2

  • “Ánimo, hijos míos, invoquen al Señor; el los librará de la tiranía y del poder de sus enemigos. Yo espero que el Dios eterno les conceda la salvación; el Santo me ha colmado de alegría, pues la misericordia del Dios eterno y salvador está a punto de favorecerlos.”
    Baruc 4, 21-22

  • “El Señor está con los suyos. Ellos vivirán, y su espíritu los animara; tú me curarás y me harás revivir. La amargura se me volvió paz, me libraste del sepulcro y volviste la espalda a mis pecados”. Isaías 38, 16-17


    Promesas de Dios

  • “Los necesitados y los pobres buscan agua y no la encuentran; su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, los atenderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré; haré que broten ríos en las colinas secas y fuentes en medio de los valles, transformaré el desierto en estanque, la tierra árida en manantiales de agua.”
    Isaías 41, 17-18


    Conocer a Dios es nuestra alegría

  • “Esta será la alianza que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, oráculo del Señor: pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Para instruirse unos a otros, no necesitarán animarse unos a otros diciendo: ‘¡conozcan al Señor!’, porque me conocerán todos, desde el más pequeño hasta el mayor, oráculo del Señor. Yo perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados.”
    Jeremías 31, 33-34

  • “Así dice el Señor, el que hizo la tierra y la formo con solidez, el que tiene por nombre el Señor: Llámame, y te responderé; te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Yo haré que cicatrice su herida y los curaré, los sanaré y los colmaré de paz y de fidelidad. Los purificaré de todos los pecados cometidos contra mí y perdonaré todos sus crímenes y sus rebeldías. Jerusalén será para mi motivo de alegría, de alabanza y de gloria ante todas las naciones de la tierra, pues cuando se enteren quedarán asombradas y sobrecogidas a causa del bien y la prosperidad que voy a concederle.”
    Jeremías 33, 2-3.6.8-9

  • “Reflexiona para aprender a discernir. Abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido el camino de Dios, vivirías en paz para siempre. Aprende dónde está el discernimiento, dónde la fuerza, dónde la inteligencia, dónde la vida prolongada, dónde la luz para los ojos y la paz”.
    Baruc 3, 9.12-14

  • “Escucha la voz del Señor que yo te he transmitido, y te irá bien: Salvarás tu vida.”
    Jeremías 38, 20

  • “Todo el que invoque en nombre del Señor se salvará”. Joel 3, 5

  • “Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se realiza en la flaqueza».Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo.”
    2ª. Corintios 12,9


    Dios nos guarda

    “Alzo mis ojos a los montes,
    ¿de dónde vendrá mi auxilio?
    Mi auxilio viene de Yahvé,
    que hizo el cielo y la tierra.
    ¡No deja a tu pie resbalar!
    ¡No duerme tu guardián!
    No duerme ni dormita
    el guardián de Israel.
    Es tu guardián Yahvé,
    Yahvé tu sombra a tu diestra.
    De día el sol no te herirá,
    tampoco la luna de noche.
    Yahvé te guarda del mal,
    él guarda tu vida.
    Yahvé guarda tus entradas y salidas,
    desde ahora para siempre.”
    Salmo 120


    Nuestro verdadero auxilio

  • “Pues no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, ya que ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar la gracia de un auxilio oportuno.” Hebreos 4, 15-16


    La palabra de Dios nos sostiene

  • “Estoy abatido en el polvo,
    hazme vivir por tu palabra.
    Te conté mi vida y me respondiste,
    enséñame tus preceptos.
    Indícame el camino hacia tus mandatos
    y meditaré en todas tus maravillas.
    Me deshago en lágrimas por la pena,
    sostenme conforme a tu palabra.
    Aléjame del camino de la mentira
    y dame la gracia de tu ley.
    He escogido el camino de la lealtad, me conformo a tus disposiciones.
    Me mantengo adherido a tus preceptos,
    no me confundas, Yahvé.
    Recorro el camino de tus mandatos,
    pues tú dilatas mi corazón.
    Enséñame, Yahvé, el camino de tus preceptos, lo quiero recorrer como recompensa.
    Dame inteligencia para guardar tu ley
    y observarla de todo corazón.
    Llévame por la senda de tus mandatos,
    que en ella me siento complacido.
    Inclina mi corazón a tus dictámenes,
    y no a ganancias injustas.
    Aparta mis ojos de la vanidad,
    hazme vivir por tu palabra.
    Mantén a tu siervo tu promesa,
    que conduce a tu temor.
    Apártame el oprobio que me espanta,
    pues son buenas tus decisiones.
    Mira que anhelo tus ordenanzas,
    hazme vivir por tu justicia.
    Que tu amor sea mi consuelo,
    según prometiste a tu siervo.
    Que me alcance tu ternura y viviré,
    porque tu ley es mi delicia.”
    Salmo 118, 25-40.76-77

    “El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en la fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo.”
    Romanos 15, 13


    ORACION

    Señor en ti confío


    Dios mío, me siento muy débil,
    tan abatido... me faltan fuerzas.
    No puedo más.
    Estoy aquí, frente a ti,
    sin esperanza y sin ánimo.
    Sólo tú puedes salvarme ahora.
    Sólo en ti puedo encontrar refugio.
    Mantente junto a mí.
    Si tu mano me conduce
    nada podrá hacerme tropezar,
    nada podrá separarme de tu amor.
    Todo el bien que he hecho en la vida
    te lo ofrezco, Señor,
    y todas mis culpas te las presento.
    Sé que tú no me condenarás
    pues me aceptas tal y como soy.
    Enséñame a contar siempre contigo,
    a poner en ti mi confianza.
    Se que tú eres mi Dios,
    Dios bueno y fiel
    Dios que me abre los brazos
    y me sostiene.
    Amén


    ORIENTACION

    “La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspira las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los Cielos protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.”
    Catecismo de la Iglesia Católica, 1818.
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