Vivir sabiamente
“El hombre moderno está orgulloso del progreso, del avance de la ciencia y la tecnología, vive devorado por esta fiebre, del vértigo del “adelanto”, pero ¿va a alguna parte? ¿Es exagerado decir que el hombre de hoy ya no sabe a dónde va ni para qué vive? Vive “nadando” entre el placer y la comodidad... pero insatisfecho: no experimenta la alegría de vivir” (AC).
Un discípulo preguntó a Hejasi: Quiero saber qué es lo más extraño de los seres humanos. Hejasi contestó: "Piensan siempre al contrario. Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para tener salud. Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido."
Es penoso caminar a oscuras llevando una vida sin sentido, por no pedir luz al Dios que nos ama y está dispuesto a orientarnos. Implora con humildad al Señor la gracia de aprender a consultarlo para tomar buenas decisiones, iluminadas siempre por la luz que viene de lo alto.
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