miércoles, 2 de marzo de 2016

Ser santos



Lo que elegimos.
Pocas veces caemos en la cuenta de que todo lo que elegimos en nuestro diario vivir debe ser para alcanzar la santidad.
Efectivamente muchas veces elegimos y decidimos cosas y hechos en nuestra vida, pero sin tener en cuenta esta premisa esencial de la vida: el ser santos.
A partir de hoy tenemos que hacer el propósito de decidir todo lo nuestro pero mirando si nos ayuda o no a ser santos, para dejarlo o hacerlo pero en tanto y en cuanto nos ayude a adelantar en el camino de la santidad.
Porque la voluntad de Dios es que seamos santos, y nosotros tenemos que usar de las cosas para alcanzar este fin que es la propia santificación.
Si elegimos según nuestros gustos, pero sin tener en cuenta si lo que vamos a hacer nos ayuda a santificarnos, entonces estamos viviendo mal, con peligro no sólo de no alcanzar la santidad, sino de condenarnos por haber descendido en el camino del bien.
Recordemos que todo en nuestra vida nos debe servir para alcanzar el fin para el que hemos sido creados por Dios, que es que seamos santos. Y todo lo que elijamos en nuestra vida cotidiana nos debe ayudar para alcanzar este supremo fin, ya que de lo contrario habremos fracasado en encarar la vida de manera correcta.

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