Hoy, 19 de junio, conmemoramos a Santa JULIANA FALCONIERI, Religiosa.
SANTA JULIANA FALCONIERI (1270-1341) nació en Florencia, Italia, en la ilustre familia de los Falconieri, que también era una familia tocada por la santidad.
Santa Juliana fue sobrina de San Alejo, uno de los siete fundadores de la orden de los Siervos de María, quien era hermano de su padre, Carisino, benefactor de la Iglesia.
Desde muy pequeña Juliana dio muestras de una extraordinaria piedad; se dice que su tío la consideraba más un ángel que una niña. Actuando en consecuencia, a los 14 años de edad, ingresó a la orden de religiosas servitas en 1284.
En 1304 fundó en Florencia la Congregación de Terciarias Servitas, conocidas coloquialmente en Italia como mantellate, o sea las que portan un mantillo. Las tareas de la orden se dirigieron al cuidado de los enfermos y a la educación de la juventud.
La Congregación fue aprobada oficialmente por el papa Martín V, a través de la bula Sedis Apostolicae Providentia, más de diez años después. Las Terciarias Servitas se distinguieron por la austeridad de sus normas y el rigor de sus penitencias.
Contra su verdadera voluntad, pero actuando a favor de la congregación, desde la fundación de ésta Santa Juliana aceptó el cargo de superiora general, el cual ejerció hasta su fallecimiento.
Ya de edad avanzada, cuando Santa Juliana Falconieri sintió la proximidad de la muerte quiso recibir la comunión. No obstante, lo precario de su salud le impidió deglutir la sagrada hostia, por lo que le suplicó al sacerdote que se la pusiera en el pecho. Al instante, la hostia desapareció y la santa pasó a mejor vida.
Santa Juliana Falconieri fue canonizada en 1737 por el papa Clemente XII, también florentino. Por lo general se le representa con una hostia en el pecho.
SANTA JULIANA FALCONIERI nos enseña el valor de la austeridad y la penitencia al servicio de nuestros semejantes.
SANTA JULIANA FALCONIERI (1270-1341) nació en Florencia, Italia, en la ilustre familia de los Falconieri, que también era una familia tocada por la santidad.
Santa Juliana fue sobrina de San Alejo, uno de los siete fundadores de la orden de los Siervos de María, quien era hermano de su padre, Carisino, benefactor de la Iglesia.
Desde muy pequeña Juliana dio muestras de una extraordinaria piedad; se dice que su tío la consideraba más un ángel que una niña. Actuando en consecuencia, a los 14 años de edad, ingresó a la orden de religiosas servitas en 1284.
En 1304 fundó en Florencia la Congregación de Terciarias Servitas, conocidas coloquialmente en Italia como mantellate, o sea las que portan un mantillo. Las tareas de la orden se dirigieron al cuidado de los enfermos y a la educación de la juventud.
La Congregación fue aprobada oficialmente por el papa Martín V, a través de la bula Sedis Apostolicae Providentia, más de diez años después. Las Terciarias Servitas se distinguieron por la austeridad de sus normas y el rigor de sus penitencias.
Contra su verdadera voluntad, pero actuando a favor de la congregación, desde la fundación de ésta Santa Juliana aceptó el cargo de superiora general, el cual ejerció hasta su fallecimiento.
Ya de edad avanzada, cuando Santa Juliana Falconieri sintió la proximidad de la muerte quiso recibir la comunión. No obstante, lo precario de su salud le impidió deglutir la sagrada hostia, por lo que le suplicó al sacerdote que se la pusiera en el pecho. Al instante, la hostia desapareció y la santa pasó a mejor vida.
Santa Juliana Falconieri fue canonizada en 1737 por el papa Clemente XII, también florentino. Por lo general se le representa con una hostia en el pecho.
SANTA JULIANA FALCONIERI nos enseña el valor de la austeridad y la penitencia al servicio de nuestros semejantes.
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