La Hora Eucarística
Especial sobre la Adoración Eucarística
La Iglesia siempre ha recomendado vivamente a sus fieles dedicar un tiempo a la adoración eucarística, pues agrada a Dios y la misma trae frutos inefables para el alma.
Presentamos una manera de hacerla:
Oración inicial (estando todos arrodillados frente al sagrario):
Jesucristo, aquí nos tienes reunidos a tu lado, nos sentimos tristes por el dolor que nuestros pecados y los pecados de los hombres te han causado. Dígnate purificar nuestros corazones. Ven y quédate con nosotros. Enséñanos la verdad de tu Evangelio y la misión de nuestra vida, a fin de que unidos a Ti por la gracia santificante, podamos agradarte en todo y ser apóstoles eficaces de tu Reino entre los hombres.
Después se lee un pasaje del Evangelio poniéndose todos de pie y se hace una pequeña reflexión acerca del mismo.
Al terminar la reflexión, se rezan de rodillas las siguientes invocaciones:
Señor, creemos en tí. (tres veces)
Señor, esperamos en ti.
Señor, te amamos.
Señor, te adoramos.
Señor, te damos gracias.
Jesucristo, creemos que eres el Hijo de Dios vivo.
Jesucristo, creemos que eres el Salvador de los hombres
Jesucristo, creemos que vendrás de nuevo a juzgar a vivos y muertos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el buen pastor que me llama por mi nombre.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el amigo que da su vida por sus amigos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres la luz que ilumina nuestro camino.
Jesucristo, te amamos porque nos has amado Tú primero.
Jesucristo, te amamos porque nos has hecho hijos de Dios.
Jesucristo, te amamos porque te has quedado con nosotros en el sagrario
En seguida se hacen las peticiones:
Por el misterio de tu encarnación, sálvanos Señor.
Por tu nacimiento, sálvanos Señor.
Por tu Pasión y muerte, sálvanos Señor.
Por tu Resurrección, sálvanos Señor.
En el día del juicio, sálvanos Señor.
Por nuestros padres, hijos y hermanos, te rogamos Señor.
Por nuestros amigos, te rogamos Señor.
Por nuestros enemigos, te rogamos Señor.
Por los que sufren, te rogamos Señor.
Por los que no creen, te rogamos Señor.
Por los sacerdotes, te rogamos Señor.
Por el Papa, te rogamos Señor.
Porque seamos fieles testigos tuyos, te rogamos Señor.
Se termina la hora eucarística con la siguiente oración:
Padre Celestial, al invocar a tu Hijo, modelo de nuestra vida, te pedimos nos concedas conocerlo y entenderlo cada día más para que podamos vivir como fieles discípulos suyos.
Por Cristo Nuestro Señor,
Amén.
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