La mies es mucha, pero los trabajadores pocos
Tiempo Ordinario
Mateo 9, 32-38. Tiempo Ordinario. Cuando me ve fatigado y abatido, no piensa que soy un amargado e ingrato, sino que tiene siempre compasión de mí.
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Del santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel».Pero los fariseos decían: «Él expulsa a los demonios por obra del príncipe de los demonios». Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rogad al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies».
Oración introductoria
Tú sabes, Jesús, lo que tengo en mi corazón. Te pido que me ayudes a acudir con un corazón abierto a ti. Soy también yo una de tus ovejas, ten compasión de mí. Dispón mi corazón para hacer esta meditación contigo.
Petición
Jesús, sé mi pastor y danos sacerdotes según tu corazón.
Meditación del Papa Francisco
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel».Pero los fariseos decían: «Él expulsa a los demonios por obra del príncipe de los demonios». Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rogad al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies».
Oración introductoria
Tú sabes, Jesús, lo que tengo en mi corazón. Te pido que me ayudes a acudir con un corazón abierto a ti. Soy también yo una de tus ovejas, ten compasión de mí. Dispón mi corazón para hacer esta meditación contigo.
Petición
Jesús, sé mi pastor y danos sacerdotes según tu corazón.
Meditación del Papa Francisco
Esta gente lo ha seguido siempre para escuchar su palabra - ¡una palabra que daba esperanza! Las palabras de Jesús dan siempre esperanza. Y también para tocar incluso sólo un borde de su manto. Jesús mismo buscaba a estas multitudes cansadas y agobiadas como ovejas sin pastor y las buscaba para anunciarles el Reino de Dios y para curar a muchos en el cuerpo y en el espíritu. Ahora los llama a todos a su lado: “Venid a mí”, y les promete alivio y consuelo.
Esta invitación de Jesús se extiende hasta nuestros días, para llegar a muchos hermanos y hermanas oprimidos por precarias condiciones de vida, por situaciones existenciales difíciles y a veces privados de válidos puntos de referencia. En los países más pobres, pero también en las periferias de los países más ricos, se encuentran muchas personas cansadas y agobiadas bajo el peso insoportable del abandono y la indiferencia. La indiferencia: ¡cuánto mal hace a los necesitados la indiferencia humana! Y peor, ¡la indiferencia de los cristianos! (Homilía de S.S. Francisco, 13de julio de 2014).
Reflexión
Jesús, visto sin prejuicios, se nos presenta bondadoso y amable. Cuando me ve fatigado y abatido, no piensa que soy un amargado e ingrato, sino que tiene siempre compasión de mí. Por eso, Jesús nos compara con las ovejas. Las ovejas son blancas, dóciles y mansas. Por algo decimos "manso como un cordero...". Jesús ve en nosotros ovejas, no por considerarnos inferiores, sino porque Él se considera nuestro pastor. El Señor es mi pastor, nada me falta (salmo 22).
La relación entre un pastor y sus ovejas es muy singular: no deja de vigilarlas, sabe cuántas tiene, las conoce a todas. Jesús recorría todas las ciudades en su tiempo. Ahora lo sigue haciendo: recorre todos los lugares de nuestra vida y nuestra alma. Nos enseña en nuestro interior. Proclama en nuestros corazones la Buena Nueva y cura nuestras enfermedades.
A la oveja, a mí, corresponde dejar entrar a Jesús; he de ser dócil, si quiero aprender de sus palabras. Cuando leo el Evangelio, lo escucho a Él. Cuando me confieso, Él sana mis males.
Tenemos que pedir por los trabajadores, pues son pocos. Es algo que nos pide Jesús en este evangelio: que no dejemos de rogar por las vocaciones.
Jesús es el Buen Pastor. ¿Cuántas veces tengo necesidad del Buen Pastor? Los sacerdotes son los pastores que ayudan a Cristo a cuidar su rebaño. ¿Cuántas personas tenemos necesidad de los pastores que ayudan al Buen Pastor?
Dado que Cristo nos dice que pidamos al dueño de la mies por las vocaciones, hemos de tomar muy en serio esta petición.
Propósito
Invitaré a una persona o amigo a rezar un padrenuestro y avemaría por las vocaciones.
Dialogo con Cristo
Jesús, mi Buen Pastor, te agradezco todos los cuidados que tienes para conmigo. No soy digno de ser tu oveja, pero, dado que lo soy, nunca te apartes de mí. Soy débil y sé que lo soy, por eso, nunca permitas que me aleje de ti, que nunca me aleje de tu rebaño.
Además, Jesús, te pido aquello que tú me pides: danos sacerdotes santos según tu corazón.
«Ved si sois verdaderamente ovejas suyas, ved si de verdad lo conocéis, ved si percibís la luz de la verdad. Me refiero a la percepción no por la fe, sino por el amor y por las obras.»
De las Homilías de San Gregorio Magno, papa, sobre los evangelios
(Homilía 14, 3-6: PL 76, 1129-1130)
Jesús, visto sin prejuicios, se nos presenta bondadoso y amable. Cuando me ve fatigado y abatido, no piensa que soy un amargado e ingrato, sino que tiene siempre compasión de mí. Por eso, Jesús nos compara con las ovejas. Las ovejas son blancas, dóciles y mansas. Por algo decimos "manso como un cordero...". Jesús ve en nosotros ovejas, no por considerarnos inferiores, sino porque Él se considera nuestro pastor. El Señor es mi pastor, nada me falta (salmo 22).
La relación entre un pastor y sus ovejas es muy singular: no deja de vigilarlas, sabe cuántas tiene, las conoce a todas. Jesús recorría todas las ciudades en su tiempo. Ahora lo sigue haciendo: recorre todos los lugares de nuestra vida y nuestra alma. Nos enseña en nuestro interior. Proclama en nuestros corazones la Buena Nueva y cura nuestras enfermedades.
A la oveja, a mí, corresponde dejar entrar a Jesús; he de ser dócil, si quiero aprender de sus palabras. Cuando leo el Evangelio, lo escucho a Él. Cuando me confieso, Él sana mis males.
Tenemos que pedir por los trabajadores, pues son pocos. Es algo que nos pide Jesús en este evangelio: que no dejemos de rogar por las vocaciones.
Jesús es el Buen Pastor. ¿Cuántas veces tengo necesidad del Buen Pastor? Los sacerdotes son los pastores que ayudan a Cristo a cuidar su rebaño. ¿Cuántas personas tenemos necesidad de los pastores que ayudan al Buen Pastor?
Dado que Cristo nos dice que pidamos al dueño de la mies por las vocaciones, hemos de tomar muy en serio esta petición.
Propósito
Invitaré a una persona o amigo a rezar un padrenuestro y avemaría por las vocaciones.
Dialogo con Cristo
Jesús, mi Buen Pastor, te agradezco todos los cuidados que tienes para conmigo. No soy digno de ser tu oveja, pero, dado que lo soy, nunca te apartes de mí. Soy débil y sé que lo soy, por eso, nunca permitas que me aleje de ti, que nunca me aleje de tu rebaño.
Además, Jesús, te pido aquello que tú me pides: danos sacerdotes santos según tu corazón.
«Ved si sois verdaderamente ovejas suyas, ved si de verdad lo conocéis, ved si percibís la luz de la verdad. Me refiero a la percepción no por la fe, sino por el amor y por las obras.»
De las Homilías de San Gregorio Magno, papa, sobre los evangelios
(Homilía 14, 3-6: PL 76, 1129-1130)
martes 07 Julio 2015
Martes de la decimocuarta semana del tiempo ordinarioSan Máel Rúain, San Odón de Urgel, San Oddino Barotti, Beato Rogelio Dickinson, Beato Juan José Juge de Saint-Martin, Beata Ifigenia de San Mateo, San Marcos Ji Tianxiang, Santa María Guo Lizhi, Beato Carlos Liviero, Beato Pedro To Rot, San Antonino Fantosati, Beata Maria Romero Meneses
Leer el comentario del Evangelio por
San Vicente de Paúl : «Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»
Génesis 32,22-32.
Y aquella noche Jacob permaneció en el campamento, mientras sus regalos iban delante de él.
Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc.
Después que los hizo cruzar el torrente, pasó también todas sus posesiones.
Entonces se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba.
Al ver que no podía dominar a Jacob, lo golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras luchaban.
Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo: .Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices".
El otro le preguntó: "¿Cómo te llamas?", "Jacob", respondió.
El añadió: "En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido".
Jacob le rogó: "Por favor, dime tu nombre". Pero él respondió: "¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?". Y allí mismo lo bendijo.
Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida".
Mientras atravesaba Peniel, el sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo.
Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc.
Después que los hizo cruzar el torrente, pasó también todas sus posesiones.
Entonces se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba.
Al ver que no podía dominar a Jacob, lo golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras luchaban.
Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo: .Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices".
El otro le preguntó: "¿Cómo te llamas?", "Jacob", respondió.
El añadió: "En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido".
Jacob le rogó: "Por favor, dime tu nombre". Pero él respondió: "¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?". Y allí mismo lo bendijo.
Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida".
Mientras atravesaba Peniel, el sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo.
Salmo 17(16),1.2-3.6-7.8b.15.
Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:
si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.
Escóndeme a la sombra de tus alas.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:
si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.
Escóndeme a la sombra de tus alas.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.
Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Conversaciones espirituales a los Misioneros
Hay personas que por tener un porte exterior bien compuesto y el interior lleno de grandes sentimientos de Dios, se detienen en eso...; se contentan con las dulces conversaciones que tienen con Dios durante la oración... No nos engañemos: toda nuestra tarea consiste en pasar a los actos. Y esto es de tal manera así que el apóstol san Juan nos dice que tan sólo nuestras obras podrán servirnos para la otra vida (Ap 14,13). Reflexionemos pues sobre ello tanto más cuanto que, en este tiempo hay muchos que parecen virtuosos y, efectivamente, lo son, y sin embargo se inclinan hacia una vida dulce y cómoda más que a una devoción trabajosa y sólida.
La Iglesia es comparada a una gran mies que precisa obreros, pero obreros que trabajen. No hay nada más conforme al Evangelio que acumular, por un lado, luces y fuerzas para su alma en la oración, en la lectura y en la soledad, e ir seguidamente a hacer participar a los hombres de este alimento espiritual. Es hacer lo que nuestro Señor ha hecho y, después de él lo han hecho los apóstoles; es unir el oficio de Marta al de María; es imitar la paloma que, para alimentar a sus pequeñuelos, digiere la mitad de la comida que ha tomado y después, con su pico, mete el resto en la boca de sus hijos. Esto es lo que debemos hacer nosotros, así es como, con nuestras obras, hemos de dar a Dios, testimonio de que le amamos. Toda nuestra tarea consiste en pasar a las acciones.
La Iglesia es comparada a una gran mies que precisa obreros, pero obreros que trabajen. No hay nada más conforme al Evangelio que acumular, por un lado, luces y fuerzas para su alma en la oración, en la lectura y en la soledad, e ir seguidamente a hacer participar a los hombres de este alimento espiritual. Es hacer lo que nuestro Señor ha hecho y, después de él lo han hecho los apóstoles; es unir el oficio de Marta al de María; es imitar la paloma que, para alimentar a sus pequeñuelos, digiere la mitad de la comida que ha tomado y después, con su pico, mete el resto en la boca de sus hijos. Esto es lo que debemos hacer nosotros, así es como, con nuestras obras, hemos de dar a Dios, testimonio de que le amamos. Toda nuestra tarea consiste en pasar a las acciones.
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