Hoy, 15 de julio, conmemoramos a San BUENAVENTURA, Doctor Seraphicus.
SAN BUENAVENTURA (1218-1274) nació en Bagnoregio, cerca de Viterbo, Italia, con el nombre de Giovanni di Fidanza, hijo de un médico.
La tradición cuenta que de bebé el pequeño Juan estaba muy enfermo, y nada lo podía curar; su madre lo lleva entonces con San Francisco de Asís, y milagrosamente recuperó la salud. Entonces ella le presenta de vuelta al niño para mostrárselo, y el santo, que estaba ya en su lecho de muerte, alcanzó a decirle: “¡Oh, buona ventura!”, palabras que en el futuro Juan habría de adoptar.
En 1236 marchó a París para estudiar ahí teología en la Universidad. Ingresó a la Orden Franciscana con el nombre de Buenaventura, y en 1253, junto con Santo Tomás de Aquino, fue profesor de teología en el instituto para estudiantes pobres, a partir del cual se desarrolló la célebre universidad “Sorbona”.
Cuatro años después, San Buenaventura fue electo general de su Orden. Durante el desempeño de este cargo, que se prolongó por diecisiete años, fue llamado el “segundo fundador” de la Orden Franciscana.
Escribió numerosas obras de carácter teológico y místico, como el tratado Sobre la vida de perfección, así como la Legenda Maior, la biografía oficial de San Francisco de Asís. Contra su voluntad fue nombrado obispo de Albano por el papa Gregorio X, y sólo aceptó por obediencia debida.
Su participación en el segundo Concilio de Lyon, en el año de 1274, fue fundamental para propiciar un acercamiento entre la Iglesia de Roma y la Iglesia griega. Sin embargo, San Buenaventura falleció durante la celebración de este Concilio.
A San Buenaventura se le recuerda especialmente por su humildad y su caridad, además de por sus valiosas contribuciones teológicas. Fue canonizado por el papa Sixto IV en 1482, y en1588 el papa Sixto V lo nombró Doctor de la Iglesia con el título Doctor Seraphicus, que quiere decir: similar a los ángeles.
SAN BUENAVENTURA nos enseña el valor de conocer la esencia de las cosas.
SAN BUENAVENTURA (1218-1274) nació en Bagnoregio, cerca de Viterbo, Italia, con el nombre de Giovanni di Fidanza, hijo de un médico.
La tradición cuenta que de bebé el pequeño Juan estaba muy enfermo, y nada lo podía curar; su madre lo lleva entonces con San Francisco de Asís, y milagrosamente recuperó la salud. Entonces ella le presenta de vuelta al niño para mostrárselo, y el santo, que estaba ya en su lecho de muerte, alcanzó a decirle: “¡Oh, buona ventura!”, palabras que en el futuro Juan habría de adoptar.
En 1236 marchó a París para estudiar ahí teología en la Universidad. Ingresó a la Orden Franciscana con el nombre de Buenaventura, y en 1253, junto con Santo Tomás de Aquino, fue profesor de teología en el instituto para estudiantes pobres, a partir del cual se desarrolló la célebre universidad “Sorbona”.
Cuatro años después, San Buenaventura fue electo general de su Orden. Durante el desempeño de este cargo, que se prolongó por diecisiete años, fue llamado el “segundo fundador” de la Orden Franciscana.
Escribió numerosas obras de carácter teológico y místico, como el tratado Sobre la vida de perfección, así como la Legenda Maior, la biografía oficial de San Francisco de Asís. Contra su voluntad fue nombrado obispo de Albano por el papa Gregorio X, y sólo aceptó por obediencia debida.
Su participación en el segundo Concilio de Lyon, en el año de 1274, fue fundamental para propiciar un acercamiento entre la Iglesia de Roma y la Iglesia griega. Sin embargo, San Buenaventura falleció durante la celebración de este Concilio.
A San Buenaventura se le recuerda especialmente por su humildad y su caridad, además de por sus valiosas contribuciones teológicas. Fue canonizado por el papa Sixto IV en 1482, y en1588 el papa Sixto V lo nombró Doctor de la Iglesia con el título Doctor Seraphicus, que quiere decir: similar a los ángeles.
SAN BUENAVENTURA nos enseña el valor de conocer la esencia de las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario