martes, 17 de marzo de 2015

La Rosa y el Sapo




Había una vez una rosa muy hermosa y bella. ¡Se sentía maravillosamente al saber que era la rosa más bella del jardín! Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.

Un d
ía se dio cuenta de que al lado de ella siempre se colocaba un sapo grande y oscuro, motivo por el que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo muy obediente le dijo: Está bien, me marcho si así lo  quieres.
Poco tiempo después, el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- Te veo francamente mal. ¿Qué te pasó? 
  La rosa contestó:
- Es que desde que te fuiste, las hormigas me han comido día a día y nunca he podido volver a ser igual. 
El sapo sólo contestó¡Pues claro! Cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.
Moraleja: Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.
Dios no hace a nadie para que esté de sobra en este mundo. Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos esté haciendo un bien del cual ni siquiera seamos conscientes.

No hay comentarios: