viernes, 20 de marzo de 2015

La media manta



Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.

Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.

A los 70 años, Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera y decidió por primera vez en su vida pedir un favor a su hijo. 
 
Don Roque tocó la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.

- ¡Hola papá! ¡Que milagro que vienes por aquí! 

 
- Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo. 


Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que ésta es tu casa.

 
- Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con vosotros? ¡Me siento tan solo! 


-¿Quedarte a vivir aquí?, sí… claro… pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial… y luego los niños…

 
- Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano. 


- No padre, no es eso, solo que…, no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían…,¡A no ser que te moleste dormir en el patio!

 
- Dormir en el patio está bien. 




El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años.
- Dime papá. 

 
Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una manta para que se tape en la noche. 


- Sí, con gusto…¿y dónde va a dormir? 

 
-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa. 


 

Luis subió por la manta, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó su padre. 


-¿Qué haces Luis?, ¿por qué cortas la manta de tu abuelo? 

 
- Sabes papá, estaba pensando…

 
-¿Pensando en qué? 


- En guardar la mitad de la manta para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa. 

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