En los momentos más estresantes de tu jornada ora con devoción:
Buen Dios, me siento agobiado, desesperado, sin fuerzas, siento que ya no puedo, nadie como Tú sabes que me siento muy estresado, siento que la vida es más grande que mis energías para vivirla... he intentado de todo para liberarme del estrés pero no lo consigo, por favor ayúdame.
Jesús, envíame a tu santa Madre para que me cubra con sus amorosos brazos y sentirme aliviado, confortado y apoyado para así lograr vencer el estrés que las circunstancias y yo mismo me he impuesto, necesito descansar bajo su tranquilidad.
Jesús, pídele a san José, tu padre adoptivo, me inspire pensamientos positivos para vencer el miedo que siento, la angustia que me paraliza y las presiones que me aquejan, sé que con su consejo podré ser muy positivo y salir adelante.
Por mi parte te prometo, mi buen Dios, dejar de autocastigarme por no alcanzar mis metas, darme cuenta de que sólo Tú tienes palabras de vida eterna, grabar en mi corazón que tierra y cielo pasarán a reorganizar mi vida sabiendo que lo importante es mi salud y mi bienestar espiritual porque sólo así podré estar bien con los demás y hacer tu voluntad.
Durante algunos momentos medita en el origen de tu estrés y evalúa si vale la pena todo lo que estás haciendo, pídele a Dios fuerzas para cambiar e invoca al Espíritu Santo:
Espíritu Santo, fuente de consejo y sabiduría ven, abre mi mente para experimentar en mi corazón que con los dones que me has dado y tu auxilio, puedo vivir de forma tranquila, serena y feliz. Espíritu Santo fuente de luz, ilumíname. Espíritu Santo fuente de luz, ilumíname. Espíritu Santo fuente de luz, ilumíname.
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