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Juan de Capistrano, Santo |
Religioso predicador Octubre 23
Etimológicamente significa “Dios es misericordia”.
Viene de la lengua hebrea.
Nació en Capistrano, diócesis de Sulmona,
Italia, en 1385. Hijo de un caballero francés o alemán
que murió cuando Juan era joven. Estudió con esmero en la
Universidad de Perugia (Cerca de Asís). Fue abogado y juez. En
1412 fue nombrado gobernador de Perugia por Landislaus rey de
Nápoles, quien tenía control de esa ciudad. Luchó contra la
corrupción y el soborno.
Cuando estalló la guerra entre Perugia y
Malatesta en 1416, Juan trató de conseguir la paz, pero
en vez lo tomaron prisionero de guerra. En la cárcel
decidió entregarse del todo a Dios. Tuvo un sueño en
el que vió a San Francisco que le llamaba a
entrar en la orden franciscana. Juan se había casado justo
antes de caer preso, pero el matrimonio nunca se consumió
y fue anulado.
Entró en la orden franciscana en Perugia el
4 Octubre de 1416. Tenía 30 años por lo que
el maestro de novicios lo puso a prueba dándole los
mas humildes oficios.
Fue discípulo de san Bernardino de Siena
quien le enseñó teología. Se distinguió como predicador aun siendo
diácono. Ordenado a los 33 años. Por 40 años fue
predicador itinerante por Italia y otros países. Una vez
en Brescia (Italia) predicó a una multitud de 126,000 personas
que habían venido de las provincias vecinas. Por su radical
llamada a la conversión y su sencillez, la gente lo
relacionaba con San Juan Bautista. Traían las cosas de superstición
y ocultismo y las quemaban en hogueras públicas. Tenía gran
fama por su don de curación y le traían a
los enfermos para que les haga la señal de la
cruz. Como San Bernardino, propagó la devoción al nombre de
Jesús, por lo ambos, junto con otros franciscanos, fueron acusados
de herejes. El defendió al grupo con éxito.
Muchos jóvenes
le seguían a la vida religiosa. Estableció comunidades franciscanas. Escribió
extensivamente, sobre todo contra las herejías de su época. Muchos
de sus sermones se conservan.
Dormía y comía poco. Hacía
mucha penitencia.
Dos veces la comunidad franciscana lo eligió como
vicario general. En visita en Francia conoció a Sta. Colette,
reformadora de la orden de las clarisas, con la que
simpatizaba.
Juan tenía gran don para la diplomacia. Era sabio y
prudente, sabiendo medir sus palabras para que estas sirvan la
voluntad de Dios. Cuatro Pontífices (Martín V, Eugenio IV, Nicolás
V y Calixto III) lo emplearon como embajador en muchas
y muy delicadas misiones diplomáticas con muy buenos resultados. Tres
veces le ofrecieron nombrarlo obispo de importantes ciudades pero prefirió
seguir siendo un pobre predicador.
Fue nuncio apostólico en Austria donde
predicó extensivamente y combatió la herejía de los husitas. También
predicó con gran fruto en Polonia, invitado por Casimiro IV.
Los cruzados defienden Europa
En 1451 el Sultan Mahoma II se
lanzó una campaña con el fin de lograr la conquista
de Europa. Conquistó a Constantinopla en 1453 y entonces se
preparó para invadir a Hungría. En 1454 Servia cayó en
sus manos. Las noticias procedentes Servia eran horribles: quienes se
resistían a renunciar a Cristo eran torturados. Todo lo que
fuese cristiano era destruido o confiscado.
En 1454 Juan Capistrano
participó en la dieta de Frankfort y se dispuso a
preparar la defensa de Hungría. Fue a Hungría y predicó
una cruzada en defensa de la cristiandad. A la edad
de 70 años el Papa Calixto II lo comisionó para
dirigirla. En Szeged unió el ejercito de campesinos que había
reunido con el ejército de Hunyady y ambos se dirigieron
a Belgrado. Se decía que los cuarteles parecían casas de
religiosos mas que campamentos militares porque en ellos se rezaba
y se predicaba la virtud. Se celebraba misa diaria. A
Juan Capistrano le tenían un gran respeto.
Batalla de Belgrado,
1456, salva a Europa de los musulmanes.
Los musulmanes atacaban a
Belgrado Contaban con 200 cañones, 50,000 de caballería y una
gran flota que penetró por el río Danubio. Ante la
superioridad de las fuerzas enemigas, los cristianos pensaban retirarse. Pero
intervino Juan de Capistrano convenciendo a Hunyady a que atacara
la flota turca a pesar de ser mucho más numerosa.
En el momento en que los defensores de la ciudad
se iban a retirar dándose por vencidos, Juan los animó
llevando en sus manos una bandera con la cruz y
gritando sin cesar: "Jesús, Jesús, Jesús". Recorrió todos los batallones
gritando entusiasmado: "Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión".
Juan nunca utilizó las armas de este mundo sino la
oración, la penitencia y la predicación.
Mientras se luchaba en Belgrado,
el Papa pidió rezar el Angelus por la victoria. Los
musulmanes fueron vencidos y tuvieron que retirarse de la región.
Así se ganó la batalla de Belgrado el 21-22 de
julio de 1456.
San Juan de Capistrano había ofrecido a Dios
su vida por salvar la cristiandad. Dios le aceptó su
oferta y pronto murió junto con Hunyady víctimas del tifo.
Los cadáveres de los muertos en batalla causaron una epidemia
de tifo que también contagió al santo que ya estaba
débil y anciano. Murió en Villach, Hungría, unos meses mas
tarde, el 23 de octubre.
En Estados Unidos su nombre
es famoso por la misión franciscana en California que lleva
su nombre.
Beatificado: 19 Diciembre 1650 por Inocente X Canonizado:
16 Octubre 1690 por Alejandro VIII
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