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Juan-Vladimiro, Santo |
Principe
Zeta (Montenegro), siglo X – Prespa (Macedonia), Mayo 22, 1016. Etimológicamente
significa “Dios es misericordia” y “grande en poder”. Vienen
de la lengua hebrea y de la alemana.
Este joven, principe
de Zeta (y no rey de Dalmacia como aseguran algunos),
tuvo que actuar contra Samuel, Zar de Macedonia, porque le
había declarado la guerra.
Quería el macedonio apoderarse de su
pequeño reino. El joven principe Juan Vladimiro perdió la guerra
y sus Estados.
Y para colmo, se lo llevaron cautivo
al país balcánico (Macedonia). Menos mal que le permitieron que
pudiera recibir visitas una vez a la semana.
Una de estas
visitas que le gratificaron mucho, fue la de la hija
de Samuel. Era una ferviente cristiana. Fue a lavarle los
pies, como hizo Cristo en el Evangelio, al rey destronado.
Ella le decía a su padre:"¿Dónde está aquel con
quien me voy a casar? ¿Es que no hay nadie?".
La
princesa se había enamorado locamente del rey encarcelado. Se lo
comunicó al padre. Este, más o menos por las buenas
y pensando en el bien de su hija, permitió el
casamiento.
Ya casados, volvieron a Zeta, en donde vivieron unos años
de paz y de felicidad.
A la muerte de Samuel, un
desalmado asesinó a su hijo y al heredero, se apoderó
del trono y tomó la decisión de apoderarse también
de Zeta.
Con falsas apariencias y muchos halagos, propio de algunos
cortesanos, invitó a Vladimiro a su corte. Y mientras
salía de la capilla en la que había estado orando
al Señor y a la Virgen durante un buen rato,
unos sicarios le dieron muerte.
Juan Vladimiro se convirtió en un
santo muy popular en los Balcanes.
Comenzaron a cantar sus
canciones de gesta, sus méritos y sus desgracias. La iglesia
le dio desde entonces el culto propio de un mártir.
¡Felicidades
a quien lleve este nombre!
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