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Úsula Ledóchowska, Santa |
Fundadora de la Congregación de Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de
Jesús Agonizante
Nació el 17 de abril de 1865 en Loosdorf
(Austria), segunda de nueve hijos. Su madre, de nacionalidad suiza,
descendía de una familia noble; su padre procedía de la
antigua y noble familia polaca Ledóchowski, en la que destacaron
hombres de Estado, militares, eclesiásticos y personas consagradas. Creció en
un clima familiar lleno de amor y exigente. María Teresa, su hermana mayor, fundadora de las Misioneras de
San Pedro Claver (Hermanas Claverianas), conocida como "madre de África",
fue beatificada por el Papa Pablo VI en el año
1975; su hermano Vladimiro, un año menor que ella, fue
superior general de la Compañía de Jesús de 1915 a
1942. Otro de sus hermanos, Ignacio, general del ejército polaco,
murió asesinado por los nazis en el campo de concentración
de Dora-Nordhausen, el año 1945.
En 1883 la familia se trasladó
de Austria a Polonia. Tres años después, Julia entró en
el convento de las Ursulinas de Cracovia. Durante la profesión
religiosa, emitida en 1889, tomó el nombre de María Úrsula
de Jesús. Destacó por su amor al Señor, su talento
educativo y su sensibilidad ante las necesidades de los jóvenes
en las difíciles circunstancias sociales, políticas y morales de su
tiempo. En 1904 fue elegida superiora del convento de Cracovia.
En ese tiempo emprendió valientes iniciativas apostólicas. Abrió un internado
para jóvenes universitarias -el primero en Polonia-, donde las muchachas
no sólo pudieran encontrar un lugar seguro, sino también una
sólida formación religiosa: les organizaba la Congregación mariana y
cursos para profundizar la visión cristiana de la vida, dirigidos
por eminentes teólogos.
Convencida de la necesidad de cambiar las Constituciones
según las nuevas necesidades pastorales, se dirigió a Roma en
1907. En una audiencia, propuso al Papa Pío X realizar
su trabajo apostólico en el corazón de la Rusia hostil
a la Iglesia. Con la bendición del Vicario de Cristo,
ese mismo año, al concluir su cargo de superiora del
convento de Cracovia, acompañada de otra religiosa, ambas vestidas de
civil, pues la vida religiosa estaba prohibida en ese país,
partió hacia San Petersburgo.
Las religiosas vivían en la clandestinidad y,
aunque eran vigiladas continuamente por la policía secreta, realizaban una
intensa labor educativa y de formación religiosa, también con vistas
a promover buenas relaciones entre polacos y rusos.
En 1908, la
Santa Sede, a causa de las grandes dificultades de comunicación,
aprobó la erección canónica de la casa de San Petersburgo
como casa autónoma, con noviciado. La madre Úrsula fue nombrada
superiora. Al año siguiente, la actividad del convento se extendió
a Finlandia, donde construyó una escuela con internado para muchachas.
Cuando
estalló la primera guerra mundial, en 1914, la madre Úrsula,
al ser ciudadana austríaca, tuvo que salir de Rusia y
emigró a Escandinavia: primero a Suecia y luego a
Dinamarca, desde donde podía mantener más fácilmente contactos con sus
religiosas de San Petersburgo. Para evitarles las consecuencias de la
revolución bolchevique, trasladó la comunidad a Estocolmo, donde fundó un
instituto de lenguas para muchachas. En 1917 se trasladó, con
toda la comunidad, a Aalborg, en Dinamarca, donde abrió una
casa para niños huérfanos de los inmigrantes polacos. Durante el tiempo
de su estancia en Escandinavia, además de su apostolado educativo,
trabajó intensamente en la promoción del compromiso ecuménico. Asimismo, colaboró
con el Comité de ayuda a las víctimas de la
guerra en Polonia, fundado por Henryk Sienkiewicz, famoso escritor polaco
premiado con el premio Nobel por su libro "Quo vadis".
La
casa de sus religiosas se convirtió en un apoyo para
la gente de diversas orientaciones políticas y religiosas. Su amor
ardiente a la patria iba unido a la apertura a
los otros. Cuando le preguntaban cuál era su orientación política,
respondía sin vacilar: "Mi política es el amor". En
ese tiempo, la Santa Sede le concedió el permiso para
transformar su convento autónomo de Ursulinas en la congregación de
Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante.
La espiritualidad de
la congregación se centra en la contemplación del amor salvífico
de Cristo y en la participación en su misión por
medio de la labor educativa y el servicio al prójimo,
especialmente a los que sufren, a los que viven en
soledad, a los marginados y a los que buscan el
sentido de su vida.
Úrsula educaba a sus religiosas para amar
a Dios sobre todas las cosas y en Dios a
toda persona humana y a toda la creación. Recomendaba, como
testimonio creíble de una relación personal con Cristo, la sonrisa,
la serenidad de espíritu, la humildad y la capacidad de
vivir la vida ordinaria como camino privilegiado para la santidad.
Ella misma era un ejemplo notable de ese tipo de
vida.
La congregación se desarrolló rápidamente. Nacieron comunidades de religiosas Ursulinas
en Polonia y en otras regiones. En 1928 abrió en
Roma la casa general y una pensión para muchachas pobres.
Las Ursulinas comenzaron también a trabajar entre los pobres de
los suburbios de la ciudad eterna. En 1930 se establecieron
en Francia.
La madre Úrsula fundó numerosos centros de educación y
de enseñanza; enviaba a las religiosas a dar catequesis y
a trabajar en zonas pobres; organizaba ediciones de libros para
niños y jóvenes; ella misma escribió libros y artículos.
Trató de
iniciar y apoyar organizaciones eclesiales para niños (Movimiento Eucarístico), para
la juventud y para las mujeres. Participaba activamente en la
vida de la Iglesia y del país. Recibió condecoraciones estatales
y eclesiásticas.
Ejerció gran influjo sobre la vida de la madre
Úrsula su tío Mieczyslaw, arzobispo de Gniezno-Poznan, primado de Polonia
y después prefecto de la Sagrada Congregación para la propagación
de la fe.
Murió en Roma el 29 de mayo de
1939. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el
20 de junio de 1983 en Poznan y canonizada por
el mismo Papa el 18 de mayo de 2003 en
la Basílica Vaticana.
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