Mártir (Año 1393)
Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el año 1250, en un pueblo llamado Nopomuc y de ahí se le puso el sobrenombre Nepomuceno. Fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua. Después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado (o sea el segundo después del Arzobispo) lo cual significa que era un hombre de total confianza para el prelado. Pero el rey de Praga, Wenceslao, se dejaba llevar por dos terribles pasiones, la cólera y los celos y dicen las antiguas crónicas que siendo Juan Nepomuceno confesor de la reina, se le ocurrió al rey que el santo le debía contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguir que le revelara estos secretos se propuso mandarlo asesinar. Luego el rey tuvo otro gran disgusto y consistió en que el monarca se proponía apoderarse de un convento para darle sus riquezas a un familiar, y el Vicario Juan Nepomuceno se le opuso rotundamente, porque esos bienes eran de la Santa Iglesia. Entonces el rey mandó que al padre Juan lo ataran doblado, con la cabeza pegada sobre los pies, y que lo lanzaran al río Moldava. Fue en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver y le dieron santa sepultura. En 1725 (o sea más de 300 años después de su muerte) una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta pero seca y gris. Y de pronto, en presencia de todos empezó a esponjarse y apareció de color de carne fresca, como si se tratara de la lengua de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas y este milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes, fue el cuarto milagro para declararlo santo. Desde su muerte siempre San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió moro antes que revelar los secretos de la confesión. También ha sido considerado Patrono de la buena fama, porque prefirió el martirio, pero no permitió que la buena fama de una penitente fuera destrozada. En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo, y muchas personas, al pasar por allí le rezan devotamente.
Santoral
del 16 de Mayo: San Juan Nepomuceno,
Mártir
(Año
1393)
San
Juan Nepomuceno, pídele al buen Dios que nos envíe muchos
y muy santos confesores.
Juan Nepomuceno
Leyenda del santoEl punto inicial en la leyenda es la persona de Juan de Pomuk (Jan z Pomuk en checo), un pequeño pueblo con mercado de Bohemia que posteriormente fue rebautizado como Nepomuk, y que pertenecía a una abadía cisterciense cercana. Juan nació sobre el año 1340 y estudió en la Universidad de Praga, para seguir después un curso de derecho canónico en la Universidad de Padua en el norte de Italia. En 1380 fue párroco en Praga y en 1393 fue nombrado vicario general de Juan de Jenštejn, arzobispo de Praga entre 1378 y 1396. El nuevo vicario general no disfrutó de una buena reputación entre sus contemporáneos; era rico, poseía casas, y prestaba dinero a nobles y sacerdotes. El 20 de marzo de ese mismo año fue arrojado al río Moldava desde el Puente Carlos de Praga a petición del rey de Bohemia Wenceslao de Luxemburgo.El motivo era antiguo, y solución fue la tradicional si lo comparamos con las Defenestraciones de Praga. El motivo era el nombramiento de un nuevo abad para la rica y poderosa abadía benedictina de Kladruby, debido a que su abad era un magnate territorial cuyos recursos eran cruciales para el rey Wenceslao en sus luchas con los nobles. Wenceslao apoyaba al papa de Aviñón, mientras que el arzobispo apoyaba al de Roma. Cuando el movimiento reformista husita, denunciado como herejía, dividió Bohemia, el arzobispo Juan representó hábilmente la facción conservadora e incluso reaccionaria a cualquier cambio radical en la sociedad. Juan Nepomuceno confirmó al candidato del arzobispo para el puesto de abad de Kladruby contrariamente a los deseos del monarca, por lo que fue arrojado por el Puente Carlos por orden del monarca el 20 de marzo de 1393.
Imagen de San Juan Nepomuceno en Breslavia.
Significancia de su secreto de confesiónLa conexión de Juan Nepomuceno con la inviolabilidad del secreto de confesión es parte del desarrollo y transformación de la leyenda, que pudo ser trazada en distintas etapas. El arzobispo, que marchó rápidamente a Roma tras el crimen, en sus cargos contra el rey Wenceslao, se refirió a la víctima como un mártir; en la vita escrita unos años más tarde ya fueron incluidos milagros. Los nada críticos cronistas bohemios de los siglos XIV al XVI fomentaron la fábula. Sobre mediados del siglo XV apareció por primera vez que la causa de la muerte de Juan había sido negarse a violar el voto del secreto de confesión. Dos décadas más tarde, en 1471, el decano de Praga, Paul Zidek, decía que Juan fue el confesor de la reina Sofía de Baviera, esposa del rey Wenceslao IV, conocido como Wenceslao de Luxemburgo. El cronista sin escrúpulos Wenceslao Hayek, el "Livio bohemio", dijo en 1541 (probablemente debido a la falta de cuidado en el uso de sus fuentes) que fueron dos los Juanes Nepomucenos arrojados al río; el primero como confesor, y el segundo por la confirmación del abad.La leyenda está especialmente en deuda con el historiógrafo jesuita Boleslao Balbín (Boleslaus Balbinus), el "Plinio de Bohemia", por su contribución al desarrollo de ésta. Boleslao escribió la Vita beatae Joannis Nepomuceno martyris, que fue publicada en Praga en 1670.1 Boleslao creía que Juan Nepomuceno era un patriota, e incluso llegó a falsificar datos para honrar al santo. Aunque el cabildo metropolitano de Praga no aceptó la biografía dedicada al santo, "ya que está desprovista de fundamento histórico y es errónea, un torpe trabajo de retórica mitológica", Balbín se salió con la suya. En 1683 el Puente Carlos fue adornado con una estatua del santo que ha tenido numerosas sucesiones; en 1708 se le dedicó la primera iglesia en Hradec Králové; y la famosa Iglesia de peregrinación de San Juan Nepomuceno fue fundada en 1719 en Žďár nad Sázavou y que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.2 Entre tanto, a pesar de la objeción de los jesuitas, se inauguró el proceso que acabó con su canonización. Fue beatificado el 31 de mayo de 1721, y el 19 de marzo de 1729 fue canonizado por el papa Benedicto XIII. Las actas del proceso, de 500 páginas, y que costó más de 180.000 coronas, distinguían dos Juanes Nepomucenos y autorizaban el culto del que fue arrojado en 1393 como un mártir del voto del secreto de confesión.
Imagen de la tumba de San Juan Nepomuceno en la Catedral de San Vito de Praga.
Este santo es venerado sobre todo en la zona de Europa Central y Oriental, sobre todo la República Checa, Italia, Alemania, Lituania y Polonia. Es patrono de muchos lugares y municipios como el Municipio de San Juan Nepomuceno de Caazapá, Paraguay, el Michelena en Venezuela y el Municipio de La Zubia (Granada-España). Desde 1758 es patrón del Cuerpo de Infantería de Marina de España. Referencias
Enlaces externos
SAN JUAN
NEPOMUCENO
Sacerdote y mártir.
Su fiesta se celebra el 16 de Mayo.
San Juan es el mártir del secreto de la confesión y patrono de la buena fama. No resulta fácil acercarse al sacramento de la penitencia. Por eso Dios da una gracia especial al sacerdote para guardar el secreto de la confesión. El velo sagrado del sigilo sacramental jamás se ha descorrido. Ya lo afirmaba así San Juan Climaco en el siglo IV. Wenceslao, rey de Bohemia, era un monstruo, más que una persona. Cuando le acusaban de ser otro Nerón, decía que si no lo había sido, lo sería en adelante. Le presentaron una vez un ave mal asada. Y sin dar más explicaciones mandó asar al pobre cocinero. La historia le llama beodo y holgazán, pero debía llamarle la Bestia del Apocalipsis. Se complacía en afirmar, y tenia razones para ello, que el verdugo era su mejor camarada. Vivían en Palacio dos personas: su esposa, la Emperatriz, y Juan Nepomuceno, su confesor y director espiritual. Algún envidioso susurró al oído del Rey una infame sospecha gratuita sobre la infidelidad de la Emperatriz. Y Wenceslao quedó presa de terribles celos que ni la dulce presencia de su esposa ni la santidad del confesor podían disipar. Un día vio el Rey que la Reina se confesaba con el P. Juan, y que luego iba a comulgar. Entonces Wenceslao concibió el diabólico plan de asegurarse de la fidelidad de su esposa. Mandó llamar al confesor.—Padre Juan, vos conocéis la duda terrible que me atormenta, vos podéis disiparla. La Emperatriz se confiesa con vos. Me bastaría una palabra... —Majestad, contesta el Confesor ¿cómo es posible que me propongáis tal infamia? Sabéis que nada puedo revelar. El secreto de confesión es inviolable.
Juan sabe que le va en
ello la vida. Nadie ha contradecido nunca al tirano. Sólo Juan otra vez se atrevió a
oponerse a sus planes.
—Padre Juan, vuestro silencio quiere decir que renunciáis a vuestra libertad.
—Jamás
consentiré en tal sacrilegio. Mandad cualquier otra cosa. En esto digo lo mismo que San
Pedro: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" .
En 1725 (más de 300
años después de su muerte) una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas
examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta, aunque seca y gris. Y de
pronto, en presencia de todos, empezó a esponjarse y apareció de color de carne fresca,
como si se tratara de la lengua de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas y este
milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes, fue el cuarto milagro para
declararlo santo. Fue canonizado por Benedicto XIII en el año 1729.Pocas horas después Juan es arrojado a la cárcel. Es sometido a terribles torturas para hacerle ceder. La Reina obtiene la libertad y le cura sus heridas. Aún pudo predicar en la catedral, anunciando su muerte. Pues sabe que el tirano nunca le perdonará. Poco después Juan habia ido a postrarse a los pies de Nuestra Señora de Bunzel. Wenceslao le tiende una trampa para la vuelta. Los verdugos esperan al Mártir junto al puente y lo arrojan al río Moldava. Aún está allí la estatua para ejemplo y recuerdo. Era el 19 de abril de 1393. Las gentes decían que el río se tiñó de purpúreo y celestial resplandor, como anuncio de la gloria del Mártir. Su epitafio, en la catedral de San Vito, de Praga, dice así: "Yace aquí Juan Nepomuceno, confesor de la Reina, ilustre por sus milagros, quien, por haber guardado el sigilo sacramental fue cruelmente martirizado y arrojado desde el puente de Praga al río Moldava, por orden de Wenceslao IV, el año 1393". Su lengua se conserva incorrupta. Desde su muerte, siempre San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió morir antes que revelar los secretos de la confesión. También ha sido considerado patrono de la buena fama, porque prefirió el martirio, pero no permitió que la buena fama de una penitente fuera destrozada. En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo y muchas personas, al pasar por allí, le rezan devotamente. |
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