![María Magdalena de Pazzi, Santa](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tXaSnn38C5BaZ_VoQTQGFz_3aSOtMxWo3jQU2hQfKbAlP3Vp6TM9UGS4b6Jc1abpi_Kg05Hf8n1tOkx7XNikz0JRq0rirZLjuN61R4NY7Qy0lXfYTtE9Qp6Q4Zq2S81tKkGjhaJ3kro8FfNb-FGcFGs-5N=s0-d) |
María Magdalena de Pazzi, Santa |
Maestra de Novicias
Martirologio Romano: Santa María Magdalena de Pazzi, virgen
de la Orden de Carmelitas, que en la ciudad de
Florencia, en la Toscana, llevó una vida de oración abnegadamente
escondida en Cristo, rezando con empeño por la reforma de
la Iglesia. Distinguida por Dios con muchos dones, dirigió de
un modo excelente a sus hermanas hacia la perfección. (†
1607)
Fecha de canonización: 28 de abril de 1669 por el
Papa Clemente IX
La familia de Pazzi, a cuyo nombre está unida la
famosa conjuración contra el gran duque de Médici, en tiempos
de nuestra santa, era todavía de las más importantes de
Florencia. Catalina de Pazzi (María Magdalena es el nombre que
asumió la santa carmelita el día de su profesión religiosa)
nació en 1566, en un siglo rico de acontecimientos en
la historia civil y religiosa de Italia y caracterizado por
el florecimiento excepcional de grandes santos.
También María Magdalena de
Pazzi participó en la situación histórica y social de su
tiempo escribiendo cartas muy valientes al Papa, a los cardenales,
a los obispos y a los príncipes, señalando las causas
de los males que afligían a la Iglesia, que ella
atribuía a las deficiencias espirituales de los cristianos y de
sus pastores. Este es uno de los lados maravillosos de la
santa, asociada a la pasión de Cristo con los estigmas
y otros fenómenos místicos como las visiones, los éxtasis, los
arrobamientos, durante los cuales trataba de difíciles cuestiones teológicas.
Tres
hermanas, encargadas por el director espiritual, transcribían las revelaciones de
Sor María Magdalena. El libro, titulado Contemplaciones y redactado de
ese modo tan excepcional es considerado como un importante tratado
de teología mística, y al mismo tiempo nos revela el
itinerario espiritual de la santa, que a los 18 años
había entrado al más austero convento florentino, el de las
carmelitas. Desde muy niña, Catalina de Pazzi se mostró más inclinada
a la devoción que a la vida cómoda de su
tiempo. Efectivamente, tuvo el privilegio, en ese tiempo muy raro,
de hacer la primera Comunión a la edad de diez
años.
Después de darle el adiós al mundo y de
haber cambiado nombre, Sor María Magdalena fue dócil instrumento de
la gracia divina, atravesando todos los estadios de la experiencia
mística, desde las audacias de la contemplación hasta las torturantes
pruebas de la noche de los sentidos, en la oscuridad
abismal de la aridez espiritual, que duró cinco años, durante
los cuales fue probada en la fe, en la esperanza
y en la caridad. Y, finalmente, en Pentecostés de 1590,
su espíritu quedó nuevamente sumergido por la brillante luz del
éxtasis, fortaleciéndose para la nueva prueba sucesiva, la del dolor
físico.
Martirizada en el cuerpo por llagas dolorosísimas, cuando el dolor
se hacía insoportable, Sor María Magdalena, que había sido nombrada
maestra de novicias, hallaba la fuerza para repetir las palabras
que se convirtieron en el lema de su vida: “Pati,
non mori”, sufrir y no morir. Murió el 25 de
mayo de 1607, en el convento de Santa María de
los Ángeles, en Florencia.
Fue canonizada el 28 de abril
de 1669 por el Papa Clemente IX.
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