![María Doménica Brun Barbantini, Beata](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_sdQbIFq44N1d13FWhT1i7-Redd5fBJ3eiY3Be4xXHEUDcq7kuaQGXhx0IXTmzZiv_pUtVTA4tAt1IOWHraNJfFsJJirbIoUOvkDHfPJdujmb7vAkPu2lwirXpEyv9a-AXFBcog6p-bEblmeHxeMfk=s0-d) |
María Doménica Brun Barbantini, Beata |
Fundadora Congregación de las Hermanas Ministras de los Enfermos de
San Camilo
Maria Doménica nació el 17 de enero de 1789
en Lucca, a los 12 años perdió el padre y
a los 22, después de cinco meses de matrimonio, perdió
el marido de paro cerebral.
Volvió todo su amor sobre
Lorenzo, el único hijo nacido de tal matrimonio, y además
dedicándose a las enfermas en las casas particulares. A los
31 años le murió el hijo de 8 años. Aun
viviendo la pérdida en el lleno abandono a la voluntad
de Dios, el sufrimiento fue enorme.
Rechazó distintas propuestas de
matrimonio y siguió con la actividad de asistencia domiciliaria ya
iniciada hace algunos años con otras mujeres: la Pía Unión
de las Monjas Oblatas de la Caridad que ella misma
había fundado. A los 36 años le murió entre los
brazos la mamá diciéndole: ¿Haces todo lo que puedes para
Dios y para tu Iglesia?
A los 40 años fundó
el instituto de las Hermanas Oblatas Enfermeras bajo la protección
de Maria SS. Dolorosa y con los consejos de Padre
Scalabrini, después 2 años el instituto viene agregado a la
Orden de los Camilianos con el nombre de Ministras de
los Enfermos. La actividad fue enfocada sobre enfermas y niños,
pero Maria Doménica pasaba también mucho tiempo en la formación
de sus hijas espirituales y en la oración enfocada sobre
el Jesús que sufre. Exhortaba a sí misma y a
sus hijas a rezar antes de ir a asistir a
las enfermas: "cuando Irán a los enfermos, recuerdan que están
asistiendo a un Dios humanizado y expirante sobre la cruz".
Los
puntos fijos de su vida fueron dos: la caridad heroica
para descubrir y servir a Jesús en los enfermos y
la transformación del sufrimiento propio en amor hacia el otro.
La condición para vivir estas dos actitudes era una profunda
humildad y apertura de corazón a los deseos de Dios.
Maria Dominica construyó paz en sí (un corazón unificado en
el amor) y alrededor de a sí (en la familia,
en la comunidad, en la Iglesia), compartiendo esto sobre todo
con los enfermos.
El 22 de mayo de 1868 a los
79 años Maria Doménica murió santamente: ¿Yo tengo que morir
así? he pedido siempre al Señor tanto amor y tanto
dolor? el dolor no me falta, pero ¿el amor?. Muriendo
mantuvo en el rostro la misma sonrisa que había habido
siempre en vida.
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