*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
viernes, 26 de julio de 2013
Papa Francisco saluda a jóvenes brasileños
Francisco, el "Papa de los pobres", urgió a los jóvenes a no desanimarse ante la corrupción rampante en Brasil, sacudido recientemente por masivas protestas
El papa Francisco saludó este jueves a cientos de miles de peregrinos en la ceremonia de bienvenida e inauguración del Día Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil.
En el evento principal de la gira de una semana del pontífice, se espera que un millón de personas escuchen el discurso a jóvenes católicos de todo el mundo en la famosa playa de Copacabana de Río de Janeiro.
Antes de la ceremonia, el papa se reunió con atletas, incluyendo la leyenda del balompié, Zico, y bendijo la bandera olímpica.
La ciudad de Río serpa anfitriona de los juegos de la Copa Mundial de Fútbol del próximo año, y los juegos olímpicos de 2016. El santo padre también visitó notorias favelas de la ciudad, continuando su misión de llamar la atención hacia los pobres y marginados.
Ayer, en su visita al templo de Nuestra Señora de Aparecida, patrona del país, Francisco pidió a 200 mil fieles que dejen el materialismo y enfoquen a los marginados de la sociedad.
También advirtió a Latinoamérica contra la legalización de estupefacientes, cuando visitó un centro de tratamiento para drogadictos y alcohólicos.
El papa Francisco aprovechó la red social Twitter para expresar la alegría que le produce encontrarse con los jóvenes de Brasil
"Llego a Río en unas horas y mi corazón está lleno de gozo porque dentro de poco estaré con ustedes para celebrar la XXVIII JMJ", las Jornadas Mundiales de la Juventud, escribió el papa en un tuit en español antes de emprender el viaje.
El papa presidirá estas jornadas, que se celebrarán del 23 al 28 de julio y a la que se espera asistan cerca de 1,5 millones de personas, en su primer viaje a la región donde nació y vivió casi toda su vida.
En Rio, ya han empezado a llegar monjas y sacerdotes de largos hábitos y peregrinos con camisetas y mochilas con los colores de la bandera brasileña.
Francisco, que defiende una Iglesia austera, cercana a los pobres y al pueblo, ha intensificado su agenda ante el anuncio de varias protestas durante su visita, insistiendo en pasearse por el centro de Rio en un papamóvil descubierto inmediatamente después de su llegada, prevista para las 16H00 locales (19H00 GMT).
El Vaticano asegura que el pontífice no está preocupado por las protestas y los expertos señalan que su discurso de reforma de una Iglesia en crisis, contra el derroche y en defensa de los más desposeídos, está en sintonía con el de los manifestantes.
El operativo de seguridad, no obstante, contará con unos 30.000 militares y policías.
En sus siete días en Brasil, el primer papa latinoamericano, de 76 años, hará un discurso multitudinario en la playa de Copacabana, visitará una pequeña y gris favela de Rio y también Aparecida, el mayor santuario católico de Brasil, se reunirá con presos, con adictos al crack, con los astros del fútbol brasileño Pelé, Neymar y Zico y con miles de peregrinos.
Durante su reunión en la noche con la presidenta Dilma Rousseff en el palacio Guanabara, el grupo Anonymous Rio ha convocado vía redes sociales una protesta contra los 53 millones de dólares que cuestan a contribuyentes brasileños su visita y la JMJ, mientras los ateos protestarán por el mismo motivo y han llamado a un "desbautismo" colectivo.
El hartazgo con la corrupción arraigada en la clase política y la pésima calidad del transporte, la salud y la educación públicos mientras se gastan millones en estadios para el Mundial de fútbol 2014, llevaron a más de un millón de brasileños -sobre todo jóvenes de clase media- a protestar en las calles en junio, en plena disputa de la Copa Confederaciones.
Las protestas terminaron muchas veces en enfrentamientos violentos con la policía y saqueos y destrozos, la última de ellas el jueves pasado en Leblon e Ipanema, dos de los barrios más ricos de Rio.
Católicos brasileños como Adilson de Sena, de 60 años, que alquila sillas de playa y vende cerveza y caipirinha en la playa de Copacabana, llaman a los gobernantes a seguir el ejemplo de austeridad del papa.
"Los gobernantes tienen que sensibilizarse con el papa e invertir más en el país. No se precisaba todo esto", dice de Sena señalando el enorme escenario donde Francisco dará la bienvenida a los jóvenes de la JMJ el jueves.
Edina Maria Pereira Lima, una cocinera evangélica de 49 años, padece en carne propia varios de los problemas del país: necesita hacerse exámenes pero no puede pagar un seguro médico y su cartera le fue robada la semana pasada.
"El gobierno está poniendo una fachada para que el mundo vea lo mejor de Brasil. Pero detrás de esta fachada, hay gente muriendo en hospitales", se lamentó mientras pasaba el domingo en la playa, junto al podio que recibirá al papa.
Francisco aprovechará la JMJ para hacer hincapié en la tarea misionera de la Iglesia e intentar revitalizarla en Latinoamérica, su mayor feudo pero donde pierde terreno desde hace tres décadas, sobre todo frente a los evangélicos pentecostales.
"Tenemos un papa jesuita que es eternamente sencillo, humilde, que revolucionará la Iglesia católica. Su mensaje es que seamos como Cristo", dijo a la AFP Antonio Prada, un venezolano de 27 años, mientras paseaba por la playa de Copacabana vestido con los colores de la bandera de su país.
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