lunes, 19 de noviembre de 2012

Saturnino de Tolosa, Santo


Obispo y Mártir, 29 de noviembre
 
Saturnino de Tolosa,  Santo
Saturnino de Tolosa, Santo

Obispo y Mártir
Noviembre 29



La ciudad de Toulouse, en el Languedoc francés, muestra con orgullo su magnífica e impresionante catedral —joya del románico— de Saint-Sernin. Tiene cinco naves, vasto crucero y un coro deambulatorio con capillas radiadas.

San Saturnino —nuestro conocido y tantas veces cantado Sanserenín de las canciones y juegos infantiles— fue el primer obispo de esta parte de la Iglesia.

No se conoce nada anterior a su muerte. Todo lo que nos ha llegado es producto del deseo de ejemplarizar rellenando con la imaginación y la fantasía lo que la historia no es capaz de decir. A partir de unos relatos probables se suman otros y otros más que lo van adornando como descendiente de familia romana — el nombre es diminutivo del dios romano Saturno— culta, adinerada, noble e incluso regia hasta llegar a las afirmaciones de Cesareo de Arlés que, nada respetuoso con la cronología, lo presenta candorosamente como oriundo de Oriente, uno más de los discípulos del Señor, bautizado por Juan Bautista, presente en la última Cena y en Pentecostés. Ciertamente es el comienzo de la literatura legendaria.

Lo que consta es que la figura está enmarcada en el siglo III, en tiempos de la dominación romana, después de haberse publicado, en el año 250, los edictos persecutorios de Decio, cuando la zona geográfica de Tolosa cuenta con una pequeña comunidad cristiana pastoreada por el obispo Saturnino que por no caer en idolatría, quemando incienso a los dioses, sufre el martirio de una manera suficientemente cruel para que el hecho trascienda los límites locales y la figura del mártir comience a recibir culto en el interior de las Galias, en la ribera mediterránea y pase también los Pirineos hacia España.

En tiempos posteriores, facilita la extensión de esta devoción el hecho de que el reino visigodo se prolongue hasta España lo que conlleva el transporte de datos culturales; también el peregrinaje desde toda Europa a la tumba el Apóstol Santiago en Compostela hace que los andariegos regresen expandiendo hacia el continente la devoción saturniniana, al ser Tolosa un punto de referencia clásico en las peregrinaciones, y con ello los peregrinos entran en contacto con las reliquias del mártir.

El martirologio romano hace su relación escueta en estos términos: "En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".

Los relatos siguientes lo presentan atado con cuerdas a un toro que estaba dispuesto para ser sacrificado y que lo arrastra hasta dejarlo muerto y destrozado. Dos valientes cristianas —Les Saintes-Puelles— recogen su cuerpo y lo entierran cerca de la ruta de Aquitania.

El obispo Hilario hizo construir sobre la tumba de su antecesor una pequeña basílica que reformó san Exuperio en el siglo V y que destruyeron los sarracenos en el 711. Edificada lentamente durante el siglo XI, la consagró en papa Urbano II el año 1096 para que, en el 1258, el obispo Raimundo de Falgar depositara en su coro los restos de san Saturnino.
 
San Saturnino de Tolosa
Saturninus vignay.jpg
Martirio de San Saturnino
Festividad 29 de noviembre
San Saturnino de Tolosa (m. ca. 257, Tolosa, Galia), también llamado Serenín, Sernin o Cernin, fue un misionero romano que predicó en las Galias, el Pirineo y la península Ibérica. Fue el primer obispo de Tolosa (la actual Toulouse), donde fue martirizado por los paganos, según las Actas de Surio, aunque otros testimonios, conocidos como las Actas de San Saturnino lo sitúan en el siglo I.

Vida

Según las Actas de Surio, Saturnino predicó en Aquitania durante el Consulado de Gracio y Decio, en el siglo III. En Tolosa convirtió a Honesto, quien se unió a él en el trabajo de misionero; en Carcassonne el prefecto Rufino los encarceló, pero fueron liberados por un ángel. Honesto fue a predicar a Pompaelo (la actual Pamplona). Tras debatir con el senador pagano Firmo, hizo llamar a Saturnino. Saturnino y Honesto convirtieron y bautizaron a varios paganos de la ciudad, entre ellos Firmo y su esposa (bautizados por Saturnino) y el hijo de ambos, Fermín, quien luego sería a su vez obispo de Amiens.

Martirio

Tumba de Saturnino de Tolosa en basílica de San Sernín.
La Passio Saturnini cuenta que Saturnino, habiendo sido nombrado obispo, llegó a Toulouse (Francia) en el año 250, bajo el consulado romano de Decio y Grato. En aquella época, en la Galia había todavía muy pocas comunidades cristianas y Saturnino llegó para predicar y convertir a los ciudadanos de aquel lugar.
En la ciudad había un templo erigido por los romanos y consagrado a su dios Júpiter Capitolino. Saturnino tenía que pasar cada día por delante de dicho templo para llegar a un pequeño oratorio donde ejercía su catequesis. Parece ser que durante algún tiempo, Júpiter se mostraba mudo ante las peticiones de las gentes que creían en él y empezó a correrse el rumor de que el responsable de tal hecho era el obispo Saturnino.
La multitud se alteró por este motivo y un día le esperó y al pasar por allí, rodeándole amenazadora, quiso imponerle el sacrificio de un toro al dios romano. Ante su negativa y enfurecidos, ataron al obispo al toro que debía ser sacrificado y le picaron para que corriera por las escalinatas del Capitolio. El cuerpo de Saturnino fue despedazándose a lo largo de la carrera del animal. Cuando paró la espantada, allí quedó abandonado, hasta que unas piadosas mujeres lo recogieron y lo enterraron en una fosa muy profunda.
Un siglo después, fue descubierta su tumba y allí mismo construyeron una pequeña capilla con sus reliquias. Con el tiempo se perdió dicha capilla y también su recuerdo, hasta que en el siglo VI el duque de Leunebaldo encontró de nuevo el sitio e hizo edificar una iglesia dedicada a Saint-Sernin-du-Tour (palabra occitana que significa toro).
Los testimonios históricos fiables de su culto en Pamplona datan del siglo X, cuando se instalaron numerosos pobladores francos, que construyeron una iglesia bajo su advocación y a su alrededor se formó uno de los tres barrios importantes, el llamado Burgo de San Serenín o Burgo de San Cernin. Frente a la puerta de dicha iglesia hay una plancha de bronce que está tapando un pozo. Se cuenta que San Saturnino bautizó con el agua de ese pozo a los primeros cristianos pamploneses, incluido San Fermín.
Su fiesta se celebra el 29 de noviembre. Es patrón de las poblaciones españolas de Pamplona, San Sadurní de Noya, San Saturnino de Osormot, Sant Sadurní de l'Heura, Montmajor y Artajona. El escudo de Montmajor muestra una mitra y un báculo de obispo, y un toro sobre fondo de gules. Actualmente existe un colegio en su nombre, situado en la capital navarra, muy conocido por su prestigio educativo, su apuesta por la enseñanza de idiomas y por ser pionero en su organización como cooperativa de familias

Hoy, 29 de noviembre, conmemoramos a San SATURNINO de TOLOSA, Obispo.

SAN SATURNINO DE TOLOSA (¿?-¿257?) nació en una familia romana, probablemente en Roma.

Es muy poco lo que se conoce de la vida de San Saturnino, o Sernino, antes de su misión como predicador a ambos lados de los Pirineos.

San Saturnino fue uno de los siete obispos que el papa San Fabián envió como misioneros a las Galias durante el consulado de Decio y Gracio (250-251). A él le correspondió la sede de Tolosa, la actual Toulouse, en Francia, donde fue el primer obispo.

Junto con su primer converso, llamado Honesto, fue a predicar a Pompaelo, la actual Pamplona, donde llevaron el cristianismo a muchas personas, en especial al senador Firmo, a su esposa y a su hijo, quien con el tiempo sería San Fermín.

En la ciudad de Tolosa, el principal templo romano estaba consagrado a Júpiter Capitolino, y San Saturnino pasaba por ahí para llegar al domicilio donde predicaba, pero nunca rendía saludos ni sacrificios de ningún tipo a los ídolos.

En un momento de escasez que hubo en Tolosa, el obispo cristiano fue culpado de que Júpiter no hacía caso de las peticiones del pueblo. Para probarlo, lo obligaron a practicar el sacrificio de un toro ante el altar del dios romano, pero San Saturnino se rehusó de manera rotunda.

La enfurecida turbamulta acometió entonces contra él, y San Saturnino fue atado con cuerdas a dicho toro para que éste lo arrastrara. Luego azuzaron a la bestia para que subiera corriendo las escalinatas del templo pagano, mientras el cuerpo de San Saturnino se iba haciendo pedazos.

Los fragmentos y el resto del cadáver fueron recogidos por dos jóvenes cristianas, a las que la tradición local conoce como Les Saintes Puelles, quienes le dieron cristiana sepultura.

Cuando la tumba de fue redescubierta en el siglo sexto, el duque Leunebaldo mandó construir encima una iglesia dedicada a Saint-Sernin-du-Tour, o San Saturnino del Toro.

Ésta se transformó con el tiempo en la impresionante Basílica de arquitectura románica dedicada al santo.

San Saturnino de Tolosa es el santo patrono de Pamplona y San Sadurní, en España, y de Toulouse, Francia. Iconográficamente se le representa con un toro.

SAN SATURNINO DE TOLOSA nos inspira valor para enfrentar a las multitudes que se nos oponen.


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