"Hacemos todo lo posible para que descubran su riqueza; les
hacemos énfasis en un Dios que las ama, y que
quiere que se sientan amadas":Oblatas del Santísimo Redentor.
La "pedagogía del
amor" es el escudo y el arma de la hermanas
de la Congregación Oblatas del Santísimo Redentor, para cumplir con
la misión de llevar la Buena Nueva a las mujeres
que se encuentran en situación de prostitución en la zona
de La Merced, Mixcalco y Circunvalación, en el Distrito Federal.
A
través del Centro Madre Antonia, desde hace 23 años se
les brinda apoyo espiritual, alfabetización, asesoría legal, atención médica y
psicológica, ayuda alimentaria, e incluso, cursos de capacitación para que
puedan conseguir un trabajo, así como servicios de estancia infantil
para sus hijos. En esta estancia los niños reciben educación,
comida y cuidados hasta los seis años de edad.
"Lo que
nos interesa es que nuestro servicio y acompañamiento ayude a
estas personas a descubrir su riqueza interior y sus capacidades,
y si a través de nosotras experimentan algo distinto,¡alabado sea
Dios! porque es Él quien se encarga de transformar las
vidas", manifestó la hermana Aurea Rendón, una de las responsables
del centro.
La labor más difícil de las Oblatas del Santísimo
Redentor es en las calles, en los puntos de "trabajo"
de las mujeres. A esta etapa le llaman el "abordaje",
y consiste en visitarlas para ofrecerles los servicios del centro.
"Todo tiene que ser muy rápido, algunas apenas nos miran
porque se sienten vigiladas, y sienten que si se ve
que nos escuchan, les puede ir peor", relata la hermana.
"También
hay quienes tienen la confianza y el tiempo para hablar.
Entonces se explayan, abren su corazón y nos cuentan sus
dificultades e ilusiones. Nos comparten sus preocupaciones, como por ejemplo,
que no les alcanza para mantener a sus hijos, que
alguna amiga está enferma o en la cárcel, etc.".
Allí, en
las calles del centro de la "Capital de la Esperanza"
se tejen miles de historias, la mayoría relacionadas con la
violencia que viven a diario muchas de las mujeres que
ejercen la prostitución: "violencia de parte de quienes las mandan,
de los clientes, de algunas autoridades, violencia entre ellas mismas…
mucha violencia", destaca la religiosa.
Agrega que la mayoría son mujeres
que arrastran carencias emocionales desde la infancia. Incluso, algunas abiertamente
explican que han sido empujadas por su propia familia a
la prostitución.
Pese a la situación de vulnerabilidad en la viven,
estas mujeres tienen muchas ilusiones: sacar adelante a su familia;
que los hijos no sufran lo mismo que ellas; rehacer
su vida, tener un hogar, etc.
El que puedan hacer realidad
sus sueños es uno de los objetivos del Centro Madre
Antonia, donde poco a poco se les ayuda a tomar
conciencia de las responsabilidades que tienen hacia sus hijos, sobre
ellas mismas, sobre su derecho a ser feliz, a descubrir
sus capacidades, y eso las lleva a ser más solidarias.
"Me
tocó ver cuando una de ellas se enfermó y tuvo
que ir al hospital; en ese momento las compañeras comenzaron
a organizarse para cuidar a los hijos. En otra ocasión
falleció una de las mujeres mayores, y rápido la compañeras
se concentraron para el funeral y el novenario", relata la
hermana Aurea.
El trabajo en el centro
Después del "abordaje" en las
calles, la labor continúa en el centro, donde se recibe
a unas 300 mujeres cada mes: se les escucha y
se les ayuda a resolver diferentes problemáticas, desde un servicio
de salud, un abogado o un plato de comida, hasta
el cuidado de sus hijos mientras están en la calle.
Aquí
se les canaliza a hospitales o clínicas para que reciban
atención médica general, ginecología y análisis clínicos; se les gestionan
sus documentos ante las instancias correspondientes; se ofrecen espacios educativos
de alfabetización de nivel primaria y secundaria; además, se les
brinda terapia de sanación y acompañamiento personal, procurando siempre un
cambio de vida.
"Hacemos todo lo posible para que descubran su
riqueza; les hacemos énfasis en un Dios que las ama,
y que quiere que se sientan amadas, porque si se
aman a ellas mismas podrán darle amor a su familia",
concluye la hermana Aurea Rendón.
Ayudar a las Oblatas del Santísimo
Redentor con su labor. Dirección: Margil Nº 15-A, entre Zapata
y Guatemala, Col. Centro. Del. Cuauhtémoc, C.P. 15100, México D.F.Tel:
5542-7066.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario