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Sansón de Constantinopla, Santo |
Patrono de los médicos bizantinos
Etimológicamente significa “sol”. Viene de la
lengua hebrea.
Sansón se sitúa en el siglo VI. Nació en
Roma de una familia noble, casi de rango imperial. Desde
joven soñó con hacer los estudios de medicina con
la finalidad de ayudar de forma gratuita a los pobres
y abandonados.
Cuando murieron sus padres, le vino un período de
larga y profunda reflexión. Después de este tiempo, optó
por hacer algo nuevo. Vendió todo lo que tenían los
padres y se lo dio todo, absolutamente todo, a los
más pobres.
Sin un céntimo de euro, se largó lejos, a
Constantinopla. Siguió con el mismo trabajo: cuidar a los enfermos
sin cobrar nada.
Por el año 520, como consecuencia de un
motín, se declaró un incendio que quemó su pobre alojamiento.
Se libró de milagro.
Mientras tanto, el patriarca de la ciudad
había oído hablar muy bien de él. Tras varias conversaciones
en la más estricta intimidad, el patriarca le sugirió la
idea de por qué no se ordenaba de sacerdote. Tenía
entonces 30 años.
Efectivamente, se ordenó de sacerdote, y desde ahora,
se dedicó a curar los cuerpos y las almas de
los enfermos sin recursos económicos.
El emperador Justianiano cayó gravemente
enfermo. Mandó que fuera a verlo Sansón. Lo curó en
seguida. Le pidió en recompensa que edificara un hospital para
los pobres y enfermos.
Los médicos bizantinos lo reconocen como a
su patrono.
Murió alrededor del 530 D.C.
¡Felicidades a quien lleve este
nombre!
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