SALMO 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Salmo 148
Alabanza del Dios creador
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dió consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado
que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
SALMO 68 - DEFIÉNDEME Y AYÚDAME, DIOS MÍO.
Salmo 68, 15-16.30-31.33-34
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
Sácame del fango, que no me hunda, que me vea libre de los que me odian y de las aguas profundas, que no me arrastre la corriente, ni me trague el remolino, que no cierre el pozo su boca sobre mí.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
Pero a mí, humilde y afligido, que tu salvación me restablezca. Yo alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza dándole gracias.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
Véanlo ustedes, los humildes, y alégrense, recobren el ánimo, los que buscan Dios. Porque el Señor escucha a los necesitados, y no rechaza sus cautivos.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
SALMO 23 - EL BUEN PASTOR
SALMO 23
EL BUEN PASTOR
Salmo de David.
1El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
2 Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
4 Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
5 Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
6 Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
SALMO 117 - DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
Salmo 117, 2-4,22-27:
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. / Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. / Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. / Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. / Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; / el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. / Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. / La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. / Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. / Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
SALMO 150 - ALABAD AL SEÑOR
Salmo 150
Alabad al Señor
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor.
ORACIÓN CON LOS SALMOS
Oración con los salmos
1) Toma un salmo apropiado según lo que estés viviendo (ver sugerencias al pie).
2) Léelo despacio todo entero.
Luego comienza a releerlo, en forma pausada, versículo por versículo. Si alguna expresión te llega o te llama la atención repítela ( por ejemplo: "Dios, Tú mi Dios, yo te busco" o "Mi alma suspira por el Señor" o "Yahvé es mi pastor, nada me falta").
Repítela, saboreándola interiormente. Si surge de tu corazón decirle algo espontáneamente a Dios, hazlo (por ejemplo : "Señor, quiero buscarte sin cesar "). Si surgen más cosas, dilas en forma pausada y con "todo el corazón" sabiendo que Jesús está frente a ti escuchándote y amándote.
Cuando se haya agotado la expresión, vuelve al salmo.
Si en algún versículo, no te llama la atención nada y no te surge nada, sigue con el siguiente. No te apures.
Salmos sugeridos para orar:
Para la alabanza: 8, 29,33,103,104,113,115,117,134,135,145, 146,148,149,150
Para peticiones de enfermos: 6, 38,88,
Para peticiones en diversos peligros 13, 28,43, 61
Frente a las dificultades de la vida: 38,102
Para pedir perdón: 51
De confianza: 11, 23,42,62, 63
Para la acción de gracias: 65,67,107,118,124,136
ORACIÓN PARA DAR GRACIAS (Salmo 138)
ORACIÓN PARA DAR GRACIAS (Salmo 138)
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
me postraré ante tu santo Templo,
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan
al oír las palabras de tu boca,
y canten los designios del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor está en las alturas,
pero se fija en el humilde
y reconoce al orgulloso desde lejos.
Si camino entre peligros, me conservas la vida,
Extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos!
Salmo de la mano de Dios
Salmo de la mano de Dios
Autor: José María Valverde
Tú sostienes las miles de flores no miradas,
los ríos, aves y árboles; las olas y los vientos.
¡Oh cómo te desvelas atizando la lumbre
de un insecto que pudo lo mismo no haber sido!
Acudes de uno en otro:
de la piedra ignorada en el fondo del agua
al gusano que roe su madera,
como si eso pudiera serle contado un día.
Pienso el viento en el mar,
clamando en soledad siglos y siglos
Autor: José María Valverde
Tú sostienes las miles de flores no miradas,
los ríos, aves y árboles; las olas y los vientos.
¡Oh cómo te desvelas atizando la lumbre
de un insecto que pudo lo mismo no haber sido!
Acudes de uno en otro:
de la piedra ignorada en el fondo del agua
al gusano que roe su madera,
como si eso pudiera serle contado un día.
Pienso el viento en el mar,
clamando en soledad siglos y siglos
—para dejarlo todo lo mismo que al principio—
desde el día que hablaste hasta que calles.
¡Oh!, ¿cómo no te olvidas siquiera un solo instante,
pues que nadie te mira y nada ha de quedar?
Si toco una piedra,
tú me la has sostenido durante miles de años,
velando cada día para que hoy estuviese.
¡Y tantas, tantas cosas,
tantos ríos corriendo sin descanso,
sin pararse a tomar aliento nunca,
tantos bosques y pájaros sin cesar floreciendo
por si algún día un hombre los mirase al pasar!…
SALMO 30
SALMO 30
En ti, Dios, me cobijo,
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me salve,
pues tú eres mi peña y mi alcázar,
por tu nombre me guías y diriges.
Sácame de la red que me han tendido,
pues tú eres mi refugio;
en tus manos abandono mi vida
y me libras, Yahvé, Dios fiel.
Me alegraré y celebraré tu amor,
pues te has fijado en mi aflicción,
conoces las angustias que me ahogan;
ten piedad de mí, Dios,
que estoy en apuros.
La pena debilita mis ojos,
mi garganta y mis entrañas;
mi vida se consume en aflicción,
y en suspiros mis años;
pero yo en ti confío, Yahvé,
me digo: «Tú eres mi Dios».
Mi destino está en tus manos, líbrame
de las manos de enemigos que me acosan.
Que brille tu rostro sobre tu siervo,
¡sálvame por tu amor!
Dios, no quede yo defraudado
después de haberte invocado;
¡qué grande es tu bondad, Dios!
¡Y yo que decía alarmado:
«Estoy dejado de tus ojos»!
Pero oías la voz de mi plegaria
cuando te gritaba auxilio.
¡Tened valor, y firme el corazón,
vosotros, los que esperáis en Dios!
(Salmo 30)
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me salve,
pues tú eres mi peña y mi alcázar,
por tu nombre me guías y diriges.
Sácame de la red que me han tendido,
pues tú eres mi refugio;
en tus manos abandono mi vida
y me libras, Yahvé, Dios fiel.
Me alegraré y celebraré tu amor,
pues te has fijado en mi aflicción,
conoces las angustias que me ahogan;
ten piedad de mí, Dios,
que estoy en apuros.
La pena debilita mis ojos,
mi garganta y mis entrañas;
mi vida se consume en aflicción,
y en suspiros mis años;
pero yo en ti confío, Yahvé,
me digo: «Tú eres mi Dios».
Mi destino está en tus manos, líbrame
de las manos de enemigos que me acosan.
Que brille tu rostro sobre tu siervo,
¡sálvame por tu amor!
Dios, no quede yo defraudado
después de haberte invocado;
¡qué grande es tu bondad, Dios!
¡Y yo que decía alarmado:
«Estoy dejado de tus ojos»!
Pero oías la voz de mi plegaria
cuando te gritaba auxilio.
¡Tened valor, y firme el corazón,
vosotros, los que esperáis en Dios!
(Salmo 30)
AQUI ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD...
Aquí estoy Señor para hacer Tu Voluntad
Esa voluntad donde para cumplirla y acatarla hay que poner el corazón adolorido en sus manos y poco a poco el dolor se va suavizando.
Aquí estoy Señor para hacer Tu Voluntad
En la Presencia de Jesús Sacramentado
DEL SALMO 39
Hoy la mañana tiene un olor nuevo, está fresca y el cielo es de un azul purísimo. Parece anunciar que el invierno empieza a alejarse, el aire es más tibio, los pájaros pían gozosos adelantando primavera y mí alma se me queda en suspenso al llegar hasta tí, Señor, para este nuevo encuentro, porque hay algo que me turba...hay un gran contraste en el nuevo despertar de este hermoso día con el velo de tristeza que cubre mi corazón. Me parecía que el invierno, los nublados, los días sin sol estaban más acordes con mi pena... y ahora que todo tiene más luz, más alegría, me cuesta más ofrecerte mi corazón adolorido y decirte : "Aqui estoy, Señor para hacer tu voluntad"...
Porque hacer tu voluntad implica hacer y ser como tu quieres y permanecer en Ti pase lo que pase... y así decimos en la oración del Padrenuestro y así se lo dijiste Tu a tu amado Padre en el Huerto de los Olivos, "que se haga Tu voluntad y no la mía".
Muchas veces en el silencio de la Capilla quise atravesar la puerta del Sagrario con mis ojos llenos de lágrimas y poder ver tu rostro amoroso y rogarte en una súplica desesperada : ¡Jesús, ten piedad, Señor ten piedad!.
Tú me mirabas y sentías pena por mí... lo se Jesús, porque te dolía mi dolor, porque me veías con la esperanza puesta en Ti... ¡en quién sino, Señor!, pero sabías que las cosas no iban a se así.... y no fueron.
Fueron como Tu sabías desde siempre, que iban a ser.
Tu que nunca te equivocas, nosotros si. Tu que siempre hiciste la voluntas del Padre sabías que la voluntad del Padre, en sus designios misteriosos, eran... y aquí estoy hoy ,Señor, de rodillas para decirte "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad" Esa voluntad tuya que a veces nos cuesta tanto entender y hacer.
Salmo 39 "Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran confianza. Él se inclinó hacia mi y escuchó mis plegarias. Él me puso en la boca un canto, un himno a nuestro Dios: Aquí estoy, Señor , para hacer tu voluntad.
Esa voluntad donde para cumplirla y acatarla hay que poner el corazón adolorido en sus manos y poco a poco el dolor se va suavizando, se va aquietando, va llegando el bálsamo de la paz. Ya en los ojos solo queda el temblor de las lágrimas que han cesado de correr y los labios repiten una y otra vez "aquí estoy , Señor, para hacer tu voluntad" y se muy bien cual fue tu voluntad y solo quiero pedirte fuerza y ánimo para seguir alabándote, y amándote por siempre. Amén
SALMO 10: EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
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SALMO 2
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SALMO 4
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SALMO 7
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SALMO 5
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SALMO 6
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SALMO 15
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EL SEÑOR ES MI PASTOR..
Salmo 23
El Señor es mi pastor
El Señor es mi Pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
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