martes, 5 de agosto de 2014

Escándalo de los fariseos

Mateo 15, 1-2. 10-14. Tiempo Ordinario. Su pecado mayor: la soberbia y la altanería. No son humildes y por eso no creen en Jesús.
 
Escándalo de los fariseos
Del santo Evangelio según san Mateo 15, 1-2. 10-14

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén y le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los antepasados? No se lavan las manos antes de comer.»
Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: Escuchen y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a la persona lo que sale de su boca. Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tu declaración? Jesús respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. ¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo. 


Oración introductoria

Jesús, permite que esta oración me ayude a líbrame del pecado de la hipocresía, de la insinceridad y de la incoherencia, porque quiero seguirte, no sólo en apariencia, sino de verdad. Dame la gracia de vivir una caridad positiva, haciendo el bien a los demás, brindando apoyo a todos, ofreciendo la estima sincera y sirviendo en todo lo que me sea posible a mi prójimo, sin buscar aplausos y sin importarme el «qué dirán».

Petición

Señor, dame un corazón sencillo y sincero, abierto a los demás.

Meditación del Papa Francisco

Cuando el servicio del Señor, se convierte en un yugo tan pesado, las puertas de las comunidades cristianas están cerradas: nadie quiere venir al Señor. En cambio, nosotros creemos que por la gracia del Señor Jesús somos salvos. Esta palabra, yugo, me llega al corazón, me viene a la mente. Jesús pide a todos a permanecer en su amor. Precisamente de este amor nace la observancia de sus mandamientos. Esta es la comunidad cristiana del sí, que permanece en el amor de Cristo y dice "no", "porque está este sí". Está este amor que nos lleva a ser fieles al Señor... porque yo amo al Señor no hago esto o aquello: Es una comunidad del "sí" y los "no" son el resultado de este "sí". Pidamos al Señor que el Espíritu Santo nos ayude siempre a ser una comunidad de amor, de amor a Jesús que nos ha amado tanto. Una comunidad de este ´sí´. Y desde este ´sí´ cumplir los mandamientos. Una comunidad de puertas abiertas. Y que nos defienda de la tentación de volvernos quizás, puritanos, en el sentido etimológico de la palabra, de buscar una pureza para-evangélica, una comunidad del "no". Porque Jesús nos pide antes el amor, el amor a Él, y permanecer en su amor.(S.S. Francisco, 2 de mayo de 2013).

Reflexión

Los fariseos, sabios y orgullosos, tercos y fríos calculadores, perseveran inconmovibles en su tosudez e incredulidad, a pesar de todas las explicaciones de Jesús. ¡La de los fariseos sí que es ceguera! Y lo más triste y trágico del asunto es que están ciegos porque ellos quieren estarlo, por su propia voluntad, por su dureza de corazón, por su empedernimiento interior y su incredulidad.

Los fariseos, no cambian de postura, se endurecen más y más. Ése es, precisamente, el verdadero problema, su pecado mayor: la soberbia y la altanería. No son humildes y por eso no creen ni aceptan a Jesús. Es un pecado de empedernimiento y de ceguera voluntaria. A esto llamaría luego nuestro Señor "pecado contra el Espíritu Santo", o sea, de resistencia consciente a la gracia de Dios. ¡Qué tremendo!

Ojalá que nunca nos pase a nosotros eso que les aconteció a los fariseos. Pidamos a nuestro Señor la gracia de ser profundamente humildes y sencillos de corazón, para creer en Él con una fe viva, para confesar y proclamar públicamente a Jesús, incluso a costa de burlas y de persecuciones que suframos en su nombre.

Pero esta fe, para que sea auténtica, debe ser operante y práctica; o sea, ha de envolver toda nuestra persona y nuestro ser entero. No se trata de algo meramente intelectual o de una aceptación racional de las verdades del dogma católico. Es, más bien, confianza absoluta en Dios nuestro Señor, en su poder y en su misericordia; abandono total al Plan de Dios, como un niño pequeño en brazos de su padre; y absoluta disponibilidad a su santísima Voluntad sobre nosotros, como María y como los santos.

Propósito

Es la hora de acudir al Señor y pedirle que nos ayude, que nos cure de nuestros pecados, que sane nuestra alma débil, decirle que queremos amarle a Él y a nuestros hermanos pero que no sabemos, y aún sabiendo no podemos. 



martes 05 Agosto 2014

Martes de la decimoctava semana del tiempo ordinario
Dedicación de la basílica de Santa María

Beato Federico Janssoone

Leer el comentario del Evangelio por
Juan Scot Èrigéne : “Son ciegos que guían a otros ciegos”

Jeremías 30,1-2.12-15.18-22.
Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
Así habla el Señor, el Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que yo te he dirigido,
Porque así habla el Señor: ¡Tu herida es incurable, irremediable tu llaga!
Nadie defiende tu causa, no hay remedio para tu herida, tú ya no tienes cura.
Todos tus amantes te han olvidado, no se interesan por ti. Porque yo te he golpeado como golpea un enemigo, con un castigo cruel, a causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran graves.
¿Por qué gritas a causa de tu herida, de tu dolor incurable? A causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran graves, yo te hice todo esto.
Así habla el Señor: Sí, yo cambiaré la suerte de las carpas del Jacob y tendré compasión de sus moradas; la ciudad será reconstruida sobre sus escombros y el palacio se levantará en su debido lugar.
De allí saldrán cantos de alabanza y risas estridentes. Los multiplicaré y no disminuirán, los glorificaré y no serán menoscabados.
Sus hijos serán como en los tiempos antiguos, su comunidad será estable ante mí y yo castigaré a todos sus opresores.
Su jefe será uno de ellos y de en medio de ellos saldrá su soberano. Yo lo haré acercarse, y él avanzará hacia mí, porque si no, ¿quién se atrevería a avanzar hacia mí? -oráculo del Señor-
Ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.

Salmo 102(101),16-18.19-21.29.22-23.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.

Los hijos de tus servidores tendrán una morada
y su descendencia estará segura ante ti,
para proclamar en Sión el nombre del Señor
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan los pueblos y los reinos,
y sirvan todos juntos al Señor.



Mateo 15,1-2.10-14.
Entonces, unos fariseos y escribas de Jerusalén se acercaron a Jesús y le dijeron:
"¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros antepasados y no se lavan las manos antes de comer?".
Jesús llamó a la multitud y le dijo: "Escuchen y comprendan.
Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella".
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: "¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oírte hablar así?".
El les respondió: "Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz.
Déjenlos: son ciegos que guían a otros ciegos. Pero si un ciego guía a otro, los dos caerán en un pozo".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Juan Scot Èrigéne (¿- c.870), monje benedictino, irlandés
Homilía sobre el prólogo del evangelio de Juan, 11

“Son ciegos que guían a otros ciegos”

Santo teólogo [san Juan], primero llamaste al Hijo de Dios "Verbo", la Palabra de Dios; luego lo llamas "vida" y "luz” (1,1.4). Con razón cambiaste su nombre, para darnos a entender significados diferentes. Lo llamaste "Verbo", porque por Él, el Padre lo dijo todo, cuando habló, enseguida todo fue hecho (Sal. 33,9). Lo llamaste "luz y vida" porque el Hijo es también la luz y la vida de todas las cosas que han sido hechas por él. ¿Qué ilumina? Nada más que a Él mismo y su Padre: Él mismo se ilumina, se da a conocer al mundo, se manifiesta a los que no lo conocen. Esta luz del conocimiento de Dios había abandonado el mundo, cuando el hombre abandonó a Dios.

La luz eterna se revela al mundo de dos modos, por la Escritura y por la creación (Sal.18; Rm 1,20). El conocimiento de Dios se renueva en nosotros sólo por los textos de la Escritura y la vista de la creación. Cuando estudiáis la palabra de Dios y acogéis en el corazón lo que significa: aprendéis a conocer al Verbo. A través de vuestros sentidos corporales percibís las formas magníficas de las cosas accesibles a nuestros sentidos, y reconocéis en ellas a Dios, el Verbo. En todas estas cosas, la verdad no le revelará nada más que al Verbo mismo, el que lo hizo todo (Jn 1,3); fuera de él, no podéis contemplar nada, porque en Él están todas las cosas. Está en toda cosa que existe, cualquiera que sea.

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