jueves, 5 de diciembre de 2013

Tormentas

Empezó a lloviznar y al poco rato, los relámpagos iluminaban la ciudad entera, haciendo parecer que amanecía. Más adelante, los truenos empezaron a oírse lejanos, y finalmente, la ciudad entera se sacudió en un ruido estrepitoso, pareciendo que la centella que zigzagueaba, caería sobre nosotros.

¡Que espectáculo tan bello! ¡Que impotencia más absoluta se siente cuando se contempla la naturaleza! Amaneció con un sol radiante, y el cielo era tan azul que parecía que la tormenta hubiera lavado cuidadosamente el firmamento; era un día tranquilo, luminoso.

Esa hermosa mañana, todos comentaban: "hace mucho que no veía orar a tanta gente como anoche". Era algo impresionante ver como oraban todas las personas.


¡Qué triste que necesitemos siempre en la vida de tormentas para hablarle al Padre! Yo creo que también las tormentas del alma nos deben hacer elevar el alma a Dios. Cuántas veces somos víctimas de depresiones emocionales, porque no le damos a nuestra alma el alimento de la oración.

¡Qué tremendas tormentas se desatan en el alma! Esas son peores que las que vivimos por los fenómenos atmosféricos.

Dentro de nosotros mismos tenemos las tormentas de odios, de envidias, de celos. Son las centellas que destruyen la alegría de vivir. La tormenta de esa noche me llevó a profunda meditación y me motivó a decirle:

"Señor, que no necesite mi existencia de tormentas para amarte; que no necesite de centellas que me atemoricen para recurrir temeroso a Ti; que no sean necesarias las tinieblas para buscar tembloroso tu amorosa mano; que me percate de que únicamente junto a Ti puedo encontrar paz, alegría y entusiasmo... “Y que cuando me sacudan el alma las tormentas interiores, me refugie en la paz de tu amor".


No Pierdas la paciencia!

En el mercado un hombre se percató de una señora que llevaba en su carrito de compras una pequeña niña de tres años de edad. Al pasar por la sección de las golosinas, la pequeña pidió unas galletitas. Su madre le dijo que no. La niña comenzó a quejarse y a hacer ruido, y la madre dijo tranquilamente:

-Por favor Mónica, no te enojes, ya estamos a mitad de camino y pronto terminaremos.

Llegaron al pasillo donde se encontraban los dulces y caramelos, y la niña comenzó a gritar en voz alta mientras los pedía.

-Tranquila mi amor, tranquila, no llores, solo dos pasillos más y saldremos de este lugar.

Cuando llegaron a la caja donde debían pagar los comestibles, inmediatamente la niña comenzó a pedir chicles a voces. Y al ver que no se los iban a comprar, le dio una rabieta. Pacientemente la madre dijo:

-Mónica, en solo cinco minutos terminaremos de pagar los comestibles y entonces podrás ir a casa y dormir una rica siesta.

El hombre las siguió hasta el estacionamiento de autos y detuvo a la señora para felicitarla.

-No pude dejar de observar lo paciente que usted ha sido con la pequeña Mónica -dijo él.

Al instante la mujer dijo:

-Yo soy Mónica. El nombre de mi niña es Tammy.


A veces, la única manera de subsistir a través del día es hablando con uno mismo.

Intentar que un chico entre en razón es algo bueno, siempre y cuando puedas hacerlo sin que tú mismo pierdas la razón.

El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro de bondad; y el hombre malo saca cosas malas de su tesoro de maldad. Mateo 12, 35


Tiempo y dinero

Dos factores que, si no les damos buen uso, pueden afectar sobremanera nuestras vidas.

El tiempo es algo muy apreciado por todos y muchas veces nos hace egoístas al no querer compartirlo con nadie, incluso, hasta con nuestra familia.

Dice en Eclesiastés 3, 1: “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol.”

Si en verdad le dedicáramos un momento a cada cosa en nuestras vidas, todo sería diferente y tendríamos tiempo hasta para Dios pero, que lamentable, nunca tenemos tiempo para él.

Y Dios nos lo comparte en Eclesiastés 3, 11: “Él hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo.”

Nos deja muy claro que si organizamos bien nuestro tiempo haríamos muchas más cosas de las que hemos hecho hasta ahora.

No ocupes todo tu tiempo en cosas que te dejan provecho sólo aquí en la tierra. Dedícale algo de tu tiempo a Dios y te será de mucho provecho cuando vayas a su encuentro en el cielo.


El dinero

Junto con el tiempo pueden ser de una gran perdición si son mal administrados.

Cuando se tiene tiempo y dinero, al principio lo vas disfrutando pero, cuando llega al gozo, simple y sencillamente te pierdes y te alejas de Dios.

“Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.” 1 de Timoteo 6, 10

“Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.” Mateo 6, 24

¿En qué ocupo mi tiempo libre?
¿Hacia dónde va mi dinero?
¿Hacia dónde va mi pensamiento?

Que bueno sería que de hoy en adelante pensemos mejor en como aprovechar nuestro tiempo y dinero.




Cuando María Saluda...

Cuando en el campo de concentración de Dachau la necesidad era ya insoportable y muchos de los prisioneros morían de hambre, el Padre Kentenich promovió entre el círculo de los Schonstattianos una Novena a la Madre de Dios. Y con ella logró la ayuda anhelada.

Esta Novena finalizó en la Fiesta de la Visitación (2-7-1942).

Al contemplar esta Fiesta de María, el Padre Kentenich hizo una oración para los nueve días: "Madre, yo te saludo; Madre, salúdame también Tú a mi."

Explicando esta sencillísima oración, dijo él a los suyos que este Saludo de la Madre de Dios a Isabel "obraba milagros".



Leemos en la Sagrada Escritura: "Y María saludó a Isabel." (Lc. 1, 40). Isabel reconoció, iluminada por el Espíritu Santo, que María llevaba al Mesías bajo su corazón. Juan, su hijo, fue santificado en su seno: "... tan pronto oí tu saludo, el niño saltó de gozo en mi seno" (Lc. 1,44).


"Madre, yo te saludo; salúdame también Tú a mi".
Y Zacarías recobró nuevamente el habla.

¿No deberíamos nosotros también hacer nuestra esta jaculatoria que obra milagros y rezarla -llenos de confianza- como Novena?

Y no solamente para nosotros, sino también para todas las grandes y difíciles necesidades de nuestro tiempo:

"Madre, yo te saludo; saluda tú a mi marido, que está expuesto a muchas tentaciones... Saluda a mi mujer, que anda por caminos peligrosos... A mi hija, que ha caído en la costumbre de la droga... A nuestro hijo, que sigue sin aparecer... Saluda a nuestros sacerdotes...", etc.

Entonces, muchos de los sacerdotes que pasan por momentos de crisis, permanecerán fieles a su consagración -gracias a nuestra jaculatoria que "obra milagros"; entonces, también nuestra juventud, a veces tan desvalida, se encontrará más protegida y podrá comprender mejor el sentido de la vida.

El odio endemoniado podrá poco a poco convertirse en amor, y así los hombres podrán vivir en paz.

Los enfermos sanarán o recobrarán fuerzas para llevar su cruz con valentía, uniéndose a Cristo, el gran portador de la Cruz.

Este es el aporte más fuerte y eficaz para que el mundo vuelva al Hogar del Padre.

La agitación de nuestro tiempo, unida a las súper-exigencias a que están sometidos los hombres, no da posibilidad a veces para más largas oraciones; pero con la súplica breve, llena de confianza, podemos quizá, en medio del ajetreo diario, dirigirnos a la Madre de Dios diciéndole: "¡Madre, saluda a los que tanto quiero... Madre, saluda también a aquellos que tanto me preocupan... Saluda a nuestro pobre pueblo... Saluda a los que gobiernan las naciones... Saluda a todos los que necesitan de tu poder transformador... Saluda a los jóvenes, saluda a los ancianos, saluda a los que viven en soledad...!

"Madre, yo te saludo; salúdalos también Tú a ellos." Amén.


Abrazos, besos y bendiciones




No te dejes vencer...

-Ser fuerte es irradiar felicidad cuando se es infeliz.

-Ser fuerte es intentar perdonar a alguien a quien nos cuesta perdonar.

-Ser fuerte es esperar cuando no se cree en el retorno.

-Ser fuerte es mantenerse en calma en momentos de desesperación.

-Ser fuerte es demostrar alegría cuando no se siente.

-Ser fuerte es sonreír cuando se desea llorar.

 -Ser fuerte es hacer a alguien feliz cuando se tiene el corazón hecho pedazos.

-Ser fuerte es callar cuando lo ideal sería gritar a todos tu angustia.

-Ser fuerte es consolar cuando se precisa de consuelo.

-Ser fuerte es elogiar cuando se desea maldecir.

-Ser fuerte es tener fe en aquello que no se cree.


-Por eso, por más difícil que tu vida pueda parecer: ÁMALA Y SE FUERTE



Abrazos, besos y bendiciones.



Escuchar y compartir

 

Poder compartir, poder escuchar
Es hermoso encontrar a alguien dispuesto a acogernos. Como también es hermoso aprender nosotros mismos a escuchar a otros

Llevamos en el corazón recuerdos, experiencias, reflexiones, ideas profundas o pensamientos ordinarios, sin importancia.

Algunos recuerdos nos permiten evocar hechos sencillos, alegres, cotidianos. Otros nos hacen suspirar por la juventud que se aleja, por aquellas esperanzas destruidas, por sueños nunca realizados. Otros provocan nuestra sonrisa, ante hechos simpáticos o ante triunfos maravillosos. Otros preferiríamos no tener que recordarlos, no haber pasado por días o meses de dolor, de pena, de enfermedad, de fracasos.

Tantas experiencias están allí, en lo más íntimo del alma. Quisiéramos, a veces, compartir parte de esos recuerdos, pues algunos podrían ayudar a quienes nos escuchen, y seguramente también nosotros mismos nos beneficiaríamos al compartir hechos del pasado.

Desde nuestras palabras, habrá quien aprenda qué errores hay que evitar, qué promesas hay que mantener, qué estudios vale la pena llevar hasta el final, qué amores duran más allá de las fiestas y de las emociones que dan origen a promesas hermosas pero vacías de compromisos auténticos.

Otros descubrirán que nuestro rostro, a veces inexpresivo, frío, calculador, encierra un tesoro de pequeños o grandes hechos, un cúmulo más o menos maravilloso de ideas y recuerdos que valen más allá de la contingencia de lo inmediato.

Pero a veces el mundo gira ahogado por las prisas. No encontramos tiempo para detenernos y mirar nuestro pasado, para sopesar lo bueno y llorar lo malo, para admitir que detrás de tantos hechos estaba la acción continua y respetuosa de un Dios que sabe esperar, ansiosamente, nuestra respuesta.

Entre quienes nos rodean, muchos no parecen tener tiempo o interés por nuestra historia. Otros nos escuchan quizá con educación o con paciencia, pero prefieren dedicarse a sus muchos asuntos, a sus correos electrónicos, a las prisas de la vida.

Gracias a Dios, en ocasiones encontramos a alguien que nos mira con afecto, nos escucha con interés, nos interpela con un deseo sincero no sólo de aprender algo (quizá muy poco, pues muchas veces hemos recorrido historias parecidas) sino para dejarnos tiempo para explayar, con palabras sinceras, eso que llevamos en lo más íntimo de nuestros corazones.

Es hermoso encontrar a alguien dispuesto a acogernos. Como también es hermoso aprender nosotros mismos a escuchar a otros, a dedicar una parte de nuestro tiempo para permitir que el alma de quien vive quizá en la misma casa, o en el puesto de trabajo, o en la banca de delante de la parroquia, nos comparta un poco de sus sueños, sus convicciones, sus ideas más profundas.

Mientras compartimos y escuchamos, mientras invertimos tiempo en ese hermoso gesto de escuchar y de dar, el cielo se llena de un tono especial de alegría. Porque Dios mismo es quien primero quiso compartirnos la belleza de su vida trinitaria, enseñarnos su amor apasionado por los hombres, acogernos de mil maneras tras la caída del pecado.


Ese mismo Dios hoy también tiene “tiempo”, un tiempo infinito, para escucharme, para acogerme, para hacerse casi como un viejo amigo que me pregunta, lleno de cariño, cómo sigo adelante en este maravilloso camino que lleva a su abrazo eterno.


 

El amor...

Hoy en día las aventuras amorosas no son inusuales entre jóvenes adolescentes. No es particularmente sorprendente cuando dichas aventuras amorosas terminan por una u otra causa. Normalmente los adolescentes sobrepasan el dolor de una relación terminada y descubren que hay otros peces en el mar.

Esta típica norma, comenzó cuando Felipe Garza Jr. comenzó a salir con Donna Ashlock. Felipe y Donna salieron juntos hasta que Donna enfrió el romance y comenzó a salir con otros muchachos. Un día, Donna se doblaba de dolor. Los médicos prontamente descubrieron que Donna se estaba muriendo de una enfermedad degenerativa del corazón y necesitaba un trasplante desesperadamente. Felipe se enteró de la condición de Donna y le dijo a su mamá: Voy a morir y le daré mi corazón a mi novia. Los muchachos dicen cosas tan irracionales como ésta de tanto en tanto. Después de todo, Felipe aparentaba para su madre estar en perfectas condiciones de salud. Tres semanas después, Felip e despertó una mañana y se quejó de dolor en el lado izquierdo de su cabeza.

Comenzó a perder el aliento y a no poder caminar. Fue llevado al hospital donde se descubrió que una vena de su cerebro había explotado, causándole la muerte cerebral. ¡La súbita muerte de Felipe desconcertó a sus médicos! Mientras permanecía con el respirador artificial, su familia decidió permitir a los cirujanos quitarle el corazón para Donna y sus riñones y ojos para otros que necesitasen estos órganos. ¡Donna recibió el corazón de Felipe! Luego del trasplante, el padre de Donna le contó que Felipe había estado evidentemente enfermo tres meses antes de morir. Dijo: Donó sus riñones y sus ojos. Hubo una pausa y Donna dijo: Y yo tengo su co razón.

Su padre le dijo: Sí, esto fue lo que él y su familia deseaban. La expresión de ella cambió un poquito. Le preguntó entonces a su padre quién lo sabía. Él le dijo: Todos. Nada más se dijo.Varios días después, un cortejo fúnebre parecía comenzar a moverse entre los huertos y campos de Patterson, California. La procesión era tan larga que parecía de un príncipe, pero era la de Felipe. Su única pretensión fueron su amor y su corazón.

Es inolvidable cuando una persona ofrenda su vida para que alguien a quien ama pueda vivir. Sería inolvidable si usted hubiese recibido un nuevo y saludable corazón de alguien que lo amará más de lo que usted pudiese apreciar. Cada instante de su vida sería un tributo hacia aquél que lo amó tanto como para dar su vida por usted…

Autor desconocido


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3, 16 


Las palabras se convierten en acciones...

Un día, Jaime entró en su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto.
Su padre, lo llamó. Jaime, lo siguió, diciendo irritado:

- Papá !Te juro que tengo mucha rabia! Pedro no debió hacer lo que hizo conmigo.
Por eso, le deseo todo el mal del mundo !Le odio!

Su padre, un hombre sencillo, pero muy sabio, escuchaba con calma a su hijo quien continuaba diciendo:

- Imagínate que el estúpido de Pedro me humilló frente a mis amigos. ! No acepto eso!

Me gustaría que él enfermara para que no pudiera ir más a la escuela.

El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde cogió un saco lleno de carbón que llevó hasta el final del jardín y le propuso a su hijo:

- ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Pedro y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo volveré para ver como quedó.

El niño se lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones, pero como el tendedero estaba lejos, pocos carbones acertaron la camisa.

Cuando, el padre regresó y le preguntó:

- Hijo ¿Qué tal te sientes?
- Cansado pero mejor. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa.

El padre tomó al niño de la mano y le dijo:

- Ven conmigo quiero mostrarte algo.
Le colocó frente a un espejo en el que pudiera ver todo su cuerpo....

! Qué susto!
Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo:

- Hijo, como pudiste observar la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros.
Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en nosotros mismos.

Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque ellos se transforman en palabras.

Ten mucho cuidado con tus palabras porque ellas se transforman en acciones.

Ten mucho cuidado con tus acciones porque ellas se transforman en hábitos.

Ten mucho cuidado con tus hábitos porque ellos moldean tu carácter.


Y ten mucho cuidado con tu carácter porque de él dependerá tu destino.


La vida en Cristo

La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heroico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.

La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.

La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.

La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.

La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalón de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
......................

La Vida en Dios es la fortaleza
De aquellos mineros en medio de las entrañas de la tierra.
Fuerza y energía de sobrevivencia y optimismo,
Fe y entusiasmo por salir de ese lugar con Vida y salud.

La Vida en Dios es la Confianza de que los días pasarán
Y cada día se acortará la distancia,
Para poder ver al fin a sus seres queridos,
Su familia los espera ansiosa.

La vida en Dios
Es la vida en Cristo
Es dar por entero esa fe y
Esa paciencia en la lucha por seguir el buen camino hacia la luz de un nuevo día.

DIOS LES BENDIGA.


 


Apostolados y ministerios.

El apostolado es la acción de cumplir tu compromiso como bautizado llevando el Evangelio a los alejados de Dios.

El ministerio es poner tus cualidades o virtudes al servicio de la iglesia.
Hay dos tipos de ministerios en la Iglesia Católica Apostólica Romana. Están los ministerios jerárquicos asumidos por los que son Pastores y están también los laicales, asumidos por los laicos, o sea la mayor parte de los miembros del Pueblo de Dios.

Respecto a los ministerios laicales no son concedidos desde ningún sacramento, pero se conceden como una actividad dedicada al servicio de la comunidad.
Existen muchos ministerios al servicio de la iglesia pero, no debemos confundirlos con los apostolados.

El apóstol es el “enviado” a buscar discípulos, anuncia la “Palabra de Dios”, da testimonio de lo que ha visto y escuchado, da testimonio de la vida en Cristojesús, por lo tanto el apóstol no es el que se queda en el templo dando “servicio”.


Los miembros del ministerio laical, como bautizados tienen también el compromiso de ejercer su apostolado, es decir, tienen que salir del templo a cumplir su misión como apóstoles del Señor.


Pan de vida

El hombre de hoy está sediento, está hambriento y no sabe de qué. Por ello ha desatado una búsqueda sin tregua tratando de encontrar algo que verdaderamente lo sacie. Lo busca en el placer, en el poder, en la fama, en el dinero, etc. Al final de la búsqueda, siempre lo mismo: vacío y soledad.

Y es que sólo Jesús es el pan que sacia. Sólo la vida en el amor de Dios puede dar sentido a la vida. Jesús dijo: "Yo soy el pan que da la vida". Por ello sólo Él sacia, sólo su amor llena nuestros vacíos y nuestras soledades. La vida en Cristo se transforma en plenitud. Por ello quien tiene a Cristo lo tiene todo, quien no lo tiene no tiene nada.

Esta Pascua es de nuevo la oportunidad para encontrarnos con Jesús resucitado, con el verdadero pan que sacia, con el pan que da la vida, que es paz, alegría y amor.


Encuéntrate hoy con Jesús en tu oración personal. Está esperándote para saciarte.


Respeto y benevolencia

Mira a todos con respeto y benevolencia.
No hables mal contra nadie, no condenes a ninguna persona a ningún grupo, a ningún pueblo, a ninguna institución.

Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar, para convivir, para comenzar una vida nueva cada día.
Desea simplemente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio.

Trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos; no acumules las sombras, busca en todo los resquicios de luz y los caminos de la esperanza.

Ten el valor de negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que enseñan y practican el odio, la venganza, el amedrentamiento y la violencia.

Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de consuelo.

Apoya a los que trabajan sinceramente por la paz, en la verdad, libertad y justicia.

Dedica algún tiempo a trabajar tú también por la paz, con serenidad, esperanza y generosidad.

Pide a Dios que te dé el espíritu de la Sabiduría de la bondad, de la fortaleza y de la generosidad para ser instrumento de su bondad y de su amor en un mundo renovado donde todos podamos vivir en la verdad, el amor, la libertad y la fraternidad.

(Autor Desconocido)


Las pequeñas cosas de la vida

Las cosas pequeñas frecuentemente tienen gran valor, especialmente cuando se pueden combinar con otras de la misma especie. Por ejemplo, las 28 letras del abecedario, consideradas una a una pueden parecernos valores insignificantes, pero cuando se combinan armoniosamente para componer palabras y frases, constituyen el maravilloso vehículo que permite expresar toda la experiencia y conocimiento que constituyen la sabiduría.

Así también pasa con los números, debidamente combinados forman el maravilloso mundo de las matemáticas que permiten los cálculos para las construcciones que realizan arquitectos e ingenieros. Y ¿Qué diremos de los tres colores básicos que dan lugar al delicioso mundo multicolor? ¿O las siete notas musicales que permiten la composición de las grandes sinfonías? Cada una de estas cosas: letra, número, color, nota musical parecen insignificantes vistas una a una. Todas juntas, según su especie, dan lugar a manifestaciones asombrosas.

Los libros del mundo se forman con veintiocho letras. La música del mundo se forma con las siete notas de la escala musical. Lo pequeño es muy importantes, sin ello, frecuentemente no podemos empezar las grandes cosas.

En Juan 6, 9 tenemos el ejemplo de que con la sencilla aportación de lo que un niño tenía, Cristo hizo un gran milagro. No pensemos nunca que no valemos; en las manos de Cristo servimos para mucho.

La gente más feliz no tiene las mejores cosas; solo aprovechan al máximo todo lo que tienen.

¡Dar!, dar es una simple palabra monosílaba compuesta de 3 letras, tan solo 3 letras pero con un significado tan importante y profundo para nuestras vidas capaz de modificarla de manera radical.


La Fe ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible.




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