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Oddino Barotti, Beato |
Presbítero
Martirologio Romano: En Fossano, en el Piamonte, beato Oddino Barotti,
presbítero, párroco pobre y de conducta austera, que consumió su
vida entregándose día y noche al cuidado de enfermos y
moribundos durante una peste contagiosa (1400).Más que 650 años nos separan de él, pero quizás
todavía tendría algo que decir a sus conciudadanos, sacerdotes y
laicos, por el heroísmo de una fe integralmente sentida y
concretada en obras de caridad. Hunde sus raíces en la
parte más antigua de Fossano (provincia de Cuneo, Italia), dónde,
en calle Garibaldi, se indica todavía la casa en que
habría visto la luz, en el año 1344. Noble, o al
menos aristócrata por nacimiento, esto no le impedirá, una vez
ordenado sacerdote, tener aptitudes que pueden ser vistas como radicales
y contra la corriente. Canónico de la Colegiada de San
Juvenal incluso antes de que ser ordenado sacerdote, párroco de
la iglesia de San Juan, entonces la más importante de
la ciudad, pocos años después de su ordenación sale en
peregrinación a Tierra Santa. En aquella época esto no era tan
sólo cumplir un simple y cómodo tour con un poco
de devota romería, era emprender un viaje lleno de imprevistos,
largo y fatigante, del que no siempre se podía regresar.
Lo que lo impulsa a realizar el viaje es
su profunda devoción a la Pasión de Jesús, una devoción
que desea ir a la fuente, donde la Pasión de
Jesús se consumó y donde el quiere fortalecer su fe.
No había tomado en cuenta a los turcos,
quienes lo toman prisionero y lo encierran con poco respeto
y provocándole muchos sufrimientos. Liberado, retorna a Fossano, dónde se
ven enseguida los frutos de esta atormentada romería: incrementa
sus momentos de oración, las penitencias y las obras de
caridad, transcurre largas horas en meditación delante del crucifijo, vive
pobremente, privándose incluso de lo más necesario para vivir. Se deja
fascinar por el ideal franciscano, del que además del hábito
terciario también adopta su espiritualidad. La gente está admirada, pero
también preocupada, de su estilo de vida, porque apenas come
lo estrictamente necesario para sobrevivir: un poco de pan
y alguna hortaliza. Sin embargo no hay discurso que le algo
comer algo más, porque todo cuanto le regalan, hasta los
manjares más exquisitos, acaban invariablemente en las casas de la
gente pobre. Como aquel capón que recibió como regalo para
su almuerzo de Navidad, que él se avergüenza de comer
mientras familias enteras no tienen de qué comer: lo
hace entregar a la casa de una pobre mujer que
ha dado a luz hace pocos días, un perrito
es quien se encargó de guiar al empleado que llevaba
la encomienda. Los enfermos también son pobres, no sólo en su
salud, sino que en aquella época hacía mucha falta medicamentos
y asistencia médica, eso lo impulsa a zambullirse en esta
nueva obra de misericordia: Y ya que los enfermos
también son ellos pobres, no sólo de salud pero a
aquella época sobre todo de curas y de asistencia, he
aquí zambullirse en esta nueva obra de misericordia: proyecta
las bases del actual hospital, visita los enfermos pobres en
sus pocilgas, construyen un alojamiento para los leprosos y otro
para los enfermos atacados por el “fuego sagrado”1. Tanto caritativo como
devoto y piadoso, construye cuatro capillas a los cuatro puntos
cardinales, (dedicadas a San Lázaro, San Bernardo, San Stefano y
San Pedro), de esta forma crea una imaginaria cruz para
protección de la ciudad. Le confían la Colegiada de San Juvenal,
la futura catedral, pero la encuentra en tal malas condiciones,
que decide reedificarla. de sentirse en deber de reedificarla. Durante
estos trabajos sus contemporáneos son espectadores de cosas prodigiosas:
el albañil que cae del andamio de la torre campanario
y es dado por muerto, se levanta sin un arañazo
y vuelve enseguida al trabajo en cuanto él lo coge
de la mano. Era un hombre al que nada
detenía, ni la peste. Está en la primera línea
de atención a los enfermos y termina siendo contagiado él
mismo, y es así como le llegará la muerte, la
peste termina con su vida el 7 de julio de
1400 cuando tenía 56 años, todos ellos dedicados a Dios
y a los más necesitados. Tendrán que pasar más
de 400 años, pero al final, en 1808, Pío VII
concederá la aureola de Beato a Oddino Barotti, el primer
nativo de Fossano en tener el honor de los altares. 1
Enfermedad epidémica que hizo grandes estragos desde el siglo X
al XVI, la cual consistía en una especie de gangrena
precedida y acompañada de ardor abrasador. Era una erisipela maligna.
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