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Bartolomé Pucci-Franceschi, Beato |
Sacerdote de la Primera Orden Franciscana
Martirologio Romano: En Montepulciano, en
la Toscana, beato Bartolomé Pucci-Franceschi, presbítero de la Orden de
los Hermanos Menores, quien, impulsado por su amor a Dios,
dejó a su mujer, a sus hijos y riquezas, haciéndose
pobre de Cristo (1330).
Etimológicamente: Bartolomé = Aquel que es
hijo de Tolomeo, es de origen hebreo.Su culto fue aprobado por León XIII el 24
de junio de 1880.
Bartolomé Pucci‑Franceschi nació el año 1245 en
Montepulciano, hijo de Puccio di Francesco, nombres que fueron unidos
para formar el apellido familiar.
En su juventud casó con Milla,
hija del capitán Tomás de Pécora, de la cual tuvo
cuatro hijos, que hacia 1290, cuando él a los
45 años de edad, decidió ingresar entre los Hermanos Menores
del convento de San Francisco de Montepulciano, ya habían llegado
a la mayoría de edad. Las crónicas exaltan su memorable
renuncia a la familia y al rico patrimonio, su caridad
para con los pobres en los tiempos de carestía, y
varios milagros.
El Señor le había inspirado consagrarse a su servicio
y él, dócil a la divina llamada, proveyó al porvenir
de sus hijos y con el consentimiento de su mujer
se hizo religioso hermano.
En la vida de convento llegó a
ser modelo de perfección. Durante la oración a menudo era
arrobado en éxtasis, su rostro se volvía radiante con una
luz celestial, su alma encendida en un fuego divino.
Se
reputaba tan pequeño y pobre que no se atrevió a
ser sacerdote, pero los superiores se lo impusieron y, después
de un tiempo de estudios filosóficos y teológicos fue ordenado
sacerdote y de inmediato se entregó humilde y devotamente al
sagrado ministerio con fervor y santa vida. También entonces era
tanta su humildad, que hubiera deseado vivir ignorado de todos.
Su amor por el prójimo y especialmente por los más
pobres y desdichados era grandísimo. Por sus oraciones a menudo
Dios multiplicó el alimento para su comunidad y a favor
de los necesitados.
Frecuentes apariciones de la Santísima Virgen, de ángeles
y de santos lo llenaban de tanta alegría que parecía
estar ya en el paraíso. Fue para toda la comunidad
modelo de observancia exacta de la regla de San Francisco,
del espíritu de pobreza, de castidad y de penitencias con
las cuales martirizaba su cuerpo.
Bartolomé se durmió serenamente en la
paz de los justos el 6 de mayo de 1330.
Fue sepultado en la iglesia de San Francisco, donde permaneció
hasta 1930. Luego fue trasladado a la iglesia de San
Agustín.
Un catálogo de 1538 recuerda que sus reliquias se conservaban
en una urna de nogal, expuesta a la pública veneración
de los fieles y cerrada con dos llaves, de las
cuales una era guardada por el superior del convento y
la otra era confiada a los descendientes de la familia
del Beato.
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