Subes al cielo
Este es el día glorioso en que la Virgen Madre de Dios subió a los cielos; todos la aclamamos, tributándole nuestra alabanza: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Dichosa eres santa Virgen María, y digna de toda alabanza. De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios”.
V. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
R. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
V. Subes al cielo, resplandeciente como la aurora cuando amanece.
R. Hija de Jerusalén.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bella y hermosa eres, Hija de Jerusalén.
Los santos Padres en las homilías dirigidas al pueblo en esta fiesta de la Asunción hablan como de algo ya conocido y aceptado por todos. Destacan que el cuerpo de la Virgen María no se corrompió, y pregonan su triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo, a imitación de su Hijo único Jesucristo (Pío XII).
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