jueves, 10 de diciembre de 2015

LA ORACIÓN DE MARÍA


En el Evangelio de San Lucas, capítulo 1, versículos 46 a 55, encontramos la oración que María pronunció en casa de Isabel, dando gracias a Dios por su amor y su bondad. La llamamos el MAGNÍFICAT, que en latín, el idioma de la Iglesia, quiere decir “ALABA”, y la podemos rezar cuando nos sentimos alegres y queremos alabar a Dios por algo muy especial.
   Mi alma alaba al Señor,
y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha puesto sus ojos en la humildad de su sierva,
por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso,
Santo es su nombre,
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que lo aman.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los que son soberbios en su corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes
y despidió a los ricos sin nada.
Acogió a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia,
como había anunciado a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su linaje,
por los siglos de los siglos. Amén.

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