La admiración no interroga nunca
“La admiración no interroga nunca: con admirar comprende” (Benavente).
Si admiraras el don de tus padres, no dirías nunca el tópico:”No me comprenden”.
Si vieras en tus amigos sus buenas cualidades, su parte positiva y les corrigieras a tiempo sus errores o fallos, nunca dirías: “ No me comprenden”.
Si dijeras a tu marido o esposa siempre la verdad y os admiraseis como el día de la boda, nunca diríais: “No me comprenden”.
Si tú mismo te admiraras más a ti mismo y te positivaras, nunca le echarías la culpa de comprensión a los otros.
Porque, si lo analizas bien, decir ese tópico es tanto como decir que el problema está en los demás y nunca en ti mismo.
Estás tan oscuro como la noche o la sima más profunda. Ciertamente que, debido a la diferencia de edad, de cultura, de comportamientos puede surgir algún instante de incomprensión.
Pero, ¿quién no se equivoca?
Tú miras las cosas desde el punto de vista en que estás situado.
Y desde este punto de vista, descuidas la admiración dela bondad y calidad de la otra persona. Mal hecho. En lugar de interrogar tanto, admira más y comprenderás mejor.
La sabiduría popular enseña: “ Dos no riñen si uno no quiere”. Aplícate el cuento si lo necesitas.
Dos jóvenes, él y ella, se dijeron una vez después de muchas discusiones e incomprensiones: Vayamos cada uno por su lado. Nos falta admiración mutua y así nunca seremos felices.
¡Vive hoy feliz!
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